“¡Vengan por mí!”, dice David Grann, escritor estadounidense del bestseller de no ficción de 2017 Los asesinos de la luna. Grann se comunica por Zoom desde Londres, mientras está de viaje y sentado en lo que parece una choza. No es nada grandilocuente y está encantado de abordar el tema de la “gran reescritura”. Esencialmente, mientras adaptaba el libro de Grann a la gran pantalla, Martin Scorsese se dio cuenta de que estaba haciendo una película “sobre todos los blancos”. Así que cambió de rumbo. En lugar de ensalzar a los agentes del FBI que resuelven los asesinatos de una comunidad indígena en la Oklahoma de los años veinte, la aclamada película de Scorsese se centra en la propia Nación Osage. En particular, en la vivaz pero condenada familia de Mollie Burkhart, interpretada con devastadora inteligencia por una oscarizada Lily Gladstone.
Sería un eufemismo decir que Grann acogió con satisfacción el cambio de planes. “Para mí, Mollie Burkhart siempre fue el alma del libro”, afirma. Los jefazos de Apple, el estudio responsable de la película, llamaron a Grann para comunicarle la noticia. Grann adopta un tono lacónico: “Me dijeron: ‘Ahora estamos pensando en hacerlo así’. Y yo me quedé como…”. Se imita a sí mismo hiperventilando de alegría. “‘¡Sí, oh sí! Definitivamente, háganlo así'”.
Grann dice, más de una vez, que nunca vio “el primer guión”. El autor de 56 años lleva dos décadas trabajando como redactor para The New Yorker; acostumbrado a sortear los litigios, no quiere que se hable mal de él ni que se le cite erróneamente. Pero se le nota la pasión en la voz cuando dice “Espero que el primer guión no se confunda con mi libro”. Es consciente de que, en algunos sectores, eso ya ha ocurrido (“Para ser sincero, creo que mucha gente no recuerda lo que hay en el libro”).
Para que quede claro, Grann no es un fan del tópico del “salvador blanco”: El “nuevo” ángulo de Scorsese es el mismo que adoptó Grann, allá por 2017. El autor neoyorquino abordó la investigación del FBI en la segunda parte de su libro. “Por lo que he leído, el primer guion se limitaba a hacer la segunda parte y eso habría tergiversado el libro… La reescritura hizo que la película sea mucho más fiel al libro”, lanza Grann, molesto consigo mismo. “Quiero decir, no importa realmente si es fiel al libro. La película es fiel a la historia”.
Para quienes no estén familiarizados con esa historia, el descubrimiento de petróleo en tierras “rocosas y estériles” propiedad de la nación Osage, desencadenó una oleada de horribles crímenes perpetrados por blancos racistas contra los repentinamente ricos nativos americanos. Mollie pierde a su madre, Lizzie, y a sus tres hermanas, Minnie, Anna y Rita, en circunstancias sospechosas. Afligida y traumatizada, Molly se aferra a su marido blanco, Ernest (Leonardo DiCaprio), con el que tiene tres hijos. Finalmente, una investigación del FBI sugiere que la persona que orquestó los asesinatos podría ser el tío de Ernest, William Hale (Robert De Niro). Mollie se niega a creer que Ernest se haya confabulado en un plan para destruir a toda su familia. Pero su confianza está fuera de lugar.
Grann no ha conocido a De Niro (“no estaba en el plató cuando lo visité”). Pero pasó tiempo con Gladstone y DiCaprio y quedó impresionado por su determinación para entender a estos personajes. El plan era que DiCaprio interpretara a Tom White, el hombre que dirige la investigación del FBI.
“DiCaprio me llamó y me dijo: ‘Estoy pensando en interpretar a Burkhart en lugar de a White'”, recuerda Grann. “Y yo le dije: ‘¡Oh, si yo fuera tú, lo haría! Porque Ernest Burkhart es una de las figuras más complicadas pero críticas. No era un sociópata. Todas las cartas y entrevistas que hice indican claramente que tenía sentimientos genuinos por Mollie. Y sin embargo, como se ve en la película, se vuelve cada vez más cómplice de estos asesinatos. Como se ha dicho a menudo, en relación con la Alemania nazi, los crímenes de este tipo requieren “ejecutores voluntarios”. Lo que Ernest hizo fue tan profundo, enfermizo, íntimo. Fue la traición definitiva… no hubo límites que no se cruzaran. Eso es lo que DiCaprio consigue, las contradicciones de la gente. Es una de las mejores interpretaciones que le he visto hacer a él o a cualquiera”.
Grann agrega: “Y no podría haber mejor representación de quién era Mollie Burkhart que Lily. Me recuerda a una actriz de cine mudo. Deja que esas expresiones se muevan por su cara. Para mí, la interpretación es como un misterio extraño, no sé cómo lo hacen. De Niro también es extraordinario, tan eficaz a la hora de captar esa psicología perversa que Hale realmente tenía”.
Si los tres actores son nominados a los Oscar, ¿quién le gustaría más que ganara? Grann suelta un rugido. “Quiero que todos consigan el Oscar. Creo que todos lo merecen. Y no lo digo como alguien que escribió el libro, estoy siendo sincero”. Y suelta otra risita. No puedo elegir entre ellos, pero diría que Lily Gladstone no ha estado en tantas películas como De Niro y DiCaprio y creo que todo el mundo conocerá su nombre después de esta película”.
Grann está encantado de que Scorsese mantuviera el título del libro, que está tomado de una línea de un poema de 2009 escrito por Elise Paschen, miembro de Osage (un poema contado desde el punto de vista de Mollie Burkhart). “Me alegró mucho. El poema es muy bonito y creo que es muy importante tener un título que esté arraigado en la tradición Osage. Me alegro de que no se decantaran por algo policíaco, algo muy cursi como, no sé, Sangre en la pradera”.
La mayor diferencia entre la película y el libro, dice Grann, es que la película, al centrarse en Mollie y Ernest, sólo puede insinuar la conspiración más amplia que opera en el estado. Grann explica que la tercera parte de su libro trata de una “cultura del asesinato” que iba mucho más allá de Hale, una “conspiración mucho más profunda y oscura”, que el joven jefe del FBI, J. Edgar Hoover, decidió ignorar. Grann dice: “La película hace un trabajo bastante bueno sugiriendo lo que estaba pasando… Pero las películas, por su naturaleza, tienen una lente narrativa más ajustada”.
La película tampoco es capaz de mostrar cómo esta sombría historia reverbera en el presente. Grann pasó mucho tiempo con Margie, la nieta de Mollie. “Me enseñó una foto de su padre y su tía junto a un hombre. No se ve la cabeza del hombre y tuve que preguntarle: ‘¿Era Ernest?’ Y Margie dijo: ‘Sí, mi padre le arrancó la cabeza’. Esa foto me lo dijo todo. Era un niño con una foto inocente de sí mismo con su padre. En un momento dado, se dio cuenta de quién era su padre y tuvo que quitarse esa cara, para no tener que mirar a su padre… En otra ocasión, Margie me llevó al cementerio y me enseñó a todos sus parientes que habían sido asesinados y me dijo: ‘Tuve que crecer sin primos'”. Grann baja la cabeza. Se le ha atragantado.
Killers of the Flower Moon es bastante larga de por sí (casi tres horas y media). Si Scorsese lo hubiera cubierto todo, los débiles de vista estarían totalmente jodidos. Grann dice, totalmente convencido: “Scorsese hizo un trabajo magistral. No podría estar más contento de cómo ha salido todo”. La confianza está en el corazón de la película. Y Grann, por si no se nota, confía en Scorsese. Cuando el director de 80 años y DiCaprio le preguntaron si podían adquirir los derechos de su nuevo thriller de no ficción, The Wager, Grann no lo dudó. “Cuando expresaron interés -y su gente expresó interés- fue la decisión más fácil que he tomado nunca”.
La apuesta está ambientada en el siglo XVIII y trata de una desastrosa expedición a vela en la que un grupo de británicos se amotina contra su capitán. Se trata de un tipo inflexible llamado Cheap, famoso por fusilar a sangre fría a uno de sus hombres. Cuando varios grupos de la misión consiguen regresar a Inglaterra, entre ellos Cheap y algunos de sus leales partidarios, la élite británica hace todo lo posible por encubrir el escándalo.
Grann cree que DiCaprio sería un increíble Capitán Cheap. Saltando en su asiento, Grann casi grita: “¡Todavía no sé nada del guión! Esto lo digo yo. No sé si DiCaprio tiene a alguien en mente. Podría interpretar a cualquiera. Sería un gran Bulkeley (el ingenioso y elocuente artillero de la Royal Navy que se convirtió en el líder de facto de los marineros)… ¡pero sería un Cheap increíble!”.
¿Y qué tiene Scorsese de especial? Grann tiene la costumbre de frotarse la cabeza cuando está serio. Ahora se la está frotando. “Los actores que interpretan a los miembros del Consejo Tribal Osage son auténticos hombres Osage. Me refiero a Everett Waller y Yancey Red Corn. No estoy seguro al cien por cien, pero me han dicho que cuando se presentaron a las audiciones para sus papeles, improvisaron sus discursos. Básicamente canalizaron lo que habían oído a sus familiares y dieron rienda suelta a su sentimiento de traición y rabia hacia las autoridades blancas. Scorsese pensó que era tan poderoso que dijo: “Vamos a ponerlo en la película”. Eso es lo que hace de Scorsese un gran cineasta. Él escucha”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.