El secretario de Trabajo de la Nación, Omar Yasin, confirmó este martes que convocará al Consejo del Salario para los primeros días de enero para acordar un nuevo aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). “Habrá que aumentarlo desde enero en un porcentaje bastante considerable. Vamos a ver lo que piden las partes”, explicó en una entrevista periodística. Actualmente está en 156.000 pesos.
Sin confirmación oficial aún, Yasin anticipó que la convocatoria será los primeros días de enero. La última suba se había acordado a fines de septiembre, bajo la gestión de la anterior ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos durante el gobierno de Alberto Fernández. La gestión anterior había anticipado que iba a convocarlo para mediados de enero.
Actualmente, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) es de 156.000 pesos. La cifra no alcanza a cubrir una Canasta Básica Total de 126.361 pesos que requería una persona para no ser considerada pobre en noviembre. En tanto, casi que triplica la cantidad de pesos que requería una persona para no ser considerada indigente en noviembre (59.887).
Se trata de una paritaria más compleja que la normal porque tiene 32 miembros, y el Estado interviene en caso de que no haya acuerdo. Al encuentro asisten normalmente los representantes de las tres centrales obreras CGT y las dos CTA y de los principales gremios nacionales tanto de estatales como del sector privado. Participan también dirigentes empresarios de entidades como la Unión Industrial Argentina (UIA) o de la Sociedad Rural.
En este escenario de inflación acelerada, la complejidad se profundiza. El dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni se encargó de ser el primero en marcar posición pública: “El salario mínimo no puede ser menos que la canasta familiar“, y agregó que “no puede desaparecer la lucha por el salario, porque las paritarias son solo para una parte de los trabajadores”.
De acuerdo a un informe elaborado por Cifra, la pérdida de poder adquisitivo (aumento del salario con respecto a la inflación) resultó particularmente fuerte en los dos últimos años del gobierno de M. Macri, cuando fue de alrededor del 25 por ciento, así como en 2020 en el marco de la pandemia de Covid-19, cuando se perdieron casi 10 puntos porcentuales adicionales. Desde 2021, a pesar de las continuas instancias de actualización nominal y ante la elevada inflación, no se logra una recuperación de su poder de compra. En el promedio del primer semestre de 2023 el salario mínimo mostró una reducción de 0,6 por ciento respecto del año previo.
Impacto
De acuerdo a su definición formal, el Salario Mínimo es el punto de partida del monto que debería percibir cualquier trabajador de más de 18 años por su trabajo y debe asegurarle una “alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, recreación y vacaciones”. Además de lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo, fue una herramienta utilizada por el gobierno de Néstor Kirchner para empujar hacia arriba la dinámica salarial (sobre todo de los salarios más bajos).
Durante los 90, el Salario Mínimo se estableció en un monto fijo de alrededor del 25 por ciento del promedio de los salarios en general, por lo que no servía como referencia para negociar. A partir de 2004, el gobierno de Néstor Kirchner rompió esta lógica y se lo apropió como herramienta para impulsar al alza la negociación salarial. En efecto, en 2004, el salario mínimo pasó a representar entre el 40 y el 45 por ciento del promedio de los salarios cobrados en la economía.
Hoy, apenas el 5 por ciento de los trabajadores asalariados registrados -excluyendo los del servicio doméstico, sector agropecuario y público- cobran menos que el SMVM. Con esta pérdida el impacto directo de ese salario sobre los trabajadores registrados es casi nulo, ya que los básicos iniciales de cada convenio se encuentran por encima de este monto, salvo para algunos sectores como las trabajadoras de casas particulares que, de todos modos, cuentan con un estatuto distinto a la Ley de Contrato de Trabajo por lo que el SMVM no sirve como garantía al momento de negociar.
La cifra, en cambio, impacta más para los asalariados no registrados- el 36, 8 por ciento cobra menos que el SMVM, guarismo que aumenta a 69,5 por ciento si se hace doble click en las empleadas de casas particulares-. Para los trabajadores informales, el salario mínimo impacta indirectamente, ya que establece un piso de remuneraciones como referencia para ese sector del mercado laboral.
El verdadero impacto de la cifra afecta directamente a algunos Programas Sociales. El más importante es Potenciar Trabajo, del Ministerio de Desarrollo Social: más de un millón mil personas cobran un 50 por ciento del salario mínimo. Sin embargo, esta relación directa también está en duda. Yasin señaló que se está estudiando “reformular el Potenciar Trabajo desenganchado del Salario mínimo y vital”, que determina su monto, y con la posibilidad de que “cambie incluso el nombre del Programa”.
La misma incertidumbre (sobre todo por si van a seguir brindándose) corre para el programa Acompañar del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, dirigido a mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género consiste de un apoyo económico equivalente al salario mínimo, vital y móvil por seis meses consecutivos, a la vez que se brinda un acompañamiento integral a las personas incluidas en el programa. El salario mínimo sirve hasta ahora también como referencia para algunas cláusulas para ingresar a programas como las becas Progresar, en el que el beneficiario lo cobra si su familia gana menos de tres salarios mínimos.