Declaraciones fraudulentas de exportaciones e importaciones, también de contrataciones de fletes marítimos que prestan servicio para el comercio exterior, e incluso falsos contratos de turismo y declaraciones de gastos fuera del país. Todo ello quedó vinculado al tráfico ilegal de dólares que se opera a través del mercado “blue”. Así quedó demostrado tras las primeras revelaciones que surgen de los allanamientos en cuevas y en un gran centro de operaciones que funcionaba en las oficinas de Ivo Rojnica, “el croata”. La investigación en curso va dejando a la luz un modus operandi del delito financiero que supera lo imaginado en el inicio de la misma.

El volumen del desvío de divisas involucrado podría superar, y con creces, cualquier otro mecanismo de fuga y defraudación conocido hasta ahora. Porque, además de la “repatriación” de los dólares extraídos del comercio exterior para multiplicarlos en las cuevas, las mismas oficinas prestaban el servicio de abrir cuentas en la banca offshore, donde empiezan a aparecen nombres relevantes en el listado de “clientes”. No está todavía en claro si el megacentro de operaciones ilícitas de Rojnica era el mayor en volumen de operaciones, o si hay otros similares o más grandes. Pero no hay dudas de que no es el único activo en la materia. 

Casi no hay semana en la que no se conozca, al menos, un nuevo caso de subfacturación de exportaciones. En la última, se realizaron 38 allanamientos por una denuncia de Aduana contra Ambiental Campana SA, por presunto fraude en más de cien exportaciones de oleínas (materia prima del aceite de oliva) y ácidos grasos subfacturadas en casi 70 por ciento de su valor. Pocas horas antes se había informado la denuncia a una empresa pesquera por subfacturar exportaciones de merluza y colas de langostino en un 30 por ciento respecto del registrado en su destino final, Brasil.

Las primeras conclusiones obtenidas sobre la documentación secuestrada en las oficinas de Nimbus, en San Martín 140 piso 19 del microcentro porteño, indican que en esa dirección se operaba en base a diferentes delitos financieros y cambiarios, de gran magnitud, que se combinaban para lograr “un mayor rendimiento económico” con la defraudación.

Algunos consistían en “burlar” las reglas del Banco Central mintiendo sobre los valores exportados (subfacturando la declaración, para no ingresar al país la diferencia) o importados (sobrefacturando, para pedir más dólares que los necesarios para pagar la compra, dejando en el exterior la diferencia). Aquí aparece la complicidad de “exportadores” e “importadores” que cumplen un rol activo en la estafa. Los mismos que después, siguiendo la arquitectura armada por Nimbus, enviaban los dólares no declarados de vuelta a la Argentina, para ser vendidos a un precio muy superior en las cuevas del dólar blue.

Lo que algunos llaman “un mercado libre de compra y venta de dólares” es, en realidad, un tráfico ilegal de divisas que tienen por origen una estafa al Banco Central. 

Las últimas revelaciones de la investigación muestran que funcionaban además otros mecanismos de fraude y alimentación del circuito: fletes marítimos e importación o alquiler de contenedores que se sobrefacturaban para sacarle los dólares al BCRA a precio oficial.

El control y cruce de datos de Aduana-AFIP reveló que dos empresas del sector, Maxicontainer y Contienes SRL, eran utilizadas para inflar el valor de los fletes y contenedores, obtener los dólares del BCRA y girarlos a Paraguay, desde donde la empresa Kaya SA facturaba los servicios pagados por las primeras. El material secuestrado en el allanamiento a Nimbus y su posterior procesamiento permitió concluir que el reingreso de las divisas al país se operaba a través de la maquinaria manejada por Rojnica. En Aduana estiman que el monto fugado a través de este mecanismo alcanza a 10.997.653 dólares.

Marcelo Iwassjuk, socio principal en ambas empresas de flete marítimo, aparece en los registros de operaciones diarias de Nimbus. En la ilustración que acompaña esta nota se ve la imagen de una “planilla de caja”, llenada a mano, secuestrada en Nimbus. Corresponde a ingresos y egresos de los días 28 y 29 de septiembre. En la línea 24 (quinta desde abajo) se llega a leer, en la columna de “Clientes/De parte de”, la descripción “Iwassjuk (Galicia)”. En la columna de Egresos, sin contrapartida en Ingresos, está anotada la cifra “$40.000”. ¿Dólares?

Podría tratarse de un Retiro de fondos de los repatriados por Rojnica. Muchas operaciones de esa planilla sugieren eso: retiros en dólares o en pesos. Estos últimos, sospechan los investigadores, después de haber sido vendidos los dólares en el mercado blue. Por ejemplo, aparecen varios retiros a nombre de “Global Pay” (dos el día 28, por 7,5 millones de pesos cada uno, otro el día 29, por 901.000 pesos). Otro, identificado como “Galicia Express (Galicia)”, por 3.401.230 pesos, y otro más llamativo aun, a nombre de “Rober H P18” (¿piso 18?) por una suma de 765.888.250 pesos, en la última operación del día 28. Según relatan fuentes de la investigación, este nombre es uno de los que aparece con más frecuencia en las planillas y con las cifras más importantes.

Tres bancos aparecen mencionados, entre paréntesis, acompañando el nombre o seudónimo de la persona que retira el dinero: Galicia, Santander y BBVA. Pero eso, sólo en una página,  a la que tuvo acceso este diario de las planillas de caja. 

También hay documentos que señalaban como “destinatario o cliente” de los fondos a repatriar a “Refinería de Grasas Sudamericana”, una firma del partido de Quilmes que había sido denunciada por la Aduana en junio por irregularidades detectadas en 158 operaciones. La empresa había subfacturado exportaciones a Colombia y Perú apelando a una empresa pantalla radicada en EE.UU., que sólo tenía operaciones con la exportadora. La intermediaria se llamaba Sphere Trading LLC. Se detectó que los valores eran un 68% inferiores a los nominales de mercado.

A su vez, Refinería Sudamericana fue también denunciada por la importación de maquinaria usada que se intentó hacer pasar como nueva para inflar su valor. Según informaron fuentes oficiales, la firma con planta en Quilmes dedicada a la comercialización de subproductos agrícolas y ganaderos opera además un hotel boutique de lujo en los lagos patagónicos, denominado “Villa Beluno”. Las autoridades ahora sospechan que las inversiones aplicadas al emprendimiento pudieron estar relacionadas con las denuncias que obran en la Justicia.

En el servicio de banca offshore que ofrecía la mega agencia de Rojnica, comenzaron a relevarse los nombres que aparecieron en la serie de carpetas, con firma de los presuntos clientes. Se destacan entre ellos un empresario de una de las familias propietarias más encumbradas del negocio del azúcar, un directivo de uno de los primeros countries de Pilar, un ex futbolista y actual manager, y un mediático tributarista, asociado además a un integrante de una tradicional familia bodeguera de este país.

 



Fuente-Página/12