“El vínculo entre el tango y el rock va mejorando hace tiempo ya, van acercándose más”, considera Hernán “Cucuza” Castiello. “Los tangueros de mi edad, que bailan o tocan, ya venimos a ser los jóvenes de ayer, y venimos de cuna de tango pero crecimos en época de rock nacional, o rock nuestro como me gusta decirle, entonces es más natural, algo cronológico”. Cucuza es de esos artistas que mantiene a la vez múltiples proyectos. Uno de los más celebrados es la Menesunda, una serie de recitales donde versiona temas del rock vernáculo en tiempo de tango (o de vals y milonga) y lleva tangos a los infinitos subgéneros del rock.
La propuesta nació en 2013 y llegó al disco en 2019. El año próximo llegará el segundo volumen, del que anticipará media docena de temas este viernes a las 21 en Galpón B (Cochabamba 2536) junto a su banda y algunos invitados de fuste: “Zorrito” Von Quintero, Maxi Prietto, Facundo Radice y Tomi Lago.
Si en el primer volumen aparecían “tangos” de Charly García, de los Redondos, de Virus o Babasónicos, y hasta “valses” de Estelares, para el segundo ya anticipó una versión tanguera de “Sasha, Sissí y el círculo de baba”, de Fito Páez (donde se luce el piano de Juan Pablo Gallardo), promete a Página/12 “una milonguita de Los Fabulosos Cadillacs”, algún otro de los Redondos y de Soda, incluso puede aparecer uno de Acorazado Potemkin y, por supuesto, otros tangos llevados a la viola (en el horizonte hay humo de reggae, también). Serán en total unos diez u once temas que están siendo grabados de a poco. “La música es el arte de combinar horarios de los músicos y después con el estudio de grabación”, se excusa, aunque también aparecen los tiempos naturales del proyecto. Del debut al primer disco de la Menesunda pasaron seis años. Para este, bastante menos.
“Más allá del gusto personal, que a mí me gusten tanto el rock nacional y el tango, el espíritu de la Menesunda siempre fue ser un puente, expandir, agrandar, y hoy hay otros haciendo discos con el mismo espíritu”, reflexiona el cantor. “Me parece que en líneas generales hoy está todo ligado más amorosamente”.
Uno de los fenómenos más interesantes que resultan de la Menesunda es la recepción en el público. Cucuza advierte que el público tanguero no es uniforme. “No es uno sólo, hoy por hoy”, señala. Por eso él intenta “ser noble” en su propuesta. En el tradicional bar El Faro, de Villa Urquiza, ofrece un repertorio más tradicional. “Con la gente de ese palo del tango más puro, si se quiere llamarlo así, difícilmente hago un tema de Acorazado Potemkin o Soda Stereo, pero me sorprende ese público que me suele pedir ‘Irresponsables’, de Babasónicos”, cuenta. En las milongas suele pasarle algo parecido, sólo que en ese caso el origen de los versos de Adrián Dárgelos suele revelarse después de interpretar la canción. “Ahí no pueden decir nada porque lo estuvieron bailando igual que si antes cantaba uno de Raúl Verón o de los que hacía Enrique Campos con Tanturi, ¿viste? Eso provoca algo muy lindo”.
Hay que insistirle un poco, pero finalmente Cucuza acepta revelar algunos de los temas que adelantará el viernes. Uno, “Sheriff”, de Acorazado Potemkin, recibirá su tratamiento tanguero. El otro, el clasicazo 2×4 “Fumando espero” devendrá reggae. “Esa la grabé con Maxi Prietto, de Los Espíritus”, revela feliz.
“El público rockero quizás es más abierto para recibir las cosas, y ahí siempre fue buena la recepción, pero me sorprendió gente que vino a una Menesunda y después apareció por el Faro, a sabiendas que iba a escuchar un tango más tradicional”, destaca Cucuza. “Una de las cosas más lindas que me dicen de la Menesunda, es que han entendido por primera vez las letras de algún rock, creo que eso es mérito de la manera de cantar el tango, su tempo, los fraseos”, ahonda. “Escucharon ‘Confesiones de invierno’ cincuenta mil veces y ahora, aparte de darse cuenta que es un tango, entendieron la letra, de dónde viene, por qué, mismo me ha pasado con el de Babasónicos muchas veces, así que todo eso lo tomo como síntoma de que fue bien recibido y que es realmente un puente”.