Desde un punto de vista puramente biológico y fisiológico sabemos que un puñado de milímetros no hace la diferencia. La mayoría de las mujeres no alcanzan el orgasmo no por el tamaño de su pareja, sino por la incapacidad de los hombres de ir más allá del coito con penetración vaginal. Esto debería preocupar a los chicos. En breve, un pene pequeño no compromete la capacidad de lograr placer ni de proporcionarlo.
Queriendo ir más allá, una modesta dotación puede resultar ventajosa en el caso del coito anal y para otra serie de prácticas menos tradicionales en las que nunca se piensa en primera instancia.
No existen motivos objetivos para padecer esta condición que -recordemos- está plenamente incluida en el normalidad. El estigma es un estigma cultural. y de (in)seguridad en uno mismo.
Energía de polla pequeña
En el mundo anglosajón existe una fórmula que describe un enfoque de la vida y las relaciones entre las personas: la energía de la gran polla. Es la energía, entendida como confianza en sí mismo, que exudan los hombres que se cree que están animados por la conciencia de tener un pene grande. La verdad es que nadie sabe realmente la dotación de quienes exhiben esta actitud; Precisamente porque el tamaño no es importante, la forma en que esa confianza en uno mismo se manifiesta en la vida cotidiana es fundamental.
Entonces el secreto para administrar nuestras medidas, es vivirlas de la forma más serena posible, no como una vergüenza, sino como un hecho que no afecta ni quiénes somos ni cómo somos percibidos. Porque así es realmente. Una vez pasada la sorpresa que puede tener una pareja casual ante una gran dotación, todo se agota. No es una distinción para una relación válida, ya sea sexual o sentimental.
Todo está en la cabeza de nosotros, los muchachos, y el trabajo sólo puede recaer en nosotros mismos. Recuperar tu condición, sea cual sea, es el paso fundamental para vivir mejoro. Toma uno Energía de polla pequeña Es posible, sólo hay que quererlo.
El único consejo válido.
Si estás convencido de que tienes un pene pequeño y no eres capaz de afrontar con calma esta condición, quizás con repercusiones en tu salud mental, no existe ninguna posición recomendada que pueda aguantar, ni ninguna práctica pseudocientífica de alargamiento del órgano. Todo lo que puedes hacer es Hable al respecto. Habla de ello con un experto, es decir, un urólogo hablar para tranquilizarse y, por qué no, uno psicólogo con el que emprender un camino de aceptación. Bueno, sí, hablar de ello con amigos también. Las inseguridades que experimentamos son las mismas que todos experimentamos. No somos únicos ni siquiera especiales.
educación afectiva que hemos recibido -o más bien, que no hemos recibido- nos lleva a aislarnos, a devolver tabú las discusiones sobre sexualidad que no se centran en actuaciones súper hoministas o en la actitud de camaradería (algo tóxica) que siempre proyecta nuestras impresiones, comparaciones, debates sobre el otro, sobre la pareja. Hablar de nosotros mismos es ciertamente más difícil, pero es la única manera constructiva de discutir.
Pregúntate no por tus medidas, sino mídete por tu capacidad de ser sujetos maduros capaces de compararte con los demás. Esta es la actitud de un verdadero hombre y tiene muy, muy poco que ver con lo que tienes entre las piernas.