El exprimer ministro británico Boris Johnson pidió disculpas por el dolor y el sufrimiento causados durante la crisis de coronavirus, al declarar en el marco de una investigación pública sobre la respuesta del Reino Unido a la pandemia.
La pesquisa tiene por objetivo examinar la gestión de la pandemia del Gobierno del conservador Johnson y aprender lecciones que sirvan para futuras crisis de salud, pero no busca asignar responsabilidades.
“Entiendo los sentimientos de estas víctimas y sus familias y lamento profundamente el dolor, la pérdida y el sufrimiento de esas víctimas y sus familias”, declaró Johnson, que reconoció errores cometidos durante su mandato (2019-2022).
El coronavirus mató a más de 232.000 personas en el Reino Unido.
Se achaca a Johnson haber tardado demasiado en imponer un confinamiento, no haber previsto el alcance de la pandemia, no haber entendido los datos científicos que le llegaban y haberse mostrado indiferente con las víctimas, sobre todo con los ancianos.
“Entiendo los sentimientos de estas víctimas y sus familias y lamento profundamente el dolor, la pérdida y el sufrimiento de esas víctimas y sus familias”.Boris Johnson
A pesar de admitir fallos y asumir responsabilidad personal en la audiencia, celebrada en una oficina pública, el expremier defendió las acciones de su Gobierno al insistir en que hizo “lo mejor” que pudo con la información disponible en ese momento.
Johnson lamentó también no haber tenido un mejor equilibrio de género en su equipo y admitió que “demasiadas reuniones estuvieron dominadas por los hombres”.
Durante su testimonio en Londres, el exlíder conservador señaló que no fue adecuadamente advertido sobre la gravedad potencial del coronavirus a principios de 2020.
Refutó la idea de haber perdido de vista la situación en febrero, cuando estuvo de vacaciones en Chevening, a pesar del rápido aumento de casos.
“Claramente había cosas que podríamos y deberíamos haber hecho si hubiéramos sabido y comprendido la velocidad con la que se estaba propagando. Pero no lo hicimos”, señaló.
Johnson defendió también su reacción inicial a la crisis, argumentando que existía una complacencia comprensible en el Gobierno, influenciada por la experiencia previa con virus como Sars y Mers, que no habían llevado a situaciones graves.
En respuesta a preguntas sobre su lentitud para actuar en enero y principios de febrero de 2020, el ex primer ministro se defendió y aseguró: “No me informaron que esto era algo que requeriría una acción urgente e inmediata”, resaltó.
El testimonio de Johnson era el más esperado en la serie de audiencias de la investigación pública, y sigue a los de otros exfuncionarios como el exministro de Salud Matt Hancock y el ex viceprimer ministro Dominic Raab.
Hancock debió renunciar a su cargo en 2021, luego de violar las pautas de distanciamiento social al besar a un colega.
Johnson, de 59 años, será sometido a un minucioso interrogatorio durante dos días sobre las decisiones clave que adoptó y que resultaron en tres confinamientos nacionales.
También el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que testificó el mes pasado, criticó duramente la respuesta del Gobierno, señalando que si hubiera habido una mayor inclusión de él y otros alcaldes en la toma de decisiones “se podrían haber salvado vidas”.
Khan reveló que, en una reunión en Downing Street, la residencia del primer ministro en Londres, se hizo evidente que Johnson desconocía las medidas de confinamiento global implementadas en otras partes del mundo.
Según un análisis de la BBC sobre las tasas de mortalidad durante la pandemia, el Reino Unido tuvo uno de los peores aumentos entre las principales economías europeas.
Aunque las tasas de mortalidad del Reino Unido superaron a las de Francia, España y Alemania, fueron menores que las de Italia y significativamente menores que las de Estados Unidos.
Durante la audiencia, un manifestante levantó un cartel que decía: “Los muertos no pueden escuchar tus disculpas”.
Reino Unido inició el primer confinamiento el 23 de marzo de 2020, que fue seguido por dos cierres adicionales, catalogados entre los más estrictos de Europa.
Durante este período se destaparon escándalos relacionados con fiestas ilegales en Downing Street, eventos que jugaron un papel crucial en el deterioro de la imagen pública de Johnson y su eventual renuncia en julio de 2022.