“Elaboramos cada día las pizzas de forma artesanal, con productos locales y frescos en nuestra cocina, y luego las ponemos a disposición de nuestros clientes de forma automática, para que puedan adquirirla recién hecha en menos de tres minutos. Es el mismo producto. No es como un vending de café; la máquina no hace la pizza, sólo la hornea“, declara Hagolle a Sur.
Según el rotativo malagueño, las pizzas preparadas son introducidas en la caja de cartón y luego colocadas en una cámara frigorífica con capacidad para 70 unidades, con la masa precocinada y los ingredientes frescos. Posteriormente, el ordenador administra las existencias, las fechas de caducidad y los parámetros de cocción de cada receta.
Los usuarios tienen 12 modelos para elegir con uns precios que oscilan entre los 5,9 y los 8 euros. El cliente puede llevarse la pizza y luego hornearla en casa u horneada ya un situ, y puede pagar con tarjeta o en efectivo.
Jean Daniel Hagolle tiene los derechos para distribuir este sistema, que ya existe en Francia, donde hay 750 puntos, y tras el de Málaga existen otros dos, uno en Guipúzcoa y otro en Girona