El Club Atlético Belgrano brindó un emotivo homenaje a Sonia Torres, la histórica referente de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba que falleció el pasado 20 de octubre, luego de dedicar la mitad de su vida a buscar a los nietos y nietas que fueron apropiados durante la última dictadura cívico-militar. Sonia, como muchas otras abuelas, murió sin poder abrazar a su nieto, que sigue sin conocer su verdadera identidad.
El homenaje, organizado por Soledad Ceballos, integrante del Área de Genero, Inclusión y Derechos Humanos del Club Atlético Belgrano, se llevó a cabo este lunes, en el partido que se disputó contra Tigre por el torneo de primera división.
“A través de su presidente Luis Fabián Artime, Claudio Giomi de la Comisión Directiva y Alejandro Moyano Secretario del club entregaron a lxs nietos de Sonia Camila Gómez Parodi, Gonzalo Parodi y al compañero de Abuelas Mirmi Chabrol la distinción de ‘Pirata Eterna’ del club cordobés”, comunicó Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba en redes sociales.
“En el mismo acto se rectificó el nombre de la nieta Belén Estefanía Altamiranda Taranto quien hace unos meses asentó su verdadera identidad”, agregó el organismo.
Quién fue Sonia Torres, “la Abuela de Córdoba”
Sonia Torres nació en 1929 en Villa Dolores, Córdoba, donde estudió baile y música. Luego se fue a estudiar farmacia a Rosario, donde conoció al aviador Enrique Parodi, con quien tuvo tres hijos: Luis, Silvina y Giselle.
El quiebre en su vida tuvo lugar el 26 de marzo de 1976, dos días después del golpe de Estado, cuando las patotas que regenteaba Luciano Benjamín Menéndez secuestraron a su hija Silvina Parodi y a su yerno Daniel Orozco, militantes del PRT-ERP, quienes hasta hoy siguen desaparecidos.
Silvina estaba embarazada de seis meses, por lo que en junio de ese año Sonia comenzó a buscar a su nieto. “Nunca bajó los brazos, recibió amenazas, sufrió un atentado, pero nada la intimidó para seguir reclamando justicia y saber del paradero de su nieto”, recordó Abuelas de Plaza de Mayo el día en que la histórica luchadora falleció.
En el juicio por los crímenes en La Perla, donde estuvieron secuestrados Silvina y Daniel, se supo con certeza por una sobreviviente que su nieto era varón y que nació el 14 de junio de 1976 en la Maternidad Provincial de Córdoba. Silvina, de 20 años, lo llamó Daniel Efraín.
“A ella la llevan de vuelta al Buen Pastor, que era la Cárcel de Encausados, ahí le permiten estar dos días con su bebé y después la llevan a La Perla y al bebé lo entregan en Casa Cuna. La monja Monserrat Tribo entregó a mi nieto a una familia pero nunca me quiso decir a qué familia”, contó Sonia años atrás. La Iglesia sacó del país a la religiosa y la trasladó a España cuando el tribunal convalidó el pedido de citarla a declarar.
“Yo no me voy a ir de acá hasta encontrar a mi nieto”, repetía Sonia, que en 1978 se incorporó a Abuelas y hasta hace pocas semanas iba todos los días a la filial local a trabajar en la búsqueda de nietas y nietos.
En junio de este año, le había escrito una carta a su nieto por su cumpleaños numero 47. “Querido nieto, yo soy tu abuela Sonia. Hoy 14 de junio de 2023 cumplirías 47 años. ¡Hace tanto tiempo que estoy buscándote! Han pasado 47 años sin poder estar a tu lado en los momentos lindos y los difíciles, sin tu sonrisa y sin tus caricias (…) Mi deseo más grande es poder abrazarte y descubrir juntos el amor que tanto unió a tus padres y que vive en vos y en mí”, decía la misiva.