Entonces, en las escenas, ¿está Bradley dirigiendo? ¿No fue eso un truco de Hollywood? ¿Hablaban en serio?
Absolutamente. ¡Trabajamos tan duro! Ciertamente no queríamos fingir [ride]. Y basándome en su estilo y su interpretación construí el estilo más adecuado para que Bradley lo dirigiera.
Has elegido el camino más difícil.
Exactamente. Y no podría ser de otra manera. Seguimos el mismo camino que Ha nacido una estrella, ¿sabes? Todo era verdad. Recitaron todo, de arriba a abajo. Y Bradley también lo dijo, desde el principio «Ha nacido una estrella Funcionó porque realmente estábamos cantando, frente a una audiencia real. Por eso quiero que la música esté en vivo cuando dirijo”. Y tenía razón.
¿Bradley ha redescubierto la importancia de su trabajo?
Hablamos mucho de eso. Me llamó mucho la atención la forma en que Bradley afrontó la situación, porque una cosa es estar en el podio cuando eres un director de orquesta profesional y siempre tienes 200 ojos puestos en ti. Pero si tienes cien músicos delante, todavía te sientes desnudo, porque todos están ahí mirándote. Los músicos de orquesta más cínicos podrían incluso pensar que tocan independientemente de lo que haga un director que, en realidad, no toca directamente.
Quizás sea cierto, pero también es cierto que los directores no tenemos herramientas detrás de las cuales escondernos. Nuestros sentimientos están ahí para que todos los vean; por eso utilicé el término “desnudo”. Bradley claramente también lo sintió. Tanto es así que encontrarme al frente de una orquesta como esa fue probablemente lo más difícil que me ha tocado hacer, tanto como actor como todo corto.
Tampoco olvidaré nunca que, a pesar de las dificultades, una vez que terminó de rodar la escena, Bradley sintió que había logrado algo tan elevado, asombroso, espiritual y trascendental, que no tenía prisa por salir de ese estado de ánimo. Fueron días verdaderamente especiales. Para mí, no puedo ver esta película sin empezar a llorar desde el momento en que comienza la escena. Y, por supuesto, el resto de la película es muy poderoso emocionalmente. Sólo piensa en Felicia, con cáncer y todo.
Dijiste que sentías cierta afinidad con Lenny Bernstein. ¿Pudiste dar alguna indicación, no tanto sobre el estilo, sino sobre cómo es exactamente la vida de un director de orquesta?
Hablamos mucho de esto y de los directores de orquesta en general. Sin olvidar su relación con los músicos y la música. Tampoco se debe pasar por alto la dimensión solitaria y secreta de nuestra profesión. Aunque no sea un verdadero compositor, en la vida de un director siempre hay mucho espacio para estudiar las partituras, dentro de una dimensión muy silenciosa y privada. Sin embargo, al igual que Lenny, amo a la gente. Me encanta enseñar. Me encanta rodearme de otros seres humanos. Entonces, hablamos mucho sobre estas cosas.
También respecto a la breve escena del ensayo del Cándido, ciertamente inspirado por Bradley y Carrie vendrán a Filadelfia con la Orquesta de Filadelfia para Cándido, donde tuvimos la idea de que él compartiera el rol de narrador con ella, para permitirle vivir toda la semana de ensayos. Siempre estuvo ahí: en los ensayos del coro, del piano, del elenco y de la puesta en escena. De hecho, al principio, se suponía que la escena de Candide en la película sería un concierto, pero luego Bradley y yo hablamos de ello y dijo que sería mejor incluir una escena de ensayo, para mostrar las interacciones entre Lenny y el coro.