“Queremos la verdad, que haya justicia para que Marianela pueda descansar en paz, pasaron 13 años y queremos poder seguir con nuestras vidas con ella en el corazón”, dice Patricia Zapata en diálogo con Página/12. La madre de la joven Marianela Rago Zapata, víctima de femicidio, se apresta a declarar este lunes 18 en el juicio contra su ex pareja, Francisco Amador, único imputado por el crimen. “Nuestro objetivo es que la persona que le hizo tanto mal, que rompió una familia, cumpla una condena, estamos seguros que fue Amador y hace 13 años que esperamos justicia”, agrega sobre quien asegura que habría matado a su hija entre el 24 y el 25 de junio de 2010. Zapata comentó que fueron acompañados por la secretaría de la Mujer de Tierra del Fuego, que participó de la apertura del proceso oral y público que comenzó el lunes pasado ante los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 de la Ciudad de Buenos Aires.

Marianela Rago Zapata tenía 19 años, estaba en segundo año de Periodismo en ETER, y era una adolescente feliz que tenía muchos amigos. Había venido de Río Grande a Buenos Aires a estudiar y alquilaba un departamento en Almagro donde convivía con su hermano. Desde que terminó el secundario Marianela soñaba con ser periodista, y como su hermano ya estaba en la ciudad fue fácil su traslado. Las mejores amigas de ella del sur también están en Buenos Aires, así que era llevadero. La joven estudiaba en el turno noche y algunos de sus compañeros fueron convocados a declarar en la causa, del mismo modo que un par de docentes de esa casa de estudios.

Desde hace cuatro años Patricia Zapata se mudó de Tierra del Fuego a Federación, en Entre Ríos, mientras que su hijo mayor, Matías, vive en Río Grande. “Todos sus amigos fueron investigados y el único sospechoso es Amador. Según la justicia no había suficientes pruebas para que quedara preso, pero tampoco había elementos para descartarlo del caso”, relata a este diario sobre el único imputado del juicio.

Francisco Amador también era de Río Grande, aunque algunos años mayor que ella. Estudiaba programación y habían sido pareja durante un año y medio, antes del asesinato. Hoy tiene 36 y llega al debate oral imputado por el delito de homicidio simple y sin prisión preventiva, luego de ser sobreseído cinco veces en la etapa de instrucción. “Soy inocente, señores, no soy culpable del crimen del que se me acusa. Nosotros tuvimos una relación de noviazgo con Marianela en mi juventud, luego de separarnos, tuvimos algún encuentro ocasional, algún ida y vuelta, no un noviazgo. Después de un tiempo, decidimos dejar de comunicarnos para cada uno seguir con su vida”, comenzó su declaración. “Luego de un año y siete meses el vínculo se disolvió. Empezamos a tener diferencias y discusiones respecto a diferentes actitudes, usos y costumbres”, expresó.

El imputado sería una de las últimas personas que la vio con vida, entre el jueves 24 y el viernes 25 de junio de 2010. “Después de que a los dos nos había ido muy bien en los estudios, yo había conseguido trabajo, decidimos vernos para celebrar. Fue la última vez que la vi. Después de eso transcurrí el fin de semana con normalidad y el lunes fui a trabajar”, explicó. Amador negó haberla golpeado durante la relación, aunque admitió haber mantenido un vínculo de “celos” con ella. Con la defensa del abogado Luis Ricca, Amador describió que se juntaron en el departamento de Marianela –en la calle Tucumán 2080–, cocinaron, tomaron vino y pasaron la noche juntos.

El fiscal general Sandro Abraldes le pidió al imputado que relate lo que realizó durante la noche del sábado y madrugada del domingo previo al hallazgo del cuerpo de Marianela, que apareció con 23 puñaladas luego de haber sido degollada. Además, el asesino le robó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos. La encontró su hermano Matías tres días después, preocupado porque el día anterior Marianela no había asistido a un encuentro con amigos para ver el partido en el que el seleccionado argentino le ganó al de México por 3 a 1, por los octavos de final del mundial de Sudáfrica 2010. 

Amador se transformó en sospechoso cuando el entorno de Marianela contó una serie de episodios de maltrato del pasado. Los abogados de la querella que representan a Patricia Zapata –Esteban Galli y María de la Paz Herrera, junto al Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría– hicieron hincapié en los celos que sentía el acusado hacia su expareja, y recordaron una escena que le hizo en una de las discusiones que tuvieron. “Tenía celos de un compañero de la facultad. En una de las peleas salió con un amigo y me presenté en el lugar donde fueron a cenar, quería corroborar con la persona con quien estaba. No le hice ninguna escena”, se defendió Amador. En tanto, por una pregunta del fiscal Abraldes, el acusado reconoció que antes de ser detenido borró las fotos y bloqueó los mensajes en su Facebook.

En el momento de su detención Amador dijo que la madrugada del 27 había salido con otra chica, coartada ratificada por testigos y que le permitió ser liberado en pocos días. Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino –algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada–, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.

Finalmente, hace cinco años la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador por una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa. Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27, cuando regresó del boliche al que había ido, pero una Junta Médica estableció como nuevo horario el lapso entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del 28. En el fallo, los camaristas dijeron que “se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento”. Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio imputado “reconoció que, antes de romper su relación amorosa, tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes”, y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela “le contó que salía con otra persona”.



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