El canciller estadounidense, Antony Blinken, llegó este viernes a Israel para pedir “medidas concretas” de protección para los civiles en la bombardeada Franja de Gaza, pero mientras lo recibía, el Gobierno de Benjamin Netanyahu, al tiempo que mantiene el asedio y los bombardeos, ordenó la repatriación al enclave de miles de palestinos que habían quedado bloqueados al comienzo del conflicto en su territorio por cuestiones de trabajo.
El secretario de Estado estadounidense proseguirá viaje el sábado hacia Jordania en un contexto de temor mundial por una escalada del conflicto, mientras se aguarda el primer discurso que pronunciará desde el estallido de la guerra el influyente líder del Hezbollah libanés Hassan Nasrallah.
Se espera que Nasrallah anuncie si su grupo, aliado de Hamas y respaldado por Irán, entrará de lleno en el conflicto.
En paralelo, el papa Francisco habló por teléfono con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en una charla en la que el líder árabe señaló la urgencia de proveer asistencia humanitaria y de alcanzar la paz en Medio Oriente.
Hablaron en la tarde de ayer (por el jueves)”, afirmó este viernes a Télam el vocero papal Matteo Bruni sobre la conversación dada a conocer en primer lugar por la agencia de noticias palestina Wafa.
Blinken llegó a la capital israelí y anticipó que en la reunión que tendrá con Netanyahu “vamos a hablar sobre medidas concretas que pueden y deben tomarse para minimizar el daño a los hombres, mujeres y niños de Gaza”.
El secretario de Estado se reunirá con Netanyahu y participará en una reunión de su gabinete de seguridad, reportó la agencia de noticias AFP.
Desde el ataque de Hamas, que el 7 de octubre dejó más de 1.400 muertos según las autoridades israelíes, los 2,4 millones de habitantes de Gaza viven asediados y bajo bombardeos constantes de Israel, que provocaron más de 9.000 muertos, entre ellos más de 3.800 niños, según el movimiento islamista.
En la incursión de Hamas en territorio israelí, los comandos también secuestraron a más de 240 personas.
El cerco a la ciudad de Gaza
Después de una semana de combates en el norte de la Franja, los soldados israelíes consiguieron “cercar la ciudad de Gaza, centro de la organización terrorista Hamas”, anunció el jueves el portavoz militar Daniel Hagari.
“Estamos en el corazón de la campaña (militar), nuestros éxitos son impresionantes”, celebró Netanyahu el jueves en una visita a una base militar cerca de Tel Aviv.
El dirigente reconoció que la operación es “difícil” y que incluye “pérdidas dolorosas”. Hasta ahora, el Ejército ha notificado 332 soldados muertos.
Además, unas 50 instalaciones de la Agencia de las Naciones Unidas para refugiados palestinos en Medio Oriente (Unrwa, en inglés) resultaron dañadas en la Franja de Gaza durante la actual espiral del conflicto palestino-israelí, informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
“Unas 50 instalaciones de la Unrwa han resultado dañadas por los combates desde el comienzo del conflicto”, señaló un comunicado de la OCHA recogido por la agencia de noticias Sputnik.
La organización añadió que casi 700.000 personas se han refugiado en 149 instalaciones de la Unrwa, casi cuatro veces su capacidad prevista.
Israel bombardeó el enclave este viernes de madrugada.
De acuerdo con el ministerio de Salud de Hamas, que gobierna el territorio, siete personas murieron en un ataque en Jabaliya, un campo de refugiados en el norte de la Franja, donde también fallecieron cerca de 200 personas en anteriores bombardeos esta semana. En el barrio de Zaytun, en la ciudad de Gaza, murieron otras 15 personas.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU estimó que los bombardeos contra Jabaliya, el mayor campo de refugiados de Gaza con unos 116.000 residentes, podían constituir “crímenes de guerra”.
En tanto, las Brigadas Ezzedin al Qassam, el brazo armado del movimiento palestino, señalaron que habían atacado a soldados israelíes cerca de Beit Lahia, en el norte del enclave.
Videos compartidos por Hamas muestran a sus combatientes emergiendo de túneles para atacar los tanques israelíes, cuyo avance es difícil por la destrucción causada por los bombardeos.
“Gaza será una maldición en la historia de Israel” y muchos de sus soldados “volverán en bolsas negras”, dijo un portavoz de las Brigadas.
Desde el miércoles, heridos y personas con pasaporte extranjero pudieron dejar el territorio asediado a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto, el único acceso a Gaza no controlado por Israel.
La ONU señaló que unos 60 heridos y alrededor de 400 extranjeros o personas con doble nacionalidad salieron el jueves, una cantidad similar al día anterior.
Israel empezó este viernes a enviar de vuelta a Gaza a todos los trabajadores de ese enclave que se encontraban en su territorio en el momento del ataque de Hamas.
“Israel corta todos los vínculos con Gaza; no habrá más trabajadores palestinos de Gaza”, había indicado la víspera el gabinete de seguridad israelí. Unos 18.500 gazatíes tenían un permiso de trabajo cuando estalló la guerra, según las autoridades israelíes.
La ONU, “profundamente preocupada”
La ONU dijo estar “profundamente preocupada” con esta medida, teniendo en cuenta “la gravedad de la situación” en el enclave palestino.
La guerra incrementó las tensiones en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, donde este viernes murieron otros seis palestinos en una serie de incursiones del Ejército israelí. La situación en este territorio es “alarmante y urgente”, advirtió la ONU.
Israel también anunció un “vasto ataque” el jueves contra posiciones de Hezbollah en el sur de Líbano, en respuesta a disparos procedentes de esa zona contra el norte de su territorio.
La violencia ya dejó más de 70 muertos en el sur de Líbano desde el 7 de octubre, la mayoría combatientes de Hezbollah. Del lado israelí murieron ocho soldados y un civil, según las autoridades.
Esta guerra se convirtió en el suceso más mortal para los corresponsales que cubren conflictos, aseguró el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
“Al corte del 2 de noviembre, entre las 10.000 personas muertas desde el inicio de la guerra el 7 de octubre, al menos 36 fueron periodistas y trabajadores de medios”, indicó el organismo en un comunicado recogido por la agencia Sputnik.