Veo en la TV argentina a un politólogo italiano Loris Zanatta entrevistado por Carlos Pagni, ambos situándose como dos liberales encantados de conocerce en su afinidad ideológica.

Segun Zanatta, el kirchnerismo y el fenómeno Milei vuelven a repetir un ciclo ( muy italiano según el historiador) donde la debilidad de las instituciones liberales propician todo el tiempo soluciones “populistas” en ambas formaciones políticas. Para Zanatta y Pagni, el fenómeno kirchnerista y el Engendro libertario tienen mucho en común : ambos recurren a un Líder que encarna la verdad de la Nación, la que trazará un camino de salvación, una escatología redentora para el pueblo, que además, y esto es siempre lo peor, divide artificialmente a la sociedad en puros, verdaderos y “los otros”, que hay que eliminar bajo el dominio de una pasión cuasi religiosa. La cuestión de las apelaciones a la motosierra y exhibir reacciones “violentas” frente a los “zurdos” no fueron muy atendidas para no desencuadrar la teoría a la que están tan apegados.

Las tesis las presentaba Zanatta y Pagni las acompañaba con fruición. Después de todo hay cientos de best sellers con estas simplificaciones sobre los dos populismos. Grietas y populismos donde todo es lo mismo y ya no es necesario distinguir nada.

A esto se añadía que, para Zanatta, cada populismo causaba el populismo en sentido inverso, Lula causante de Bolsonaro, el Kirchnerismo responsable finalmente del populismo de Milei. Solo había una única instancia liberal, custodiada por el tejido institucional (especialmente el europeo) que lograba funcionar como la barrera trascendental frente a estos excesos del pueblo. Esta instancia liberal y neutral es la recta argumental que va de Pagni a Zanatta, y en sentido inverso también, y que ambos intentan encarnar como almas bellas en sus intervenciones públicas.

Mientras escuchaba esto, además de la indignación que me provocaba que este profesor de Bologna, tan célebre gracias a su versión indiscriminada del Populismo, encubriera que el kirchnerismo fue una experiencia histórica que articuló diversas estrategias heterogéneas: liberalismo, socialismo, republicanismo, populismo, feminismo,  etcétera, y que por tanto no es posible homologarlo con la masa ideológica uniforme del neofascismo neoliberal de Libertad Avanza, que los dos respetables liberales, Pagni y Zanatta, no pudieran ser más explícitos y menos ambiguos en su repulsa sobre lo que puede llegar a suceder en Argentina, lo que desde luego no es un retorno del populismo sino una restauración, en las formas de estos tiempos, de las dictaduras anteriores más arcaicas.

Cualquiera que todavía sea responsable de su autonomia intelectual puede confirmar está evidencia.

Por ello, comprobar como liberales del tipo Pagni y Zanatta, se valen de estas equivalencias entre “populismos” y de comparaciones confusas y masivas, para no condenar expresamente, en su especificidad incomparable, al neofascismo ultraliberal que amenaza a la Argentina en la situación actual provocan una grave confusión. Además del gran error de lectura propiciado en el seno del periodismo que se presenta a si mismo como serio e ilustrado, finalmente la actitud de Zanatta y Pagni muestra que es la valiosa y gran tradición liberal la que está dañada de verdad al cultivar por sus propios representantes, semejantes ambigüedades para encubrir lo que está en juego cuando una Nación está desamparada frente al poder internacional.



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