Este miércoles se presentó la vacuna argentina “Arvac Cecilia Grierson” contra el coronavirus y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), una de las instituciones que formó parte de este desarrollo, decidió anunciar la noticia mediante una pieza audiovisual cargada de épica que destaca el logro de investigadoras e investigadores argentinos como parte de un “heroismo colectivo”.
En el comienzo del video se ve a un hombre cubierto por un traje y una máscara -una referencia a la historieta El Eternauta, de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López- caminando en un ambiente aparentemente tóxico hacia la sede del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Unsam, en la provincia de Buenos Aires.
Luego de ingresar al edificio y pasar por un túnel de descontaminación, el hombre se quita la máscara que cubre su rostro y respira aliviado. Finalmente, llega a una sala donde trabaja un grupo de investigadores y les dice, en tono de desesperación, “necesitamos vacunas” -no dice para qué, pero se entiende que es para el coronavirus-, un pedido al que sus interlocutores responden positivamente.
Un hito histórico en el país para la ciencia, la tecnología y la soberanía de Argentina. Por primera vez una vacuna se desarrolla 100% en Argentina y es aprobada por ANMAT. Elegimos contártelo así”, escribió la universidad en sus redes sociales, donde compartió la pieza audiovisual.
“La ANMAT aprobó el uso de ARVAC, la vacuna argentina de refuerzo contra el COVID-19. Se trata de la primera vacuna 100% argentina de principio a fin. El desarrollo fue liderado por la Universidad Nacional de San Martín, el CONICET y el Laboratorio Cassará”, detalló.
Esta red público-privada, continuó la universidad en su publicación, contó con más de 600 científicos y profesionales, 24 instituciones y 2.094 personas voluntarias. “Lograron desarrollar en tres años lo que puede llevar más de diez”, destacó la institución.
“ARVAC demostró ser segura y eficaz como refuerzo contra el COVID-19 en mayores de 18 años. La vacuna ya se produce en la planta de Cassará en la Ciudad de Buenos Aires y podrá adaptarse en cuatro meses a nuevas variantes del SARS-CoV-2 circulantes en la región”, concluyó el posteo.