el enigma de otro mundo

Quienes conocen o han visto algún episodio o temporada de True Detective, creada originalmente por Nic Pizzolatto, saben que las temporadas no tienen continuidad, cambian los protagonistas, los directores. Lo que las une es la investigación de un crimen, a veces con pizcas sobrenaturales.

True Detective: Tierra nocturna, que ya emitió su segundo episodio anoche por HBO y HBO Max, tiene a Jodie Foster y a Kali Reis como protagonistas. Son dos policías del pueblo ficticio de Ennis, Alaska. El título tiene que ver con que es diciembre en el Ártico y no sale el sol ni por un minuto. Algo las alejó -la investigación del salvaje asesinato a Annie Kowtok, partera y activista nativa-, por lo que Evangeline Navarro (Reis) terminó patrullando las calles nevadas mientras Liz Danvers (Foster) toma un nuevo caso.

Igual, o mucho más espeluznante que el anterior.

En el primer episodio, estrenado hace una semana, ocho científicos habían desaparecido sin dejar rastros. Trabajaban en una estación de investigación, y los espectadores vemos primero que uno tiene un extraño temblequeo y comportamiento. Al final de ese capítulo, aparecían los cadáveres congelados de los científicos (¿están todos?) en un descampado, con ojos arrancados, autolesiones y expresiones de horror.

Ya en el segundo episodio, a Liz no le queda otra que aceptar como compañera en la investigación a Navarro. Y Las pistas indican que hay una relación entre el crimen de Annie y el misterioso caso de los científicos. La lengua que encontraron en la estación, ahora sabemos, era la de Annie.

Issa Lopez, la guionista y directora mexicana de esta cuarta temporada, no da nada por sentado. Aquí hay que ir develando qué está sucediendo, y uno entra en las conversaciones sin que le expliquen demasiado. True Detective implica abrir la mente, observarlo todo, mientras el enigma sigue sin resolverse.

En este segundo capítulo el personaje de Fiona Shaw, Rose, cobra más relevancia. Como el pequeño Cole en Sexto sentido, ella ve gente muerta. Y ella, como Liz, como Evangeline, tiene flashbacks de microsegundos.

Ahí habría otras señales.

Y hay otro personaje que cobra mayor entidad. Raymond Clark, uno de los que desapareció, habría tenido relación con Annie. De hecho, Liz reabre el expediente de Annie y descubre que Clark, por ejemplo, usa una chaqueta que perteneció a la asesinada. Y en la frente de algunos cadáveres aparece un extraño símbolo.

Annie tenía un tatuaje de un pictograma en espiral, y Clark tenía lo mismo en su pecho.

Raro. Extraña coincidencia.

Por suerte, uno de los cadáveres “revive” mientras están sacándole el hielo que cubría su cuerpo. Por supuesto, está en coma inducido, pero bien puede dar indicios de qué cuernos sucedió. Y no, no están todos los cadáveres. Falta uno. El de Raymond Clarke. ¿Estará vivo?

Y hay más preguntas, luego de que sabemos que los científicos buscaban microorganismos en núcleos de hielo, que podría llevar a una cura del cáncer. ¿Y por qué el agua está contaminada? ¿Hay algo sobrenatural dando vueltas por Alaska?

Hay algo, si se quiere, de Mare of Easttown, la miniserie de HBO con Kate Winslet como una policía que investigaba un crimen. Ambas son sagaces, y las relaciones de Liz y de Mare con los otros personajes son expuestas de manera indirecta. Y si lo que nos atrae de una serie y nos hace esperar al próximo capítulo para saber qué va a suceder, es que estamos ante un gran programa.

Todas las actuaciones son más que correctas, pero lo importante pasa por otro lado. Son personajes en una situación extrema, de la que nos quedan aún cuatro episodios para saber su desenlace.

“True Detective: Tierra nocturna”

Crimen. Estados Unidos, 2024. Título original: “True Detective: Night Country”. 6 episodios, SAM 18. De: Issa Lopez. Con: Jodie Foster, Kali Reis, Fiona Shaw, Finn Bennett. Disponible en: HBO y HBO Max. Estrena nuevos episodios cada domingo a las 23.