Ha de ser Ciro Fogliatta, a estas alturas del rock argentino, uno de los músicos con más años, experiencias y millas en el rubro. La empiria abruma, porque da que desde 1963 –sesenta puntuales años atrás- anda el tecladista rosarino en esto de armar bandas, tocar, girar, componer y grabar. Fue entonces The Wild Cats (Gatos Salvajes) mediante. Fue después con Los Gatos a secas. Fue con un primer disco solista con todos los Gatos presentes, menos Nebbia (Música para el amor joven). Fue con Sacramento y Polifemo. Con Espíritu y Los Desconocidos de Siempre. Y con un viaje a España, que empezó en 1979 motivado por al ahogo dictatorial de entonces, y quizá por un “ver qué pasaba” como parte de la banda de Moris, que terminó con una estadía de más de veinte años, en la que también fue músico en proyectos de Andrés Calamaro y Botafogo. Prolongada estancia europea la de Fogliatta, que implicó además un devenir propio con epicentro en bluses, piano bares y bandas como Hot Dogs o los Blues Makers, más emparentadas con lo que hace hoy.

O sea, con lo que se podrá escuchar por caso este miércoles 18 de octubre –un día después de su cumpleaños número 80- a las 22.45 en BeBop (Uriarte 1658), donde el músico tiene previsto un show en dos partes. Una dada por él en piano y voz, y otra con músicos invitados. “Voy a poner el foco en todos mis discos solistas, porque ellos son el material que alimenta mi repertorio”, asegura. “Mi repertorio está formado por canciones que me gusta tocar y que provienen tanto de mis discos más bluseros como también de los tres álbumes que tengo editados dentro del género del rock argentino. La verdad es que preparo mis shows en directo con entusiasmo”.

-A propósito del blues, o del blues tal como lo cultivas vos, ¿creés que tiene poco arraigo en el imaginario musical argentino?

-Puede ser, aunque si quieres incursionar en el rock y sus derivados, seguro que te lo encuentras a cada ratito en cualquier canción. En parte, creo que es lógico que no tenga arraigo porque no es una música argentina y se canta en otro idioma. Igual hay ya un estilo de blues local con muchas canciones compuestas sobre todo por rockeros argentinos. En todo caso, el rock’n’roll es uno de los tantos hijos del blues. Por lo demás, el género es un sentimiento y como tal, lo sentís o no.

En coincidencia con su vuelta al pago -que finalmente se produjo entrado el milenio- Fogliatta conserva lo mejor del pasado aquel, en ensamble con un devenir enmarcado por el interés de entregarse al estudio y la investigación de las músicas negras previas a la Segunda Guerra Mundial. Prueba de ello han sido, entre otros discos, Miss Parrot, trabajo centrado en una revisión personal del blues pre-Chicago, matizado con cinco canciones propias. Y el sincrónico West end Blues, publicado durante el último año del milenio. Los une a ambos, además, que los temas están cantados en inglés. En su momento, Fogliatta dijo a Página/12 que el blues cantado en castellano, perdía “el alma, la visión de su origen social y geográfico y su destino”. Y hoy vuelve sobre la cuestión: “Canto en inglés por un lado porque me preparé, estudié y soy bueno en eso. Desde que empecé con una banda tomé contacto con la música afroamericana y ahora estoy en un buen momento, tanto con el piano como con el canto. Y por otro lado, con Las Blusettes el repertorio son todas canciones cantadas en castellano”.

Las Blusettes -banda de mujeres formadas por Ciro- y el resultado de la iniciativa yacen sonoramente insertos en otros dos discos de su cosecha: El rey del rock’n’roll y Pido demasiado, el último a la fecha. “La experiencia con Las Blusettes fue muy positiva” –acentúa-. “Las integrantes de las primeras formaciones han consolidado una carrera musical muy importante. Ahora he rearmado la banda y estamos ya listos para presentarla”.

-¿Por qué no grabaste más después de Pido demasiado? Pasaron seis años desde su edición. ¿Es porque te gusta más tocar en vivo que grabar, como expresaste cierta vez?

-Me gusta más el vivo que los estudios, sí, pero no es por eso que no he grabado otro disco. Simplemente, no ha aparecido la producción necesaria para hacerlo. Proyectos tengo varios, ya listos y esperando la oportunidad de ser realizados.

-¿Quiénes son, hoy, tus referentes en el canto y en el piano?

-Son muchos los pianistas y cantantes que me gustan. Me formé escuchando y tocando el jazz de los años ’20 y ’30. Me refiero a los clásicos “entertainers” como “Fats” Waller. Creo que mi estilo pianístico tiene algo que ver con ese “feeling” con las teclas. Y mi cantante favorito sigue siendo Nat King Cole.

-¿Escuchás mucha música?

-Por placer, muy poca. Solo lo hago con que está relacionado con mi trabajo, ensayando en la sala o en casa, o componiendo y grabando.

-¿Cómo te vuelven hoy, resignificados, tus jóvenes años con Los Gatos Salvajes y con Los Gatos?

-Los Gatos Salvajes fue la banda más importante en mi carrera. Me gustan muchos temas de esa banda. Entre ellos, “La respuesta”, “En tu corazón”, “Eres mala”, “Harás lo que te pida”, “Quién vendrá por mi…”, etcétera. Respecto de Los Gatos, bueno, llegó a ser una banda muy popular en América. “Viento dile a la lluvia” es su máxima expresión. Viví los retornos de ambos grupos (en 2005 y 2007, respectivamente) con gran emoción y profesionalismo.

A propósito, uno de los temas emblema del mencionado Miss Parrot, se llama “The Spirit of 1969”. Radica él en todo ese pasado que a Ciro se le reveló contundente y alucinado durante el viaje que hizo con todos Los Gatos –menos Nebbia- a Estados Unidos, y que en su caso, como en el Oscar Moro, se extendió unos meses más. “Ese viaje es el que evoco en ‘The Spirit of 1969’”, retrotrae él, y enumera enclaves de la rémora. “Evoca el Greenwich Village, donde residí la mayor parte de los ocho meses que estuve en Nueva York, las bandas de rock, los hippies, el Fillmore East, el Café Wha, Woodstock, el Electric Circus, Andy Warhol, el Village Voice, las manifestaciones anti Vietnam”, explica, al tiempo que traza una elipsis comparativa entre aquello y hoy. “Quizás hay menos creatividad que entonces. Ahora todo tiene vértigo y velocidad… Internet está cambiando al mundo”.



Fuente Pagina12