Estados Unidos aseguró este jueves que Rusia desarrolla un arma antisatélite preocupante, aunque no supone una amenaza directa para la población. El miércoles el jefe del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Turner, hizo correr ríos de tinta al mencionar esta amenaza y exhortar al presidente Joe Biden a “desclasificar toda la información” sobre el tema.
“Puedo confirmar que está relacionado con una capacidad antisatélite que Rusia ha desarrollado”, declaró a periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. “No se trata de una capacidad activa que se haya desplegado. Y aunque la búsqueda de Rusia de esta capacidad en particular es preocupante, no hay ninguna amenaza inmediata para la seguridad de nadie”, agregó.
“No estamos hablando de un arma que pueda utilizarse para atacar a personas o causar destrucción física aquí en la Tierra”, añadió, pero esto no impide que Estados Unidos siga “de cerca” esta actividad rusa y la tome “muy en serio”. Biden ordenó que se entablen “contactos diplomáticos directos” con Rusia, pero aún no se ha producido ninguno, dijo Kirby.
Amenaza “potencial”
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, de visita en Albania, no quiso dar detalles sobre la amenaza, pero afirmó que todavía “es potencial”. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, mantuvo el jueves una reunión a puerta cerrada con los líderes del Congreso sobre estos hechos.
Las palabras de Turner el miércoles sorprendieron. Es muy raro que los altos cargos con acceso a información de inteligencia divulguen públicamente los asuntos en curso a no ser que exista un riesgo para la ciudadanía. Los congresistas no están autorizados a divulgar la información clasificada que se les hace llegar. En un intento de que no cundiera el pánico, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, reaccionó diciendo que “no hay motivo de alarma”.
La respuesta de Rusia
Rusia consideró “infundadas” las informaciones y las atribuyó a una maniobra del gobierno estadounidense para forzar la aprobación de un paquete de ayuda para Ucrania bloqueado desde hace meses en el Congreso.
“Repetimos constantemente que no responderemos a las diferentes acusaciones infundadas. Si hacen declaraciones deberían ir acompañadas de pruebas”, declaró a las agencias de prensa rusas el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergéi Riabkov. “Esto se inscribe en la tendencia de los últimos diez años en que los estadounidenses se dedican a invenciones malévolas y nos atribuyen todo tipo de acciones o de intenciones que no les convienen”, añadió.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también reaccionó: “Está claro que la Casa Blanca intenta animar al Congreso a aprobar la ley de finanzas, es evidente. Veremos qué truco usará la Casa Blanca”.
Armamento espacial
Las armas antisatélite son armamento espacial diseñado para incapacitar o destruir satélites con fines estratégicos militares. En general este tipo de armas se dividen en dos tipos: las que chocan físicamente contra otros satélites para destruirlos y los que usan otro tipo de tecnología para neutralizarlos, como ciberataques o láseres.
La primera arma antisatélite fue desarrollada precisamente por Estados Unidos en plena carrera espacial con la Unión Soviética, después de que Moscú pusiera en órbita en 1957 el Sputnik 1, el primer satélite artificial de la Tierra.bLa Fuerza Aérea estadounidense diseñó entonces el Bold Orion, un misil balístico que fue probado con éxito en 1959, cuando fue lanzado desde un avión y logró derribar un pequeño satélite de la NASA.
Posteriormente, los soviéticos desarrollaron un sistema coorbital capaz de acercarse a los satélites y hacer explotar una ojiva con metralla lo suficientemente cerca como para derribar su objetivo. En 2007 Rusia lanzó un misil antisatélite de ascenso directo para destruir uno de sus satélites, una operación que Estados Unidos calificó de “irresponsable” porque dejó 1.500 piezas de escombros que dificultaron los trabajos de la Estación Espacial Internacional.
En 2022, el Gobierno estadounidense se comprometió a dejar de hacer pruebas de misiles antisatélites e hizo un llamamiento para establecer una normativa internacional para “un comportamiento responsable” en el espacio.
Occidente ha acusado a Rusia de retórica nuclear después de que el presidente Vladimir Putin dijera que está dispuesto a utilizar armas nucleares si siente una amenaza existencial. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, del que forman parte tanto Rusia como Estados Unidos, prohíbe el despliegue de armas nucleares en el espacio. Pero no impide el desarrollo de armas convencionales en el espacio.