Investigadores del Conicet descubrieron que la administración de fitoesteroles (compuestos vegetales) permite contrarrestar la pérdida de audición, de acuerdo a una prueba realizada en modelos animales, lo que abre la posibilidad de avanzar con ensayos preclínicos y clínicos y, de confirmarse, desarrollar una terapia para esta condición en la que hoy sólo están disponibles los audífonos o los implantes cocleares.
El trabajo, recientemente publicado en la prestigiosa revista PlosBiology, consiste en una investigación básica realizada en ratones cuyo objetivo inicial fue estudiar cómo cambiaban los niveles de colesterol en oído interno con el envejecimiento y si una modificación en el contenido de éste podría estar relacionado con la pérdida de audición que se produce normalmente a medida que avanza la edad.
“El colesterol es parte de las membranas de las células y tiene un rol importante en regular cómo está compuesta. Uno de los tipos de células ciliadas (las células ciliadas externas) por su función requieren de la presencia de una proteína llamada prestina en su membrana que les permite cambiar su forma en respuesta a los estímulos sonoros, lo que aumenta la intensidad con la cual detectamos los sonidos”, explicó María Eugenia Gómez Casati, investigadora del Conicet en el Laboratorio de Fisiología Auditiva del Instituto de Farmacología en la Facultad de Medicina de la UBA.
Gómez Casati aclaró que las células ciliadas “son las células del oído que se ocupan de detectar los sonidos y transformarlos en señales eléctricas que viajan al cerebro”.
El primer hallazgo importante del trabajo fue que los niveles de colesterol disminuyeron con la edad, específicamente en estas células ciliadas: “Esto nos permitió proponer que este cambio de niveles de colesterol impactaba en la capacidad de los ratones viejos en oír”, contó.
Para demostrar esta conclusión, el grupo de investigadores alteró los niveles de colesterol en ratones jóvenes (que no tenían problemas de audición) mediante el uso de la droga efavirenz, una de las que se utiliza en los tratamientos antiretrovirales para personas con VIH. De hecho, se reportaron problemas en la audición en algunos pacientes tratados con este fármaco.
“Lo que hace efavirenz es activar a la enzima que degrada colesterol llamada CYP46A1. Lo que nosotros proponemos es que el descenso de colesterol de las células ciliadas altera la composición de la membrana de estas células impidiendo su correcto funcionamiento”, indicó. Y continuó: “Luego, intentamos ver si podíamos revertir la pérdida auditiva en estos animales tratados con la droga efevirenz mediante la suplementación dietaria con fitoesteroles. Los fitoesteroles son compuestos de origen vegetal que tienen una estructura similar al colesterol. Y esto fue efectivamente lo que encontramos, que el consumo de fitoesteroles previene la pérdida de audición producida por efavirenz”.
Para Gómez Casati, “la relevancia de este trabajo es haber encontrado un mecanismo que relaciona una observación clínica cotidiana, como la pérdida de audición, con un mecanismo fisiológico sobre el cual se puede intervenir; más aún, las intervenciones experimentales planteadas en el trabajo, como la suplementación dietaria con fitoesteroles, serían fácilmente trasladables a un contexto terapéutico”.
Por su parte, Valeria Castagna, becaria doctoral del Conicet y coautora del trabajo, aclaró que esta intervención en la dieta con fitoesteroles se realizó en modelos animales cuya pérdida de audición se indujo con la droga efavirenz. “Todavía queda pendiente demostrar los efectos terapéuticos de los fitoesteroles en ratones con pérdida de audición espontánea asociada a edad avanzada, y de verificarse, el siguiente paso sería realizar ensayos clínicos en individuos sanos e hipoacúsicos para demostrar si el tratamiento con fitoesteroles resulta eficaz“, subrayó.
En el mismo sentido, Gómez Casati explicó que “si bien resta mucho camino, el hecho de que en este trabajo se realice una intervención efectiva que consta de una suplementación dietaria da esperanzas en que se pueda concluir en tratamientos poco traumáticos para los pacientes, e incluso permiten soñar con tratamientos que no requieran de fármacos“.
En caso de que se avance con desarrollo de esta línea de investigación, “los primeros beneficiados serían las personas mayores con pérdida de audición; a estos pacientes deben sumárseles todos aquellos que se encuentran bajo tratamiento con alguna droga, como el efavirenz, que altere el metabolismo del colesterol”.
En la actualidad no existen fármacos para tratar o prevenir la pérdida de la audición; hasta el momento, la única alternativa terapéutica es el uso de audífonos o en algunos casos el implante coclear.
Además de Gómez Casati y Castagna del trabajo participaron Alejandro Sodero, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (Biomed, UCA-Conicet); María A. Paulazo y Sara González Rodulfo, también del Biomed; Mauricio Martin y Setiembre Elorza, del Instituto de Investigaciones Médicas Mercedes y Martín Ferreyra (Inimec-Conicet-UNC); y Jimena Ballestero investigadora del Conicet en el Laboratorio junto a Gómez Casati.