A menos de un mes del estreno de Got Talent (a las 21.45, por Telefe), el reality de talentos que conduce Lizy Tagliani ya tiene un plan diseñado de etapas rumbo a la final, que será antes de fin de año.
El programa más visto de la TV actualmente -aún compitiendo contra el flamante Bailando de Marcelo Tinelli por América- está en plena ronda de audiciones, por la que pasan los elegidos del casting desplegando su don en escena: desde cantantes a magos, pasando por bailarines, mentalistas, acróbatas, pianistas, guitarristas e imitadores, entre otras cosas.
Para que terminen de demostrar lo suyo ante el jurado -integrado por Abel Pintos, Florencia Peña, La Joaqui y el coreógrafo uruguayo Emir Abdul– queda por lo menos un mes de presentaciones (son entre 7 y 10 artistas por día). Y las noches que el canal transmite la Copa Libertadores no va el programa (se emite de domingo -sólo ese día va a partir de 22.15- a jueves).
En esta primera etapa de audiciones, participan 450 artistas (ya sea en modo solistas, dúos o grupales). El mecanismo de aprobación o rechazo marca que cada uno de los miembros puede tocar un botón rojo (se traduce en una cruz en pantalla). Con cuatro botones rojos, el participante debe abandonar la performance. Si no, sigue. Y espera las devoluciones: necesita tres “para mí es un sí” para pasar de ronda.
También está la opción de que alguno de los cuatro apriete el botón dorado, en señal de aprobación absoluta, lo que le permite al artista pasar directamente a la etapa de semifinales. Hasta ahora lo han tocado Abel Pintos, Emir Abdul y Florencia Peña, en casi todos los casos con emoción y lágrimas mediante.
Terminada esta instancia, el jurado repasará las presentaciones de los elegidos y hará su propia preselección. De ahí saldrán quiénes oficialmente estarán compitiendo en los cuartos de final, que arrancarán aproximadamente a mediados de octubre. Luego habrá semifinales y, antes de que termine el 2023, se conocerá al gran talento argentino de este año.
El estilo de los jurados
La actriz Florencia Peña es quien más tarde, generalmente, en apretar el botón rojo, algo así como quien más tiempo le otorga al participante para que pueda mostrar lo suyo. Y eso genera empatía. Sus devoluciones suelen incluir los aspectos técnicos, pero también lo emocional que se pone en juego en cada participación.
Emir es el que tiene el ojo más afilado para los cuadros coreográficos y para todo lo asociado a la danza. Sus argumentaciones combinan exigencia y consejos.
La Joaqui vive atravesada por la emocionalidad y sus devoluciones siempre están vinculadas a lo subjetivo. Abel va de un extremo al otro: rigor o aprobación por emotividad.
En esta primera instancia de audiciones, a los cuatro se los vio algo sobreactuados en sus reacciones ante cada participante.