La Junta de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó una ampliación del 50 por ciento en el monto de las cuotas que le corresponden a cada país miembro. La propuesta aún tiene que ser validada por cada uno de los países miembros – en algunos casos, como Estados Unidos y Argentina, incluso requiere aprobación legislativa- antes del 15 de noviembre de 2024. Desde el organismo aseguran que  “reducirá la dependencia de los recursos obtenidos en préstamo”. Argentina debería pasar de los 3187,3 millones de DEG iniciales a 4780,5 DEG. Al valor actual del DEG, debería aportar 2133 millones de dólares. Para terminar de entender el impacto para Argentina, queda en veremos la decisión del organismo de elevar el piso a partir del cual se pagan intereses por sobrecargos. 

Como cada quinquenio, el FMI revisó su política de cuotas. Fue la número 16 desde que se creó el organismo. El destino es pura y exclusivamente cambiar el mix del origen de sus recursos. “El aumento de cuotas propuesto reforzaría la naturaleza contingente del Fondo al reducir su dependencia de los empréstitos, garantizando así el papel primordial de las cuotas en los recursos del Fondo”, resumió el organismo.  A pesar del persistente pedido de China no se cambiará – por ahora- la estructura y el poder de voto de los países miembros y Estados Unidos conservará el mayor poder.

Las cuotas son los componentes fundamentales de la estructura financiera y de gobierno del organismo. Su importancia radica en que determinan la cantidad máxima de recursos financieros que un país está obligado a proporcionar al Fondo; el poder de votos en las decisiones del FMI; el monto máximo de préstamos que puede obtener del FMI un país miembro en condiciones de acceso normal; y la participación de cada país en una asignación general de DEG. 

Ceteris paribus

Normalmente las dos cuestiones principales que se abordan en una revisión general de cuotas son la magnitud del aumento global y la distribución del incremento entre los países miembros. “Una revisión general de cuotas permite al FMI evaluar la idoneidad de las cuotas en función de las necesidades de financiamiento de la balanza de pagos de los países miembros y de la propia capacidad del FMI para ayudar a atender esas necesidades”, explica el organismo en su página oficial y continúa: “Una revisión general permite incrementar las cuotas de los países miembros en función de los cambios de su posición relativa en la economía mundial”.

En este caso en particular, “no aumenta la capacidad prestable del FMI, cambia el mix del origen de sus recursos”, asegura en diálogo con PáginaI12 el ex representante ante el FMI Héctor Torres. Es que al quedar las cuotas de los aportantes nominalmente congeladas durante tanto tiempo ( la última decisión de actualizarlas fue en 2010 y tardó cinco años en llevarse a cabo), el mayor financiamiento hoy se alimenta con lineas de crédito, que no tienen con la solidez de las cuotas.

El mismo FMI explica que la estructura la revisarán “antes de junio 2025”. Este dato no es menor, dado que China reclama una revisión de la estructura (y, por lo tanto, del poder de voto en el directorio), teniendo en cuenta el crecimiento de su PIB en los últimos años. Por su parte, Estados Unidos hoy cuenta con el 16,05 por ciento de los votos y su correspondiente poder de veto, y es una batalla que no está dispuesto a ceder fácilmente.

La cuota de cada país miembro pretende reflejar su posición económica relativa en la economía mundial. Se denominan en derechos especiales de giro (DEG), que es la unidad de cuenta del FMI. La fórmula actual se acordó en 2008, y le da particular relevancia al Producto Bruto Interno (PIB) de cada economía. De acuerdo a la estructura actual, Estados Unidos es el país que más aporta, y por lo tanto mayor poder de voto (16,05 por ciento) tiene en la toma de decisiones dentro del FMI. Le sigue Japón (6,14 por ciento), China con 6,08 por ciento, Alemania (5,31 por ciento), Gran Bretaña (4,03 por ciento) y Francia (4 por ciento). Argentina tiene un 0,66 por ciento de poder de voto. 

Esa tarea quedará para 2025. El FMI reconoció “la urgencia y la importancia de un reajuste de las cuotas para reflejar mejor las posiciones relativas de los miembros en la economía mundial, protegiendo al mismo tiempo las cuotas de los miembros más pobres”. Por lo tanto, llamaron a que el Consejo Ejecutivo trabaje en el desarrollo, antes de junio de 2025, de “posibles enfoques que sirvan de guía para un mayor reajuste de las cuotas, incluso mediante una nueva fórmula de cuotas”.

El impacto en Argentina

Los Gobernadores son la máxima autoridad de cada país en el FMI. Para el caso de Argentina, el gobernador es el ministro de Economía. La aplicación del aumento puede tardar varios años, teniendo en cuenta que toda modificación de las cuotas tiene que ser aprobada por un 85 por ciento del total de los votos, y la cuota de un país miembro no puede ser modificada sin su consentimiento.

En el caso de Estados Unidos y Argentina, esta aprobación tiene que pasar por el Congreso y luego el presupuesto debe asignarle los fondos. Es que, una vez aprobada por la Junta, cada país debe cancelar la diferencia de la cuota. Si fuera del 50 por ciento, Argentina debería pasar de los 3187,3 DEG iniciales a 4780,5 DEG. Al valor actual del DEG, debería aportar 2133 millones de dólares. Como referencia, la aprobación del 2010 tardó más de cinco años en aprobarse porque el Congreso de Estados Unidos, que se negaba a aprobarlo.

Para el caso argentino, la modificación podría impactar reduciendo la cantidad de sobrecargos de interés que paga por el crédito vigente, ya que al aumentar la cuota se reduciría el cupo en infracción. “Se pagan sobrecargos de 200 puntos básicos cuando hay acceso excepcional. Es excepcional todo lo que está por encima del 200 por ciento de la cuota. A su vez, se agregan 100 puntos básicos cuando el pasivo con el FMI permanece arriba de los 200 por ciento de la cuota por más de 3 años (los sobrecargos sobre esa porción son de 100 puntos básicos adicionales, total 300 puntos básicos). Si se aumentan las cuotas en un 50 por ciento, los sobrecargos se aplicarían sobre montos adeudados menores a los actuales”, asegura Torres. 

El historial, hasta ahora, no acompaña: en el pasado el piso a partir del cual se pagan intereses por sobrecargos no se ajustó de manera proporcional al incremento de las cuotas. Si bien aún no se ejecutó, “no se descarta que una vez aprobados los aumentos de cuotas, no se aplique un ajuste de ese piso. Por lo tanto el impacto podría ser nulo para Argentina”, aseguró a PáginaI12 el el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, Alejandro Werner.



Fuente-Página/12