Valiosos tanto por su rol en el ecosistema como reforestadores naturales así como por su lugar de centinela de enfermedades, investigadoras e investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS), en Misiones, participan de un programa para reintroducir específicamente monos aulladores rojos en Argentina trayendo individuos desde Brasil, que tienen las mismas características genéticas que los locales.
Teniendo como premisa la conservación de la especie, en 2021 se aprobó y está vigente el Plan Nacional de Conservación de Primates, que establece una serie de objetivos para evitar su desaparición.
Según las bases del plan nacional, el mono aullador rojo (Alouatta guariba) es el más comprometido y se considera en peligro crítico, mientras que el carayá (Alouatta caraya), el mirikiná (Aotus azarae), el caí negro (Sapajus nigritus) y el caí de las yungas (Sapajus cay), se encuentran amenazados.
Las principales amenazas a las que se enfrentan estos animales son la destrucción de su hábitat debido al cambio en el uso de la tierra, el comercio ilegal y el resurgimiento de la fiebre amarilla, entre otras patologías.
Luciana Oklander (45), bióloga e investigadora independiente del Conicet en el Instituto de Biología Subtropical (IBS), en Misiones, dirige uno de los objetivos enmarcados en el Plan Nacional de primates. Entre otras acciones, contempla la reintroducción de monos aulladores rojos tras estrechar vínculos institucionales con Brasil, dado que en la provincia sólo quedan entre 20 y 50 individuos.
“Uno de los objetivos era ver qué se podía hacer con la mortandad por fiebre amarilla, que había sido terrible para los monos aulladores rojos, y es ahí donde yo ingreso en ese objetivo en particular, por estar en la provincia de Misiones y haber trabajado con la especie”, sostuvo la científica en diálogo con Télam-Confiar, quien comenzó su trabajo en su Buenos Aires natal y luego se mudó a Puerto Iguazú, donde vivió varios años, siendo Posadas su hogar en la actualidad.
Oklander resume el espíritu de su proyecto: “La idea es traer de Brasil monos aulladores rojos. Porque allá tienen mucha deforestación, entonces tienen muchos animales que se quedan sin hábitat y terminan en cautiverio”, cuenta.
La científica organizó a principios de este año el taller para la Conservación del Mono Aullador Rojo llevado a cabo en el Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio) en la ciudad de las Cataratas.
“En este taller, se trataron las cuatro medidas de manejo que siempre se utilizan para las especies en peligro. Una es refuerzo poblacional, que es donde hay individuos y se pueden llevar más; reintroducción, que es donde ya no hay más pero estuvieron antes, entonces se debe llevar nuevos individuos; el otro es rescate, que es por ejemplo en el caso de que venga una enfermedad o un incendio o algo y hay una población muy chiquita poder sacar todos esos animales de ese lugar y llevarlos a algún lado mientras pasa este problema”, enumeró.
Y continuó: “El último es ex situ, que es todo lo que comprende el movimiento de animales en cautiverio. En el taller éramos 47 personas y nos separamos en estos cuatro grupos para trabajar en estas cuatro medidas de manejo, dependiendo del conocimiento que cada uno tenía”.
De aquel encuentro con expertos de Argentina y Brasil, se resolvió avanzar en dos tópicos: relevamientos y ex situ, para lo cual en este momento los involucrados se encuentran en plena búsqueda de financiamiento.
“Primero se va a realizar un relevamiento en las áreas donde hubo registros para luego hacer un refuerzo poblacional o reintroducción, hay que estar seguros de la presencia/ausencia de la especie para ver cuál es la estrategia de manejo y son grandes superficies de muchas hectáreas”, dijo.
“Entonces -añadió- una de las primeras cosas es hacer estos relevamientos, para estar seguros. Y lo otro es empezar a tramitar que vengan los individuos desde Brasil a un cautiverio en Argentina, entonces se deben tramitar también los espacios, los recintos, que puedan recibir a estos individuos desde Brasil, que van a tener que tener previamente una cuarentena”.
La investigadora contó que “hicimos análisis previos de la genética por lo que tenemos un conocimiento general de cómo son las poblaciones de Brasil y los que se parecen a los de Argentina son los que están en Santa Catarina y en Río Grande do Sul”.
“En ese contexto -siguió- estamos hablando con el Comité de Manejo de Alouatta guariba en Brasil, para ver qué monos son de Santa Catarina y Río Grande do Sul y cuáles nos podrían donar”.
Las poblaciones de monos aulladores tuvieron una merma importante entre 2007 y 2008, como consecuencia de una ola de fiebre amarilla: “En esa período murieron un montón tanto negros como dorados, y también rojos, que ya había muy pocos”, comentó Oklander .
“En ese momento -continuó- casi desaparecieron. Se hicieron censos, se les preguntaba a la gente si habían escuchado, porque los monos aulladores son fácilmente distinguibles por el aullido, entonces de todos los sitios donde solían estar la gente decía que no, que no los había vuelto a escuchar, y así pasaron varios años hasta que en 2014 los fuimos a buscar con un perro de búsqueda y encontramos estos monos aulladores rojos en tres sitios: en el Parque Moconá, en el Parque Piñalito y en los alrededores de Paraíso”.
En la actualidad, Oklander explicó que “el mono aullador rojo está sólo en Misiones y Brasil, por eso hicimos este taller acá, no hay en ninguna otra provincia argentina y dentro de la provincia, sólo está en lo que es la Reserva de Biosfera Yabotí y alrededores”.
“La otra especie de monos aulladores negros y dorados hay en Corrientes, Misiones, norte de Santa Fe, Formosa y Chaco. Igual solo quedan en algunas partes de monte que quedan en cada provincia, no son muchos”, indicó.