La candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, apunta a meterse en el balotaje y disputarle los votantes a Javier Milei, el candidato ultraliberal que partió el espacio opositor y se constituyó en la novedad de estas elecciones con una aparición que desencadenó el escenario de tercios.
El desempeño electoral de Milei en las PASO, además, rompió el bipartidismo protagonizado por el kirchnerismo y Juntos por el Cambio que desde los últimos veinte años venía dominando la escena política.
Bullrich llega a las elecciones presidenciales luego de imponerse ante Horacio Rodríguez Larreta en las PASO y así lograr representar a la coalición opositora.
Este triunfo, sin embargo, implicó una puja muy dura e intensa con el alcalde porteño, en una interna cuya dureza puede haber tenido un impacto ya en las primarias y también ahora, en las generales.
Bullrich buscó dar por superado estos duros cruces con Larreta -incluso también para buscar retener el 11% de votos que el jefe de Gobierno obtuvo en las PASO- anunciando en el tramo final de la campaña que si gana será su jefe de Gabinete.
Tras las primarias, Bullrich apareció descolocada ante el escenario electoral, que dibujó un esquema de tres tercios repartidos entre ella y los postulantes de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, y de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei.
Luego de unos primeros días tras el 13 de agosto en los que la candidata apareció sin iniciativa política, finalmente logró instalar su candidatura, proponiéndose como el “cambio racional y con orden” y cuestionando el “salto al vacío” que, según ella, implicaría votar a Milei.
También logró un golpe de efecto al anunciar a Carlos Melconian como su futuro ministro de Economía en caso de desembarcar en la Casa Rosada.
Así logró dar una señal a los mercados y también quebrar un desbalance que tenía con Milei en materia económica.
En una elección donde esta materia es clave, Bullrich consiguió con Melconian un vocero económico con más solvencia que explicara sus planes ante el candidato de LLA que -desde su formación de economista- buscaba transmitir seguridad a hora de dar detalles técnicos, incluso al proponer medidas maximalistas como recortes drásticos del Estado.
Durante la campaña, Bullrich también tuvo que lidiar con el rol que ocupó el expresidente Mauricio Macri, quien en más de una ocasión apareció cercano a Milei, lo que generó ruidos internos en JxC.
Finalmente, Macri tuvo un rol menor en la campaña, limitando su aparición a algunas recorridas esporádicas, y participó en el acto de cierre, el jueves pasado en Lomas de Zamora.
En el comando de campaña de Bullrich cifran sus esperanzas en el voto que históricamente fue de JxC y que en las PASO eligió a Milei.
En el primer tramo de la campaña posterior a las primarias Bullrich decidió en principio apuntar sus críticas hacia el candidato del oficialismo, Sergio Massa, aunque luego cambió su estrategia y pasó a cuestionar también -y abiertamente- al propio Milei.
Los estrategas de campaña consideraban a priori que no convenía cuestionar al economista y exanalista financiero de Corporación América, ya que Bullrich debía “pescar” votos entre sus votantes.
Pero con el paso de los días, y ante varias encuestas que ubicaban a la candidata en tercera ubicación, esa estrategia cambió y comenzaron los cuestionamientos a Milei.
En el último tramo de la campaña, Bullrich puso especial énfasis en intentar garantizar la mayor cantidad de votos en el conurbano bonaerense, ya que en la provincia de Buenos Aires se elegirá gobernador el domingo, porque no hay segunda vuelta.
Y además, porque el distrito implica casi el 40% de los votos a nivel nacional.
En este territorio, en las últimas horas los esfuerzos estuvieron destinados a evitar que los candidatos a intendentes del espacio armen boletas cortadas -con Milei en la cabeza de la lista y el intendente de JxC en el final-, una vieja práctica de los jefes comunales para garantizarse el poder local, en detrimento del candidato presidencial de su propia lista.
En cuanto a quiénes podrían garantizar el ingreso de Bullrich en una eventual segunda vuelta, desde JxC apuntan a un público que históricamente fue opositor del kirchnerismo, algunos de los cuales no fueron a votar en agosto.
También apuntan a una franja de edad de mayores de 50 años, al considerar que la franja de votantes más jóvenes están en gran medida volcados hacia Milei o hacia Massa.
Esta preferencia por el público de adultos y adultos mayores a la hora de captar el voto se vio reflejada, por ejemplo, en uno de los últimos spots de campaña, que cuenta con la locución del actor y militante radical Luis Brandoni.
Mirando al cielo
Al igual que todos los equipos de campaña, en la coalición opositora miran de reojo en estas últimas horas antes de la votación el pronóstico del tiempo.
Aunque parezca un dato menor, si las lluvias son intensas, tal como están pronosticadas, disminuiría la afluencia a las urnas de un público de más edad, lo que atentaría contra las chances electorales de la exministra de Seguridad.
Por último, en términos territoriales, Bullrich hace cuenta y apuesta a que los triunfos de gobernadores de JxC en varios distritos del país (el espacio contará por lo menos con diez gobernadores), sirva para traicionar la boleta presidencial.