En la cumbre del G77+China que se desarrolla en La Habana, la Argentina llamó a “cambiar el sistema financiero” global y planteó que los países del Sur Global tienen una “enorme oportunidad de exigir igualdad”.
El G77+China reúne a 134 naciones y es considerada la mayor organización intergubernamental dentro de la ONU, representa al 80 por ciento de la población mundial. El encuentro de mandatarios comenzó este viernes en el Palacio de Convenciones de la capital de Cuba.
Allí, en la primera sesión, el presidente Alberto Fernández habló unos 19 minutos y afirmó que “la globalización poco a poco fue fracasando” y que “hoy estamos viviendo un cambio de época”. En ese sentido, indicó que “la hegemonía estadounidense no es la que fue y hay una Europa en una crisis que empezó con el Brexit y sigue con la invasión de Rusia sobre territorio ucraniano”, mientras al mismo tiempo aparecieron “dos potencias enormes como China e India que cambian diametralmente el comercio internacional.
Dentro de esas transformaciones geopolíticas valoró a los Brics, el grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, al que al partir del 1 de enero próximo se sumarán la Argentina y otras naciones, que “representan el 44 por ciento de la humanidad y el 36 por ciento del PBI”, por lo que ya es “más del G-7”. Fernández dijo que un “momento culminante” que “dejó al descubierto la desigualdad que impera en el mundo” fue la pandemia, cuando “el 90 por ciento de las vacunas que se producían quedaban en manos de diez países poderosos (…) Fue ese mismo momento el que dejó al descubierto que hay once fortunas en el mundo que tienen tanto dinero como el 40 por ciento de la humanidad”, agregó. “Semejante desigualdad nos obliga a repensar el mundo. Y allí, el Sur, el G77+China tiene mucho que decir”.
En ese marco, celebró la decisión tomada en la cumbre del G-20 en India de sumar a la Unión África como miembro permanente y repitió que también solicitó que se incorpore a la Celac. “Es imperioso que el Caribe sea oído, porque los tifones, los ciclones, las tormentas, el ascenso de los mares, a quienes más lastima es a los países del Caribe”, detalló, en alusión al cambio climático, uno de los ejes de declaración final de la cumbre que se oficializará este sábado. El Presidente dijo que “la crisis climática” causa “dolor”, recordó que Argentina “acaba de soportar la peor sequía en 100 años que privó de exportaciones que representan 3 puntos de su PBI” y aprovechó la ocasión para brindar su solidaridad a las delegaciones de Marruecos, por el reciente terremoto, y de Libia, por las graves inundaciones.
En concreto, el planteo del gobierno nacional fue que, para enfrentar la desigualdad global, lo “primero que hay que hacer es cambiar el sistema financiero internacional que opera con las mismas lógicas de siempre. Una vez más se ve al Banco Mundial y al FMI aplicando las lógicas ortodoxas que nos llevaron a este estado de crisis, de concentración de los ingresos en unos pocos y una distribución de la pobreza en millones de seres humanos de este mundo”, apuntó. “¿Cuánto tiempo más vamos soportar que el FMI siga las tasas que dispone el gobierno norteamericano a través de su reserva federal y aplique tasas de sobrecargo que padecen países como Ecuador, Barbados, Argentina, Egipto o Ucrania?”, cuestionó.
Fernández remarcó que sigue existiendo “un mundo dominante y un mundo dominado”, y reclamó que “hay que terminarlo para siempre”. “En el Sur Global está aquello que el mundo central está necesitando”, dijo y enumeró los alimentos, la energía, el litio, “y la oportunidad de exigir igualdad”, porque “la revolución tecnológica es imparable”, completó.
En otros pasajes de su discurso, instó a una mayor cooperación Sur-Sur en temas como ciencia y tecnología, al destacar los aportes que Argentina en áreas como la energía nuclear, la biotecnología y los desarrollos espaciales. “En mi país hay candidatos que me quieren suceder que dicen que la Argentina no está para producir ciencia y tecnología. Mentira. Debemos producir nosotros, tenemos los científicos, los técnicos”, exclamó.
Por otra parte, el mandatario agradeció a las cerca de cien delegaciones presentes por “acompañar siempre” el reclamo de Argentina por la soberanía sobre las Islas Malvinas.
Los discursos
La cumbre del G77+China comenzó con una ceremonia inaugural en la que habló el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y luego lo hizo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. En la sala estuvieron presentes los jefes de delegaciones de países de África, sudeste asiático, Medio Oriente y América Latina y el Caribe, entre ellos los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; de Venezuela, Nicolás Maduro; y de Nicaragua, Daniel Ortega. El mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abrirá este sábado la jornada de debates plenarios.
“El mundo les está fallando a los países en desarrollo”, dijo Guterres, en una de las frases de mayor resonancia que dejó el primer día de la cumbre. El secretario general de la ONU advirtió que “muchas instituciones mundiales actuales” reflejan “una época pasada” y destacó la necesidad de actualizar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En lo económico, pidió “justicia financiera” y “medidas urgentes” porque hay “muchos países incapaces de hacer frente al servicio de la deuda” por los efectos de la pandemia, la inflación global y “el impacto de los fenómenos climáticos extremos”.
También en la ceremonia inaugural, el presidente de Cuba indicó que “le toca al Sur cambiar las reglas del juego” y mencionó que estas naciones son las “víctimas principales de la actual crisis multidimensional”, entre las que incluyó “los desastres cíclicos del comercio y las finanzas internacionales, los efectos del cambio climático y el agotamiento de los recursos naturales”. “Exigimos ya la democratización pendiente del sistema de relaciones internacionales. Son los pueblos del Sur los que más padecen hambre, miseria, muerte por enfermedades curables, analfabetismo, desplazamientos humanos y otras consecuencias del subdesarrollo”, manifestó Díaz-Canel.
La declaración final
La cumbre concluirá con la presentación de una declaración final ya consensuada por los 134 Estados miembros. El documento tendrá como ejes los problemas de los países en vías de desarrollo para recuperarse de la pandemia de covid-19, críticas a las presiones para el pago de deudas externas y la falta de financiamiento para el desarrollo. Además, hará especial hincapié en que debe primar la colaboración y la solidaridad por parte de los países más industrializados para combatir el cambio climático, al ser los que más gases de efectos invernadero producen. La declaración objetará las medidas coercitivas unilaterales y destacará el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación “como catalizadores para apoyar el crecimiento sostenido”.