El futuro de los combustibles fósiles dominó este viernes las discusiones de la COP28 de Dubai, donde la OPEP pidió a sus miembros oponerse a cualquier mención crítica de esas fuentes energéticas en la declaración final de la conferencia. La COP28, en palabras del presidente de la cita, el emiratí Sultan al Jaber, puede ser “la que cambie las reglas del juego”, y el poderoso cartel petrolero, de 13 miembros y una decena de aliados, así pareció entenderlo y lo consideró como un riesgo.

“La presión indebida y desproporcionada contra los combustibles fósiles puede alcanzar un punto de inflexión con consecuencias irreversibles”, advirtió el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais, en una misiva enviada a los países miembros. “El proyecto de decisión aún contiene opciones para eliminar gradualmente los combustibles fósiles”, subrayó Al Ghais en su mensaje.

La COP28 evalúa el balance de la lucha contra el cambio climático desde 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París, que se fijó como objetivo limitar el calentamiento global a 2 ºC, y en lo posible a 1,5 ºC, respecto a los niveles de la era preindustrial. Los climatólogos coinciden en señalar que el mundo debe abandonar cuanto antes los combustibles fósiles si pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el calentamiento global.

Un nuevo borrador de declaración final de la COP28, de 27 páginas, fue publicado a media jornada, con variadas opciones sobre qué hacer con el petróleo, el gas y el carbón. “Abandonar” o “reducir” el uso de esas fuentes de energía es la disyuntiva básica de la declaración final, que los ministros deberían cerrar el próximo martes. En la mesa hay una tercera opción controvertida, que es la de no mencionar en absoluto esos combustibles.

Este último borrador muestra que nunca hemos estado más cerca de un abandono de los combustibles fósiles. Pero cómo será esa transición será una áspera batalla en los próximos días“, explicó Romain Ioulalen, de Oil Change International.

Los combustibles fósiles ejercieron un papel clave en el desarrollo de los países ricos y también en la concentración de CO2 en la atmósfera que está acelerando el calentamiento del planeta. Actualmente, muchos países en desarrollo, con reservas de hidrocarburos importantes, también ven con preocupación su eliminación.

“Aunque los países miembros” y sus asociados “se toman en serio el cambio climático (…), sería inaceptable que campañas con motivaciones políticas pongan en peligro la prosperidad y el futuro de nuestros pueblos”, continúa la carta de la OPEP. “Les ruego que terminen la tarea”, pidió Al Jaber a los casi 200 países presentes en Dubai.

Las decisiones se toman por consenso en las conferencias de partes (COP) de la ONU. “Las miradas están puestas en la presidencia”, advirtió Andreas Sieber, de la ONG 350.org.

Jaber distribuyó la tarea de aquí al martes en cuatro grupos de trabajo, copresididos por dos ministros de países, que deberán recibir las sugerencias de los participantes. “Siempre hay que prestar atención a lo que discuten los grandes protagonistas“, explicó Jennifer Allan, experta en negociaciones climáticas del Earth Negotiations Bulletin.

En Dubai, las relaciones entre EE.UU. y China marcan buena parte del ambiente negociador. La Unión Europea tiene una postura ambiciosa en la mayor parte de los temas.

China y Estados Unidos se reunieron el mes pasado y se mostraron de acuerdo en que “hay que acelerar suficientemente el despliegue de las energías renovables (…) para acelerar la sustitución de la producción de electricidad a partir del carbón, el petróleo y el gas”. Es decir, que la declaración de la COP28 podría vincular la suerte de los combustibles fósiles al aumento de la producción energética de las renovables.

Eso pasaría por triplicar la capacidad instalada de las renovables de aquí a 2030 y duplicar la eficiencia energética. “Tenemos que ser justos. Tenemos que ser equitables. Tenemos que ser ordenados y responsables en la transición energética”, declaró Al Jaber.

Uno de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 es lograr la neutralidad cero de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2050.



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