El Gobierno de Colombia y el grupo armado Segunda Marquetalia, una disidencia de las extintas Farc encabezada por el guerrillero Iván Márquez, anunciaron el inicio de conversaciones para la firma de un “acuerdo de paz”, en el marco de los esfuerzos de “paz total” impulsados por el presidente Gustavo Petro.
Con unos 1.600 combatientes según inteligencia militar y considerada el ala dura de las disidencias, la Segunda Marquetalia se había mantenido hasta ahora al margen de las negociaciones que el presidente Petro sostiene con la mayoría de organizaciones armadas del país.
El acuerdo
El texto de 11 puntos adoptado por las partes anunció el inicio de “un proceso de diálogos sociopolíticos conducentes a la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y la organización armada rebelde Segunda Marquetalia”, creada por Márquez en 2019 tras su regreso a la clandestinidad, informó la agencia de noticias AFP.
El Gobierno y los rebeldes se comprometieron además a “desarrollar de manera inmediata acuerdos previos para el desescalamiento del conflicto y puesta en marcha de transformaciones para la construcción social y ambiental del territorio”, según el comunicado en el que confirmaron el inicio formal de este “proceso de diálogos sociopolíticos”.
Asimismo, en la declaración conjunta, se les solicita a los Gobiernos de Noruega, Cuba y Venezuela “sus buenos oficios para el desarrollo de este proceso” y al Representante Especial del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, y a la Conferencia Episcopal de Colombia “su acompañamiento”.
Por otro lado, se comprometen a “hacer todos los esfuerzos posibles para dignificar la vida de las colombianas y colombianos y contribuir a resolver los problemas que afectan las condiciones de existencia del ser humano”.
Según el texto, las partes coincidieron “en la necesidad de llevar a cabo un proceso de paz ordenado, ágil, riguroso y respetuoso, que brinde tranquilidad y certezas a la sociedad colombiana en el compromiso genuino de la solución política y la construcción de la paz, han suscrito ambas partes”.
La apuesta
El primer presidente izquierdista de Colombia apuesta por una salida final dialogada a seis décadas de conflicto armado y violencia, luego del histórico acuerdo de paz que hace siete años desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Luciano Marín, el verdadero nombre de Márquez, es un rebelde de línea dura de 69 años, y fue uno de los negociadores de las FARC en los acuerdos de paz que se firmaron en La Habana en noviembre de 2016. Márquez tiene decenas de órdenes de captura en Colombia y Estados Unidos por delitos graves como el narcotráfico y se le endilgan cientos de asesinatos.
Su regreso a las armas en 2019 significó uno de los golpes más fuertes para el proceso de paz que reintegró a la vida civil a unos 7.000 combatientes de la que fue la mayor guerrilla de América. La mayoría de ellos se mantuvieron en el acuerdo. Antiguo religioso y profesor, el guerrillero fue víctima de un atentado en Venezuela en 2022, según versiones de prensa.
Rutas de narcotráfico
En julio pasado, medios locales especularon sobre su muerte, pero el entonces comisionado de paz, Danilo Rueda, lo desmintió. Estudios independientes señalan que la Segunda Marquetalia mantiene una confrontación con otros rebeldes de las antiguas FARC por las rutas del narcotráfico.
La Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU), celebró en sus redes sociales el diálogo de Paz con la Segunda Marquetalia. “Esperamos que pronto redunden en un alivio a la situación humanitaria en regiones como Putumayo y Nariño y se ponga fin a la polarización y fractura de comunidades“, escribieron en X (ex Twitter), que el organismo distribuyó por diversos medios.
El inicio de este nuevo proceso de paz se da en el marco de una visita oficial del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a Colombia para apoyar la implementación del acuerdo de 2016 y respaldar los nuevos intentos del Gobierno por desactivar el conflicto.
En el texto, las partes hacen un llamado a los “buenos oficios” de Venezuela, Noruega, Cuba, la ONU y la Conferencia Episcopal Colombiana, que en otras ocasiones han sido garantes de procesos de paz en el país.
Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo y vive un conflicto armado que en más de medio siglo ha dejado 9,5 millones de víctimas, la mayoría desplazados.
Avances y retrocesos
El proyecto de “Paz Total” de Petro avanza con algunos altibajos y hasta ahora el mayor logro ha sido el diálogos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Cuba y, en Colombia, con rebeldes del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC, de abandonar el secuestro extorsivo.
Entre los altibajos en las negociaciones se puede encuadrar el anuncio de un “paro armado indefinido” en el departamento de Chocó que hizo este viernes el ELN, a pesar de que los diálogos de paz están en marcha.
“Decretamos paro armado indefinido (…) a partir de las 00:00 del 10 de febrero del año en curso, con el fin de salvaguardar la vida e integridad de la población no combatiente”, indicó el ELN en un comunicado. Los rebeldes alegaron que la acción armada se debe a la “presencia del paramilitarismo (…) en complacencia con la fuerza pública” en la región.