El 15 de octubre de 2020 Dolores Etchevehere, miembro de una de las familias más tradicionales del reducido universo terrateniente de Entre Ríos, entró para ocupar un campo de su familia acompañada de un grupo de organizaciones sociales y políticas, una posesión que duró casi dos semanas que están reflejadas en el documental Otra semilla, de Matías Scarvaci, que se estrenó este jueves en el Cine Gaumont.
De lo privado a lo público, la película de Scarvaci (Los cuerpos dóciles, El libro de los jueces, La sed) cuenta el despojo de la herencia familiar denunciado por Dolores Etchevehere por parte de sus tres hermanos -uno de ellos, Miguel, fue ministro de Agroindustria de Mauricio Macri y también dirigió la Sociedad Rural– y a la vez, retrata los manejos de un poder de los hombres de la poderosa familia que se ejerce no solo sobre Dolores, sino sobre los derechos de trabajadores y habitantes de la región.
“A partir de un hecho tan simple como es que la protagonista decide volver a la casa de su infancia, se fueron desplegando diferentes situaciones que involucran al poder policial, judicial y comunicacional”, dice Scarvaci a Télam, “todo el episodio deja a la intemperie una forma de ejercer el poder, tanto en lo público como en lo privado”, completa el realizador, abogado mediador y actor.
La muerte de su padre, Luis Félix Etchevehere, puso a Dolores a batallar contra sus tres hermanos y su madre por la parte de la herencia que le correspondía, una lucha que luego de 11 años, tomó otro giro cuando se vinculó al dirigente social y político Juan Grabois, con el que a través del “Proyecto Artigas” confluyeron en el reclamo de los bienes de Etchevehere y el desarrollo de una iniciativa agroecológica. Un proyecto “para el desarrollo de un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación”, según destaca la información brindada por la producción de la película.
Consultado sobre si Otra semilla podrá reinstalar en la discusión pública la problemática que ahora se dirime en la Justicia, Matías Scarvaci opina que sí, “que el foco esté puesto en los derechos vulnerados y que la política logre visibilizar esta problemática”.
La película, premiada en el Festival internacional de Cine de Guadalajara y en el Festival Internacional de Cine Documental, DOCA, se estrenó en el Cine Gaumont del barrio porteño de Congreso.