El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se someterá este jueves a una votación en el Parlamento para formar un nuevo Ejecutivo, con un triunfo asegurado gracias al apoyo de los independentistas catalanes a cambio de una polémica ley de amnistía.
El debate, que se prenuncia áspero, comenzará este miércoles: no cesa la presión de la derecha contra la ley de amnistía a los catalanes procesados, tanto en el Congreso como en las calles.
Tras semanas de duras negociaciones, el líder del Partido Socialista, en el poder desde junio de 2018, logró tejer los apoyos de numerosas formaciones políticas para garantizarse la mayoría absoluta necesaria para ser investido nuevamente como jefe del gobierno.
Con el respaldo de la izquierda, con la que gobierna desde hace tres años, de partidos vascos y catalanes y de un pequeño partido canario y otro gallego, Sánchez, que quedó segundo en las elecciones legislativas del 23 de julio, contará con los síes de 179 de los 350 diputados del Congreso.
Sánchez obtuvo el jueves pasado el crucial apoyo de los siete diputados de la formación separatista catalana de Carles Puigdemont, a cambio de la próxima tramitación en el Parlamento de una ley de amnistía para los independentistas procesados por los tribunales, principalmente por su implicación en el intento de secesión de Cataluña en 2017. El acuerdo entre ambos partidos fue anunciado desde Bruselas, donde Puigdemont se instaló desde 2017 para evadir la justicia española.
El proyecto de ley de amnistía, que divide a la sociedad española, fue presentado el lunes en el parlamento por el Partido Socialista y tendrá que ser aprobado por el Congreso en cuanto Sánchez sea investido.
Su objetivo es “cerrar heridas” y “resolver el conflicto político existente en Cataluña”, explicó en rueda de prensa el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, afirmando querer que el texto sea aprobado “a la mayor brevedad posible”.