El 16 de febrero de 2007, el mundo tenía los ojos puestos en Britney Spears. No por un disco más, sino porque “La novia de América”, aquella a la que desde la adolescencia le preguntaban si era virgen o no, acababa de afeitarse la cabeza en un salón de lujo de Hollywood delante de los paparazzi. Luego atacó a estos mismos fotógrafos con un paraguas. Toda la prensa habló entonces de su “reventón” y su padre, Jamie Spears, reaccionó poniéndola bajo su tutela. Hasta aquí la versión oficial, que el principal interesado nunca había comentado hasta hoy.

El intérprete de Más fuerte relata este episodio en su autobiografía, La mujer en mi, y sobre todo los motivos que la empujaron a comportarse de esta manera. Porque las causas son múltiples. En primer lugar, estaba el acoso constante a los fotógrafos, a pesar de que cinco meses antes había dado a luz a su segundo hijo en un año. Y luego estas imágenes robadas fueron publicadas en revistas que comentaban no sólo su figura sino también su capacidad para ser madre.

Injusto

“Me examinaron mucho mientras crecía. Me miraron de arriba abajo, la gente me decía lo que pensaban de mi cuerpo desde que era adolescente. Raparme la cabeza y actuar así fue mi manera de rechazar eso”, escribió según las buenas hojas compartidas por Gente.

Una revuelta que fue sofocada por Jamie Spears, que se convirtió en su tutor legal a partir de 2008. “Durante la tutela, me hicieron entender que esos días habían terminado. Tuve que dejar que mi cabello creciera y volviera a adelgazarse. Tuve que acostarme temprano y tomar todos los medicamentos que me dijeron que tomara. (…) Trece años durante los cuales me sentí sólo como una sombra de mí mismo”, añade la estrella, cuya tutela finalizó en septiembre de 2021.

Dieciséis años después, el cantante hace una observación amarga pero justa. “Cuando pienso ahora en mi padre y sus asociados que tuvieron control sobre mi cuerpo y mis finanzas durante tanto tiempo, me enferma. Pensemos en cuántos artistas masculinos desperdician su dinero; cuántos son adictos a las drogas y tienen problemas de salud mental. Nadie intenta quitarles la autonomía sobre sus cuerpos y su dinero. No merecía lo que mi familia me hizo”, añade Britney Spears.



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