Hace un mes y algo recibió un correo electrónico en inglés pero no le prestó atención porque pensó que se trataba de uno de esos e-mails de estafas virtuales. Nunca lo respondió. Finalmente a través de un mensaje de WhatsApp, la abogada, poetisa y activista feminista Lala Pasquinelli se enteró de que había sido elegida por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo en 2023 por su trabajo en “Mujeres que no fueron tapa (MQNFT)”, un proyecto que cuestiona estereotipos de belleza y mandatos sociales y que se convirtió en una comunidad de más de 464 mil seguidoras en Instagram. Pasquinelli habló con Página/12, todavía con la sorpresa y la emoción a flor de piel, por ser parte de una lista con figuras como la ícono feminista estadounidense Gloria Steinem, la ex primera dama de ese país, Michelle Obama, la ganadora del Premio Nobel de Economía, Claudia Goldin, y la futbolista de la selección española y ganadora del Balón de Oro, Aitana Bonmatí. Cuenta, con dolor, sobre las agresiones a través de redes sociales que recibió semanas antes del balotaje –muchas de mujeres de la propia comunidad de MQNFT—por posicionarse en contra del voto a Javier Milei-. Ha sido –describió– “una violencia que escala y que silencia también”. Y reconoció su temor por el futuro a partir del triunfo del candidato libertario, por el posible crecimiento de la violencia y la represión de la protesta social. Pero también –agregó— “me da miedo que usen nuestra agenda y la excusa de sacarnos los derechos para generar más grieta y más odio y para entretener a la sociedad con esos temas mientras suceden otras cosas”.
Tiene 47 años y nació en La Emilia, una pequeña localidad del partido de San Nicolás, en el extremo norte de la provincia de Buenos Aires, casi al límite con Santa Fe. Estudió Derecho en la UBA pero dejó las leyes para convertirse en artista visual y poeta. “Soy artivista”, se define. Es una superheroína feminista. Sus poderes son la observación sistemática y la mirada aguda. Mujeres Que No Fueron Tapa surgió en 2015 primero como una serie de obras, de mujeres que no salían en las tapas y le hubiera gustado ver en ellas, construidas con pedacitos de esas revistas. Después el proyecto creció hasta convertirse en una gran comunidad virtual.
Es la única argentina seleccionada este año para el proyecto BBC100Women y la tercera en la historia de esta iniciativa: la primera fue Mabel Bianco, médica, feminista, creadora de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), con larga trayectoria en la defensa de los derechos de las mujeres y las niñeces, y la segunda, la política y activista social transfeminista Alba Rueda en 2021.
–¿Qué significa para vos este reconocimiento internacional?
–Para mí es un montón, por lo inesperado, por las mujeres que integran la lista, algunas las admiro muchísimo, o sea, no puedo creer estar al lado de ellas. Y además yo vengo muy de lejos ¿viste? La BBC no estaba en mi mapa, recibir un reconocimiento internacional no era algo a lo que yo aspirara realmente. Vengo de un pueblo, de una familia de laburantes, de gente curiosa intelectualmente. En mi casa siempre hubo libros o cosas para leer, y mi viejo nos leía e inventaba cuentos desde chicos, mi mamá nos compraba los libros que se vendían en forma mensual y eran mi regalo de cumpleaños. Pero recibir un reconocimiento no era algo que le pasaba a gente como nosotros. Pensar que yo soy la primera egresada universitaria de toda mi familia en sentido amplio.
–¿Cómo empezaste con MQNFT?
–Nació como desprendimiento de un grupo que había armado allá por 2012 que se llamaba Mujeres pensando-no molestar, donde compartía muchas de las ideas que hoy están en el ADN de MQNFT. Eran los primeros años de los grupos de Facebook, nos compartíamos lecturas, videos, películas, y debatíamos por ahí, mujeres que estábamos en general en diferentes lugares del país, muchas del interior como yo. A partir de esos intercambios y encuentros, porque también hacíamos encuentros, en 2015 empecé a trabajar en una serie de obras, en collage, con pedacitos de revistas, estas revistas en las que las mujeres aparecían en sus tapas, siempre idénticas, delgadas, blancas, jóvenes, sexualizadas, con poca ropa, hablando de sus tips de belleza, sus amores románticos y heterosexuales y de la maternidad como fuente de toda felicidad para ellas. Yo crecía viendo esa representación de la feminidad y por más que a mi alrededor estaba rodeada de mujeres que eran increíbles como mi madre, ese modelo no solo se me aparecía como el que debía ser, sino que al mismo tiempo y esto me di cuenta mucho después, deslegitimaba a estas mujeres que yo tenía a mi alrededor. Cuando yo tenía unos 8 años, Violeta Chamorro era candidata a presidenta de Nicaragua y a mí se me voló la cabeza: una mujer podía ser presidenta, yo quería ser como ella. Pero la insistencia del modelo que te machaca la cabeza, es muy fuerte. MQNFT surge de la pregunta ¿cómo hubiera sido mi vida, qué decisiones hubiera tomado si hubiera crecido viendo en todos lados a las mujeres que conozco ahora, a las feministas que conozco ahora, a las científicas, a las atletas, a las políticas, a las artistas, a las sindicalistas, a las cocineras de los comedores organizadas, a todas esas mujeres que vienen a contradecir ese modelo?
–¿Cómo se armó la comunidad virtual?
–Y la comunidad se fue creando orgánicamente, porque a mí me gusta mucho conversar y que me cuenten historias, me encanta pensar a partir de lo que me trae el contexto y las personas. MQNFT es una convocatoria a que las que siempre pensaron estas cosas, las que siempre se sintieron incómodas intentando encajar en el ideal femenino, se encuentren con esas otras que son similares: somos un montón de personas que por mucho tiempo vivimos en la vergüenza, sintiéndonos rotas, falladas, insuficientes, y que fuimos descubriendo juntas que no éramos nosotras el problema, que lo que está roto es este sistema que nos quiere producir todas iguales, muñequitas de juguete, consumiendo alienadas las mismas cosas. Que no estábamos solas y que eso que parecía una falla puede ser una fuente de orgullo.
–¿Cómo definirías hoy al proyecto?
–Hoy creo que es una comunidad, que trabaja para construir contrapedagogías, –tomando de Rita Segato la idea de contrapedagogías de la crueldad–. Intentamos hackear el mandato de feminidad, creando y habitando nuevas pedagogías, para ir siendo otras, diferentes a esas que nos dijeron que teníamos que ser, diferentes a las del manual de la feminidad, pero construyendo entre todas que es eso que podemos ser si no somos eso que nos dijeron.
–¿Cuáles fueron los factores que han hecho tan exitosa tu propuesta?
–Me da risa lo de exitosa porque es una palabra que detesto. No me siento exitosa.
–Es cierto… no es la palabra más feliz pero lo digo en términos de la convocatoria que han generado a tantas mujeres que se han sentido interpeladas e identificadas con el planteo de MQNFT…
–Pensando en las variables que hicieron que MQNFT tenga una comunidad tan grande y abra conversaciones que claramente no inventamos nosotras, sino que salen del marco teórico del feminismo desde siempre, creo que el aporte es que nosotras intentamos que esas ideas no queden en una abstracción ni que tengas que ser magister para entenderlo, que sea accesible a todas, que puedas ponerle nombre a eso que sentís, que entiendas que eso que te duele, que esa incomodidad es opresión. Y nos sale bien, en el sentido de que muchas compañeras resuenan con la metodología. Creo que otra cosa que hacemos bien es tratar de no hablar por las compañeras, sino amplificar voces, traer a la luz las historias y los saberes subalternizados. Yo tengo una paciencia infinita y un amor infinito para leer historias y escucharlas y hacer algo con eso, con otras. Quizás ahí haya algunas claves.
–En el último tiempo recibieron bastantes agresiones por un posicionamiento político contra Milei previo al balotaje ¿Cómo interpretaste esa reacción? ¿Eran mujeres de la comunidad?
–Si, muchas eran mujeres de la comunidad, y si, recibimos mucha violencia por compartir públicamente nuestras ideas. Es duro, es difícil. A mí me duele un montón porque a veces venía de compañeras con las que intercambié muchos mensajes, que me han contado sus historias, que hemos charlado. Compañeras que nos decían, me ayudaron muchísimo pero no estoy de acuerdo con esto así que hasta acá llegué. Eso en el caso de las amorosas … después recibimos de todo tipo de amenazas, mails, mensajes de WhatsApp, de todo. Una violencia que escala y que silencia también.
–¿Tenés miedo por el futuro con este Gobierno a cargo de LLA?
–Sí, tengo miedo, me da miedo la habilitación de la violencia desde los líderes políticos, me da miedo la utilización de las fuerzas de seguridad para reprimir la protesta social, me da miedo el envalentonamiento de muchas personas que se mantenían más serenas y parece que les hubieran habilitado la función violencia para desparramar su odio a las minorías, a los grupos más vulnerables de la sociedad. Me da miedo que usen nuestra agenda y la excusa de sacarnos los derechos para generar más grieta y más odio y para entretener a la sociedad con esos temas mientras suceden otras cosas. Ojalá todos mis temores sean errados.