Algo le habían dicho la noche del martes. Estela de Carlotto llevaba cuatro días en cama. Ayer a la mañana, se levantó y se preparó, como cada martes para el encuentro que continúa haciéndose en la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo. Antes de salir dejó un mensaje en un intercambio con un programa de radio, el segundo del día. Le respondió a la “calaña” de Victoria Villarruel, esta vez “tan ofensiva”, sobre todo con su hija Laura, secuestrada en 1977. “Tocó a alguien que no se puede defender”, dijo Estela, “casi una criatura”, asesinada y a quien le robaron a su hijo. Así y todo, como desde hace más de cuarenta años, con el repudio dejó un programa político.
“Estoy enojada pero es un enojo de justicia”, dijo. “Un enojo de que lo que ha dicho, o lo que ha hecho, o lo que piensa hacer. No se lo tenemos que permitir. Ya está dando señales de que si vienen ellos, esto de ahora, es nada. ¿Qué será después? Soy una ciudadana, en este caso está tocando a mi hija, está tocando el alma, el corazón, y yo eso no voy a responderlo. Después, está lo demás: nosotros. Tenemos que juntarnos para impedir que una persona de esta calaña esté haciendo lo que quiere con los 44 o 45 millones de argentinos”.
El amplio repudio que se inició el fin de semana y confluyó el martes en las calles frente a la Legislatura porteña donde la candidata a vicepresidenta de la ultraderecha rioplatense rindió un tributo a la bandera del plan de exterminio, continuó recargado durante el día de ayer después del ataque a la icónica figura de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Apenas dejó el escenario, Villarruel se retiró a un costado para dar una entrevista en la que caracterizó a Estela Carlotto como “un personaje siniestro”. Le respondieron movimientos sociales, partidos políticos, organismos de derechos humanos, la CGT, gente de pie, en redes o en WhatsApp donde clamaron por una ley contra el negacionismo. Pero, esta vez, el repudio también se escuchó en otros sectores políticos.
La UCR Capital expresó su “rechazo”, señaló que la candidata “busca dividir a la sociedad en temas que la democracia resolvió pacíficamente” y en un comunicado expresó que esto es una provocación de los “que no se resignan al juicio y castigo”. En esa misma línea debió pronunciarse el vicepresidente radical de la Legislatura porteña, Martín Ocampo, después de que su espacio avalara el acto. “Uno de los pocos acuerdos” de la política –dijo– “es la valoración de la dictadura”: Victoria Villarruel y Javier Milei, agregó, “vienen a romper esto”. Como Estela de Carlotto, no fue el único que alertó sobre el programa que viene.
Las alertas
“Del lado de Estela de la vida”, dijo Victoria Montenegro. Diputada porteña, nieta recuperada, y una de las que trajinó en el Palacio Legislativo para impedir que el acto al que luego definió como “un intento” de establecer “un retroceso en materia de derechos humanos”, señaló que sería “muy peligroso” un triunfo en las generales. “Con Estela no”, posteó Cecilia Moreau, presidenta de la Cámara de Diputados. “Son un emblema internacional”, dijo Axel Kicillof y le apuntó a la libertaria. “Se equivocan atacando a las abuelas”. La CGT plantó un comunicado en las redes. Héctor Daer, encabezó el posteo con cuatro renglones. “Siniestro es negar la desaparición forzada de 30.000 personas”, escribió. “Siniestro es negar el genocidio. Siniestro es reivindicar la última dictadura. Siniestro es querer arrebatar los derechos humanos”. La central obrera se solidarizó con la “compañera” Estela y “a las agresiones, al terror y a la violencia –dijo–, le respondemos con unión, organización y militancia”.
Myriam Bregman, candidata del FIT estuvo el martes a la noche en la TV Pública. “Hay una batalla cultural que hemos ganado: ya no pueden negar que hubo un genocidio –dijo y continuó–. Han elaborado una teoría en donde exigen ‘memoria completa’ dicen que quieren ‘saber la verdad’. Si Villarruel hubiera querido saber la verdad, le podría haber preguntado a Videla”, alertó en referencia a las visitas de la candidata al dictador en la cárcel. Ofelia Fernández no se contuvo: Es “basura humana” por “hablar así” de Estela y arengó a la juventud: va a ser la “barrera” para que “defensores del terrorismo de Estado” no lleguen al poder. Aníbal Fernández dijo que estos días superan lo imaginable. “Ahora resulta que Villarruel, una persona dedicada a la apología de una mierda como Videla y sus esbirros los considera buenos tipos, pero Estela de Carlotto, por buscar denodadamente a nietos apropiados ¿es un personaje siniestro? Ella y su negacionismo dan asco”. Hubo pronunciamientos de Horacio Pietragalla, la Cámpora, posteo de Claudia Piñeiro, Juliana Di Tullio, habló León Arslanián y, entre otros, el camarista Alejandro Slokar. Agustín Rossi abundó en el programa que viene. “Los libertarios –dijo– planifican siniestramente el indulto o la amnistía de violadores, torturadores, apropiadores de bebés y asesinos”.
El comunicado de la UCR capital
El bloque Evolución Radical, UCR Caba y la Juventud radical emitieron un comunicado: “Ya dijimos ´Nunca Más´. Insistimos”. No hubo mea culpa del acto pero hubo una reacción. “El impacto público que generó la organización del evento adelantó de alguna manera el desajuste que sostiene con la mirada de la mayoría de las y los ciudadanos”, dijeron. “Es desde esta perspectiva, y hundiendo nuestros argumentos en la historia de los acontecimientos que tuvieron lugar en los albores de la recuperación de la democracia, que desde la Unión Cívica Radical expresamos nuestra profunda preocupación sobre la actividad que se realizó en esta Casa parlamentaria. Preocupación que la es, en tanto se ignore el camino que la justicia con las reglas constitucionales, ya ha sentenciado en nuestro país”. Y en línea con Ocampo, señalaron: “Tenemos un acuerdo en nuestro país, tal vez sea el único que subsiste desde el 10 de diciembre de 1983, no es igual que el Estado se convierta en criminal a que grupos de personas comentan crímenes (…). La candidata a vicepresidente Victoria Villarruel que acompaña a Javier Milei provoca al sentido común al pretender igualar roles en esos años y busca dividir a la sociedad en temas que la democracia resolvió pacíficamente en favor de la Justicia. Es por eso que manifestamos nuestro profundo rechazo a esta nueva provocación de aquellos que no se resignan al juicio y castigo con las reglas de la Constitución”.
A la Legislatura siguió el ataque virulento hacia a Estela. No era la primera vez que Villarruel le apuntaba a víctimas y referentes más simbólicos del movimiento de derechos humanos. Lo hizo con Nora Cortiñas, con Guillermo Molfino, Victoria Montenegro y Horacio Pietragalla. Ahora dio un paso más vestida de calaña.