La Justicia de Colombia condenó a una mujer que ayudó a planificar el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, muerto a tiros en mayo de 2022 en una playa cercana a Cartagena de Indias, aunque la pena se sabrá recién a mediados del mes próximo.

La fiscalía solicitó una pena de 42 años y siete meses de cárcel para Margareth Lizeth Chacón Zúñiga, quien asistió a, por lo menos, cuatro reuniones entre el 5 y 8 de mayo de 2022, en las que se definieron detalles de logística, el traslado y el financiamiento del asesinato, precisó un boletín de prensa. A mediados de febrero, un juez de la caribeña ciudad de Cartagena definirá la pena definitiva de Chacón, quien fue detenida en enero de 2023 en El Salvador, adonde huyó tras el crimen.

Se trata de la tercera condena en Colombia por el asesinato de Pecci, quien había investigado a bandas de Brasil, además de a grupos de lavado de dinero libaneses de la Triple Frontera de Paraguay, Brasil y Argentina. Los hermanos Ramón Emilio y Andrés Felipe Pérez, quienes llegaron a Cartagena junto a Chacón para encargarse de la logística del crimen y pagar a los sicarios, ya fueron sentenciados a 25 años y seis meses de prisión. El exmilitar Francisco Correa, quien reclutó al sicario que disparó contra Pecci en una playa mientras disfrutaba su luna de miel junto a su esposa embarazada, colabora con la Justicia.

Autoridades colombianas, paraguayas y estadounidenses trabajan en conjunto para armar el rompecabezas del asesinato, que, según las pesquisas, está relacionado con redes del narcotráfico. De hecho, el paraguayo Miguel Insfrán, alias “Tio Rico”, buscado por la Interpol por tráfico de drogas, lavado de dinero y otros delitos fue detenido en Brasil en febrero del año pasado. Tanto él como el narco uruguayo Sebastián Marset, junto al expresidente paraguayo Horacio Cartes, están acusados de articular el asesinato del fiscal.

En tanto, en noviembre pasado su hermano, José Albero Insfrán Galeano se entregó ante la Fiscalía paraguaya luego de permanecer dos años prófugo. Se trata de un pastor de la iglesia Centro de Avivamiento de Curuguaty que tenía una orden de detención por presunto lavado de activos y narcotráfico, al igual que “Tio Rico”.



Fuente-Página/12