La delegación de Paz del Gobierno de Colombia anunció que los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se retomarán a partir del próximo jueves 30 de noviembre en Ciudad de México, luego de la crisis generada tras el secuestro del padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz.
“Dedicaremos nuestro esfuerzo a superar la crisis por la que atraviesa actualmente el proceso de diálogos, generada por el secuestro de Luis Manuel Díaz. Agradecemos el compromiso del Gobierno de México y del presidente Andrés Manuel López Obrador para la construcción de paz en Colombia”, expresó la delegación gubernamental en un comunicado recogido por Telesur.
El encuentro, que originalmente estaba programado para principios de noviembre, tuvo que ser aplazado en dos ocasiones, la última a causa del secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz. El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró hace unos días desde Estados Unidos que el Gobierno tiene peticiones claras en el nuevo ciclo de conversaciones con el ELN. “Hay que establecer una senda de superación completa, son pasos que hay que dar cada vez más profundos, cada vez más firmes”, indicó. “Sí, el ELN realmente tiene una vocación de paz, que yo espero que sea así, pues sabrá que hay unos pasos que ya llegaron. Hay un momento que ya llegó y ese momento es superar la lucha armada”, subrayó.
El diálogo
El ELN nació en 1964, inspirado por la revolución cubana, y hasta el 2012 el Gobierno colombiano sólo había conseguido reuniones exploratorias. La gestión de Juan Manuel Santos logró instalar por primera vez una mesa de diálogos y pactar una agenda, pero la llegada de Iván Duque en 2018 paralizó todo. No obstante, el 21 de noviembre del año pasado el Gobierno de Petro y el ELN instalaron en Caracas la primera ronda de conversaciones en busca de avanzar en un proceso de paz. “Durante cuatro años del anterior Gobierno no se dio ningún paso adicional, ahora en un año no solamente hemos reanudado la mesa, sino que hemos logrado 15 acuerdos”, señaló el senador colombiano y negociador con el ELN Iván Cepeda, en diálogo con la agencia de noticias EFE.
Entre esos acuerdos, además de alivios humanitarios en algunas regiones golpeadas por el conflicto y el comienzo para articular propuestas de la sociedad para que sean tomadas en cuenta por las dos partes, también se consiguió un cese al fuego bilateral de 180 días que comenzó el 3 de agosto. Más allá de pequeñas denuncias, todo parecía funcionar bien hasta que el 28 de octubre se conoció el secuestro de Luis Manuel Díaz, y unos días más tarde la delegación del Gobierno denunciaba que estaba en manos del ELN, que lo soltó 10 días después. “Como en todo proceso hay momentos duros, difíciles y ahora estamos en uno de ellos porque tenemos una controversia álgida con el ELN sobre el secuestro”, remarcó Cepeda.
La guerrilla reconoció que fue un error e hizo autocrítica, aunque insistió en que no se trató de una violación al cese al fuego, porque según dijo el comandante de ese grupo, Antonio García, “no existe un acuerdo donde el ELN se haya comprometido a no realizar operaciones de finanzas, entre ellas privaciones de libertad. No obstante, el secuestro de civiles que nada tienen que ver con el conflicto es una violación del Derecho Internacional Humanitario (DIH), según los Convenios de Ginebra, y por ende están prohibidos por el cese al fuego y son un crimen de guerra.
Voluntad de avanzar
El jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, pidió la pasada semana una reunión extraordinaria con su par del ELN, Pablo Beltrán, pero la guerrilla quería que la agenda siguiera lo previsto y que se vieran las caras en México en el quinto ciclo ordinario que estaba retrasado hasta ahora. Tampoco querían que el secuestro sea uno de los puntos a tratar y si pedían que se hable de su financiación como estructura. “Ni la sociedad colombiana ni ningún gobierno que acompaña este proceso estaría dispuesto a hacer una inversión de recursos en financiar a una organización que eventualmente, en cualquier momento, retomaría su accionar militar”, explicó Cepeda.
Según Cepada, el Gobierno no quiere darle ningún ultimátum a la guerrilla y tiene toda la voluntad de seguir negociando pero, aclaró que es necesario tocar el tema de los secuestros ya no porque lo pidan ellos, sino porque lo va a exigir la sociedad en su conjunto. “Sino el proceso se va a desgastar en su credibilidad, se va a desgastar en la posibilidad de convocar a muchos sectores de la sociedad colombiana y eso lo va a tornar, en algún momento, inviable”, remarcó el negociador.
Para el ELN, el Gobierno quiere hablar del tema de los secuestros para no evidenciar lo que está pasando en los territorios, que es un avance paramilitar desde que empezó el cese de hostilidades motivado por el cese al fuego, argumentan. La conclusión, como lo resumen las dos partes, es que el proceso es complicado, sin embargo el Gobierno está muy dispuesto a seguir adelante, ya que levantarse de la mesa, dijo Cepeda, no llevó a nada en el pasado. En tanto, desde el ELN ven con buenos ojos que las palabras del presidente Petro sean de seguir salvando el proceso.