¿Cómo se calcula el tiempo de carga de los coches eléctricos? Es una pregunta que cada vez se hacen más personas, quizá porque están pensando en adquirir un coche propulsado por un motor eléctrico o porque simplemente empiezan a sentir curiosidad por esta nueva tecnología. En cualquier caso, antes de responder es necesario hacer un par de premisas. Los coches eléctricos necesitan repostar al igual que los coches tradicionales. Excepto que no hay combustibles sino una transferencia de energía para recargar las baterías. Una operación que cambia según las situaciones y las herramientas disponibles. Si hasta ahora estábamos acostumbrados a repostar en todas partes y en pocos minutos, el planteamiento del eléctrico es diferente. Es necesario tener en cuenta el tipo de infraestructura disponible y su capacidad de transmisión de corriente eléctrica, medida en kWh, de la que depende la duración de la carga.
Primero: ¿qué tipo de carga utilizas?
Depende del tipo de carga utilizada: los sistemas de carga se dividen en dos grandes categorías, los que utilizan corriente alterna y los que utilizan corriente continua. Los primeros son capaces de transferir hasta 22 kW, mientras que los segundos llegan hasta 350 kW, aunque los puntos de recarga más populares viajan entre 150 y 200 kW. Los sistemas de carga de corriente alterna incluyen todos los domésticos, desde el clásico enchufe Schuko hasta los más modernos wallbox que tienen una potencia de 11 kW. La corriente alterna es también la que alimenta a la mayoría de estaciones de carga públicas, que utilizan tecnología más antigua y alcanzan hasta 22 kW.
La corriente continua, en cambio, es la característica fundamental de los puntos de carga más modernos, las llamadas columnas HPC o incluso los Supercargadores Tesla, que permiten recargar las baterías en apenas unos minutos. Estos últimos representan sin duda el futuro de la carga pública, con el único defecto de ser muy caros de instalar.
La potencia de carga también depende del coche.
En cualquier caso, el tiempo necesario para la carga también depende de las características del coche, porque cada coche soporta un determinado nivel de potencia de carga en corriente alterna, monofásica o trifásica, y otro nivel en corriente continua. En el primer caso la potencia puede oscilar entre 3,6-7,4 kW para monofásico hasta 11-22 kW para trifásico, mientras que en el segundo caso puede llegar incluso a superar los 270 kW. Luego está la capacidad de las baterías, o cuánta electricidad pueden almacenar, que se mide en kWh. Los coches más pequeños tienen baterías de 20-30 kWh, mientras que los más grandes pueden superar incluso los 100 kWh. Evidentemente, también es importante la potencia de la red eléctrica y la diferencia entre la energía máxima que puede transferir y la energía realmente transferida.
Hagamos algunos cálculos y dos ejemplos.
Llegados a este punto basta con hacer un cálculo sencillo, tomando como referencia la capacidad de la batería, la potencia máxima de carga aceptada por la propia batería y la real del sistema que se está utilizando. Si la batería tiene una capacidad de 50 kWh, para calcular el tiempo necesario para cargarse completamente simplemente divide este valor por la potencia de carga. Una estación de carga rápida de 50 kW tardará una hora, mientras que una wallbox de 11 kW tardará unas cuatro horas y media. Por último, con un enchufe doméstico, la carga completa podría tardar hasta 25 horas. Sin embargo, un consejo siempre válido es mantener la batería entre el 20 y el 80% del nivel de carga, para preservar su salud y rendimiento a largo plazo. De hecho, tanto descargarlo como cargarlo por completo provoca un cierto estrés en los componentes químicos internos y acorta su vida útil.