Si te pregunto ¿en qué momento del día engorda más comer chocolate? quizás me digas que da lo mismo. Que lo importante son las grasas, azúcares y calorías que consumimos. Pero verás que, en realidad, no da igual.

Existe un área de la ciencia que se encarga de estudiar la interacción entre la alimentación y nuestro reloj circadiano -ese reloj biológico interno que regula y ordena nuestra temperatura corporal, nuestro nivel de hormonas, nuestra presión, nuestro sueño-: se trata de la crononutrición. Y esta a su vez se inscribe en un área más amplia, la de la cronobiología.

La crononutrición es un campo novedoso. Se ha descubierto que nuestro reloj circadiano influye también en nuestras emociones, nuestras ganas de comer y en cómo degradamos los alimentos que comemos. Así es como los ritmos circadianos inciden en nuestra salud en general, pero también en nuestro peso corporal.

Tradicionalmente, los estudios sobre la regulación del peso se habían enfocado en forma casi exclusivamente en qué y cuánto comemos. Tomemos de nuevo el ejemplo del chocolate: cuántas calorías y cuántos gramos.

La pregunta por el “cuándo” empezó a aparecer hace alrededor de 15 años, con la aparición de una serie de estudios en animales que vinculaban los ritmos circadianos con el aumento de peso.

Ustedes saben que los ratones viven al revés que nosotros: de noche están despiertos y de día, duermen. ¿Qué hizo entonces un grupo de investigadores? Les dieron de comer de día y llamativamente observaron que engordaban más que aquellos que comían de noche, es decir, en su horario habitual. Los resultados de ese estudio abrieron la puerta a otros trabajos en humanos.

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Mitos y verdades sobre comer de noche. Por la médica nutricionista Mónica Katz.

De hecho, apenas años después en España una investigación mostró que los participantes que almorzaban después de las tres de la tarde engordaban más que los que comían más temprano.

Por lo tanto, lo que se empezó a ver es que no solamente engordás cuando ingerís más calorías sino cuando lo hacés mucho más tarde porque no metabolizás la grasa tan rápido, lo que favorece la acumulación, el azúcar te sube más y la insulina (que forma grasa), también.

En fin, todo lo que puede ayudarte a tener buen peso empeora si hacés una cena después de las 7 de la tarde.

¿Cómo se explica esto? El estilo de vida actual con acceso constante a alimentos y actividades a toda hora puede interrumpir el funcionamiento saludable del ritmo circadiano.

No somos ratones

La pregunta entonces es: ¿podemos tener en cuenta todo esto a la hora de comer?

Ayer le pedí a mi marido que volviera más temprano a casa para cenar, pero se demoró más que nunca debido a una reunión importante y al tráfico en ruta.

La ciencia avanza. Cada vez hay más evidencia de lo que es bueno y malo para nuestra salud, pero no siempre podemos apegarnos a ella. No somos ratas de laboratorio comiendo en condiciones controladas.

La crononutrición estudia la interacción entre la alimentación y nuestro reloj circadiano. Foto ShutterstockLa crononutrición estudia la interacción entre la alimentación y nuestro reloj circadiano. Foto Shutterstock

Lo mejor es encontrar un equilibrio y el equilibrio está en hacer lo mejor que podemos la mayor parte del tiempo.

Existe evidencia de que además de la cantidad y el contenido de nutrientes de los alimentos, se debe tener en cuenta el horario de las comidas a lo largo día. La vieja recomendación de “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo” se encuentra vigente.

Sin dudas, comer más temprano y hacerlo en la porción justa es lo mejor para vos, si lo que buscás es un cuerpo sano y cómodo. Acordate, igual, que no es la última cena.

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