Desde Sevilla
En un ambiente marcado por una tensión política que se ha trasladado a la calle, el socialista Pedro Sánchez consiguió este miércoles ser reelecto presidente del Gobierno de España. El secretario general del PSOE sacó adelante su investidura por 179 votos a favor y 171 en contra. Aunque se trata de una mayoría más amplia que la conseguida en 2020, cuando firmó su pacto de gobierno con Podemos, en esta ocasión deberá hacerse cargo del ejecutivo con un sustento más inestable debido a la pluralidad de perfiles que conforman la alianza tejida tras las elecciones del pasado 23 de julio.
Respaldo
Sánchez consiguió el respaldo de siete fuerzas políticas, con lo que se ha convertido en el primer presidente español desde la recuperación de la democracia en España en 1977 que accede a ese cargo sin que su partido haya sido la fuerza política más votada en las elecciones legislativas.
Aunque el mandato es para los próximos cuatro años, la propia configuración de la alianza que le ha permitido conservar el poder lo obligará a una serie de finos equilibrios en los que tendrá que contemporizar entre los conflictos internos de la coalición Sumar (donde Podemos ya amenaza con desmarcarse si no se lo tiene en cuenta para la formación del nuevo gobierno), las demandas de los nacionalistas vascos y catalanes y la necesidad de impulsar una agenda social que justifique las grandes cesiones realizadas a los secesionistas para conseguir su apoyo y que ha dado lugar a una movilización permanente de la derecha frente a sus sedes desde hace más de una semana.
Si consigue permanecer en el Palacio de La Moncloa hasta 2027, se habrá convertido en el segundo presidente de la democracia española con más tiempo continuado en el poder, sólo por detrás de Felipe González, que gobernó entre 1982 y 1996. Sánchez es presidente desde que en 2018 desplazó del poder Mariano Rajoy (PP) en 2018 mediante una moción de censura.
Nueve años seguidos
Completar nueve años seguidos en la presidencia del Gobierno no será fácil porque además de mantener una alianza parlamentaria conformada por nacionalistas vascos y catalanes de izquierda y derecha, la mayoría abiertamente separatistas; regionalistas gallegos y canarios, y la coalición Sumar, con sus propios y crecientes problemas internos, el líder socialista tendrá enfrente a unas fuerzas de derecha y de extrema derecha fuertemente movilizadas.
Vox, que mantiene desde hace diez días una protesta permanente ante la sede central del PSOE en Madrid, ya ha anunciado que planteará una batalla judicial para impedir a través de los tribunales que las concesiones de Sánchez a los nacionalistas se puedan materializar. El estamento judicial, con jueces, fiscales y colegios de abogados y de escribanos, también se ha posicionado en contra de los acuerdos de investidura pactados por Sánchez.
Según han confesado diputados socialistas consultados por este periódico, la tensión política que se ha vivido en estos días en el Congreso español no forma parte de la sobreactuación habitual cuando se debaten asuntos que levantan gran polémica. Este mismo jueves, momentos antes de que se iniciara la sesión de investidura, tres diputados socialistas fueron agredidos con lanzamientos de huevos y otros objetos en el bar donde estaban desayunando. La policía tuvo que acudir para garantizar su seguridad y el PSOE ha recomendado a los suyos que cambien sus rutinas y actúen con la máxima precaución.
Los acuerdos con los catalanes
Lo que más ha soliviantado los ánimos en la derecha, no sólo política, fue el acuerdo alcanzado con el ex presidente catalán Carles Puigdemont, líder de Junts per Catalunya, y con Esquerra Republicana para aprobar una amnistía que garantice la inmunidad a cientos de personas con procesos judiciales pendientes tras la intentona separatista de 2017. El propio Puigdemont se encuentra huido de la justicia española y reside desde entonces en Bélgica. Una delegación socialista ha estado negociando en ese país los términos de la amnistía con el líder catalán, lo que ha sido visto como una humillación para el Estado por los grupos de la oposición.
Durante el debate de investidura, celebrado durante dos días y que concluyó con la votación favorable a Sánchez, el PP y Vox sacaron a la luz las declaraciones del secretario general y de otros líderes socialistas que admitían que la figura de una amnistía no tiene encaje constitucional. Sánchez reconoce que ha cambiado de opinión sobre este asunto. “Hemos hecho de la necesidad virtud”, asegura.
La sesión
La doble sesión parlamentaria celebrada estos días permitió constatar que la legislatura se presenta conflictiva y por ese motivo, el ya presidente del Gobierno agradeció la confianza de los suyos y apeló a la fortaleza del PSOE. “Es difícil mantener la calma cuando nos hacen las más graves acusaciones y oímos falsedades de toda guisa contra nosotros -dijo- El único reproche que de verdad nos hacen el PP y VOX nada tiene que ver con los acuerdos con los partidos nacionalistas. De hecho están deseando pactar con ellos. Lo que nos reprochan es que haber ganado el Gobierno con ellos. Y ganar el Gobierno es lo que nos hace mejorar la vida de las personas que más dependen de lo público”.
De hecho, el presidente socialista confía en ampliar el apoyo social a su partido, ahora cuestionado, a medida que consiga desplegar la agenda social sobre la que pretende sustentar su gestión. “Cuando incrementemos las partidas de las becas, subamos el salario mínimo, aprobemos medidas a favor del planeta o desarrollemos la economía sostenible y tomemos medidas a favor de la igualdad, recordad que todo eso lo habéis conseguido vosotros y vosotras”, dijo a sus diputados.
El otro gran argumento de Sánchez es que la alternativa sería un gobierno integrado no sólo por el Partido Popular, sino también por Vox. La extrema derecha se disputa en los últimos días con el partido conservador la capitalización de las protestas contra los impunidad de los secesionistas catalanes y las concesiones económicas a las regiones vascas y catalanas -las más desarrolladas además de Madrid-, que han levantado ampollas especialmente en el sur.