Escuchar, cantar y bailar. Grafitear paredes. Imaginar mundos posibles. Jugar. Pensar y compartir ideas con otres. Encontrarse en un festival que engloba todas esas propuestas bajo la consigna de celebrar los 40 años de existencia ininterrumpida de la democracia Argentina es el corazón de “Imparable”, el festival que llevará a cabo el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) la tarde de este domingo en la Ciudad de Buenos Aires. “Nuestra democracia llega a sus 40 años mostrando límites y condicionamientos”, dice Paula Litvachky, directora ejecutiva del organismo. Frente a este panorama, buscan generar una “discusión que apunte a pensar cómo correr y ampliar las fronteras de la democracia, y no cómo achicarlas o cómo restringir derechos”.

“Imparable” es una iniciativa que está atravesada por la “necesidad de imaginar el futuro”, propone Litvachky en diálogo con Página|12, a días de encender las luces y los parlantes en el Estadio Malvinas Argentinas. “Pensar e imaginar un futuro en el que la vida democrática incluya la posibilidad de pensar y de salir a pelear para poder mejorar el mundo y su desigualdad”, añade y completa: “Hay un riesgo de plantear que sostener la democracia implica sostener el status quo. Esa es la clave que nosotros queremos poner en discusión. No implica el status quo sino todo lo contrario”.

La propuesta de celebrar los 40 años de democracia con un festival tiene algunos pasos previos entre las últimas propuestas abiertas que el organismo de Derechos Humanos realizó: el festival con el que en 2019 celebraron sus 40 años y la reciente publicación del libro “Más que nunca”: “Con el libro aparecen ideas sobre qué hacer con una democracia que está mostrando condicionamientos e imposibilidades de dar respuesta a determinadas dificultades que atraviesa la vida común, quedan plasmados debates sobre cómo, en esta democracia, trabajar en su fortalecimiento y la protección de los derechos humanos”, postula la directora ejecutiva del colectivo.

Música, debates y más

Esos debates y conversaciones son los que tomarán cuerpo el domingo, de 14 a 22, en “Imparable”, que recorrerán temáticas sobre los mitos, los memes, las necesidades y los reclamos que la sociedad le hace a la política, los ejes de disputa sobre el territorio y las comunidades que lo habitan, la distribución de los recursos y el trabajo, entre otros. Les participantes serán decenas y provienen de diversos universos, como la militancia social –UTEP, FPDS, MTE, Identidad Marrón, La Poderosa–, la partidaria –legisladores de diversos espacios políticos–, la gremial –ATE, CTA–, la educativa –centros de estudiantes, universidades nacionales e internacionales–, los feminismos y las diversidades sexuales –Ni una menos, activismo trans, DAWN–, los medios de comunicación –Futurock, Gelatina–, los organismos de derechos humanos –Abuelas de Plaza de Mayo, ACIJ, ANDHES–. Sus orígenes también son diversos: habrá referentes de todo el país y del extranjero –habrá expositores del PSOL de Brasil y de SUMAR, España–.

Todo ello enmarcado con shows musicales de La Bomba del Tiempo, Gauchito Club y paula Maffía, entre otres –incluida una banda sorpresa–, una feria autogestiva, y diversas propuestas artístico participativas, como la creación de un mural colectivo, talleres aptos todo público, laboratorio de pensamiento joven y un espacio de impresiones en serigrafía. Además, un paseo de las infancias y los derechos. El programa de actividades figura en la web del CELS, https://www.cels.org.ar/imparable/, donde también se pueden reservar entradas. La participación es gratuita, aunque el organismo propone el aporte de un alimento no perecedero que será destinado los 150 espacios comunitarios que sostiene La Poderosa.

Las propuestas están planteadas desde un lenguaje descontracturado, distinto al que siempre utilizó el sector militante social y político. El objetivo es convocar a las juventudes, tratar de llegar al público que no tuvo las experiencias de la dictadura o del 2001, pero que vivió otras, como la nueva ola feminista, su intervención político social, sus luchas de intervención política social. Litvachky explica que la búsqueda no es de reemplazo de un interlocutor por otro, sino más bien de “entrelazar a todas las generaciones en la construcción de la agenda de derechos humanos del futuro”.

Movilizar hacia el futuro

Tras la desvinculación social –obligada por la necesidad de supervivencia y cuidado colectivo— que significó la pandemia de Coronavirus y el proceso eleccionario que atraviesa la Argentina y que mantiene al país al borde de ser gobernado por una fórmula abiertamente negacionista, ultraderechista, individualista, mercantilista y antiderechos, “Imparable” es una propuesta de “movilización”. “Queríamos encontrarnos en un mismo lugar, cruzar lenguajes artísticos, cruzar propuestas políticas, cruzar organizaciones con las que nos encontramos haciendo cosas juntas y de dar la oportunidad a quienes tengan ganas de pasar un domingo y escuchar un poco de música de sentarse a escuchar, a pensar y participar de intercambios que tienen que ver con esta idea: cómo mejorar la democracia”, expande la directora ejecutiva del CELS.

El organismo nació en plena dictadura, impulsado por el reclamo de verdad y justicia de Emilio y Chela Mignone y otres padres, madres y familiares cuyos seres queridos estaban siendo detenides desaparecides por las patotas del genocidio. Con el tiempo, expandió sus fronteras hacia la promoción de los derechos y su ejercicio efectivo, la justicia y la inclusión social, a nivel nacional e internacional, sin dejar nunca de lado aquel objetivo primigenio, “el compromiso con los procesos memoriales de justicia, a partir de la discusión de dictadura Nunca Más y de la rendición de cuentas, el juzgamiento” de los represores, indica Litvachky. PUntales que son, de alguna manera, mojones de los 4 años de democracia argentina. 

Aquella base, sin embargo, requiere “pensar es cómo dar las discusiones y llegar a más personas. Hay quienes están proponiendo que de la crisis se sale con menos derechos o con menos democracia. Bueno, nosotros tenemos que poder plantear que hay otras vías posibles”, sostiene la trabajadora histórica del CELS. “Los planteos que sostienen que los derechos son privilegios o que la democracia no es algo valioso en sí mismo van a conducir a una situación de crisis peor, a un empeoramiento de las condiciones de vida de las personas. El rol de las organizaciones de derechos humanos y otros activismos es el de convencer sobre la necesidad de una salida en donde los derechos se  tomen como una agenda prioritaria y se discuta cómo mejorar la vida de la gran mayoría”, completa. 



Fuente-Página/12