El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó este lunes a Arabia Saudita para una nueva gira por Medio Oriente en busca de una tregua en la ofensiva de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza, con las partes inmersas en intensos combates y las negociaciones trabadas por exigencias difíciles de conciliar.
En su quinta gira por Medio Oriente desde el inicio de la violencia, que se ha propagado por la región, el secretario de Estado Blinken fue recibido el príncipe heredero saudita Mohamed Bin Salman y por el príncipe y canciller Faisal bin Farhan al aterrizar en Riad, la capital de Arabia Saudita, primera escala de un viaje que se espera lo lleve también a Israel, Egipto y Qatar.
Antes de partir, Blinken señaló la necesidad de “abordar urgentemente” las necesidades de los palestinos de Gaza, después de que cuatro meses de ofensiva de Israel contra Hamas por sus ataques del 7 de octubre pasado en el sur israelí provocaran una catástrofe humanitaria en el enclave costero.
Un funcionario estadounidense que viajó con Blinken dijo a periodistas en el avión que otra prioridad del secretario de Estado era transmitir a los países árabes que Estados Unidos no quiere agravar el conflicto, en medio de alarma luego de que Washington bombardeara a milicias proiraníes y antiisraelíes en Siria, Irak y Yemen, informó la cadena CNN.
El máximo diplomático estadounidense busca impulsar una propuesta presentada por Estados Unidos, Egipto y Qatar a Israel y Hamas de tregua en Gaza y liberación de los cerca de 130 rehenes que siguen en poder del grupo de los 240 secuestrados en territorio israelí en los ataques del 7 de octubre, que dejaron unos 1.200 muertos, en su mayoría civiles.
El plan es similar a otro que en noviembre pasado permitió la liberación de unos 100 rehenes durante una tregua en Gaza de una semana, a cambio de decenas de palestinos presos en Israel, pero esta vez Hamas exige el fin definitivo de la ofensiva y la retirada total israelí de la franja, algo que Israel rechaza.
La presión diplomática ya era alta por la situación en Gaza, donde la ofensiva israelí ha dejado más de 27.000 muertos, y se ha vuelto más urgente ante el repunte de ataques a bases militares de Estados Unidos y a Israel de parte de milicias alineadas con Irán, como el Hezbollah libanés o los rebeldes hutíes de Yemen, y los contraataques estadounidenses en Siria, Irak y Yemen.
La nueva propuesta de los mediadores no se ha hecho pública, pero medios de esos países dicen que consistiría en una tregua de seis u ocho semanas a lo largo de las cuales Hamas liberaría a los rehenes restantes a cambio de prisioneros palestinos.
En Gaza, en tanto, los combates se centran en la sureña Khan Yunis, la segunda mayor ciudad del territorio, donde según Israel se ocultan líderes de Hamas y que ha sufrido gran devastación en las últimas semanas.
El ministerio de Salud del Gobierno de Hamas en Gaza informó que al menos 128 personas murieron en las últimas 24 horas en ataques israelíes en el enclave.
“La situación es indescriptible”, dijo Said Hamuda, un palestino que huyó de su casa hacia la ciudad de Rafah, en el extremo sur del territorio, en la frontera con Egipto, informó la agencia de noticias AFP.
Rafah, una “olla de presión de desesperación”, según la ONU, acoge actualmente más de la mitad de los palestinos que se han visto forzados a desplazarse por los ataques israelíes.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó “ataques aéreos y de artillería” alrededor de los tres hospitales de Khan Yunis, que están rodeados por fuerzas israelíes.
El ministerio agregó que al menos 27.478 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, murieron en Gaza en ataques israelíes desde el 7 de octubre y que más de 65.000 resultaron heridos.
El Ejército israelí indicó, por su parte, que llevó a cabo “ataques dirigidos” en las zonas centrales y del norte de la Franja, y que había matado a “decenas” de milicianos en Khan Yunis.
Por su parte, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, volvió a rechazar las exigencias de Hamas de que Israel detenga de manera definitiva su ofensiva y se retire de Gaza, al reunirse con dirigentes de su partido Likud.
Netanyahu reiteró que una victoria de Israel en Gaza asestaría un “golpe fatal” a Hamas a los grupos aliados proiraníes que tiene en la región, como Hezbollah o los hutíes.
“Hamas tiene exigencias que no aceptaremos”, dijo, y añadió que los términos de un eventual acuerdo “deben ser similares a los del acuerdo anterior”, que permitió la tregua en noviembre.
Los gazatíes enfrentan condiciones humanitarias extremas, y la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la Unrwa, afirmó en la red social X que “el acceso al agua potable y el saneamiento es muy limitado en medio de los bombardeos incesantes”.
Esta agencia se encuentra en medio de una polémica tras acusaciones de que 12 de sus empleados participaron en los ataques del 7 de octubre.
Numerosos países, incluido Estados Unidos, suspendieron su financiamiento tras la denuncia.
La ONU dice que de los 12 empleados acusados por Israel, nueve fueron despedidos, uno fue confirmado muerto y “la identidad de los otros dos está siendo aclarada”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció la creación de un comité independiente para evaluar la “neutralidad” de la Unrwa, el cual estará dirigido por la excanciller francesa Catherine Colonna y trabajará con el Instituto Raoul Wallenberg de Suecia, el Instituto Chr. Michelsen de Noruega y el Instituto Danés de Derechos Humanos.
El grupo de trabajo, que iniciará sus labores el 14, evaluará si la Unrwa está “haciendo lo que está en su mano para garantizar la neutralidad y responder a las denuncias de infracciones graves”, dijo Guterres en un comunicado.
La agencia, que proporciona servicios básicos a los palestinos, alertó el jueves que podría verse obligada a cesar sus operaciones en todo Medio Oriente “a finales de febrero” debido a que 13 países suspendieron sus donaciones.
Este lunes la Unrwa acusó al Ejército israelí de un bombardeo contra un convoy humanitario que se dirigía al norte de Gaza.
El responsable de la Unrwa en Gaza, Thomas White, dijo que “nadie resultó herido” en el bombardeo.
La Unrwa tiene 13.000 empleados en Gaza, casi todos ellos palestinos.
Los refugiados palestinos son unos 6 millones, y viven en campamentos urbanizados en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania y en Jordania, Líbano y Siria. En Gaza son la mayoría de la población.
Los refugiados son una de las cuestiones centrales del conflicto entre palestinos e israelíes, además de la ocupación y colonización israelí de Cisjordania y Jerusalén este, territorios que los palestinos reclaman desde hace décadas para fundar un Estado independiente.
Los palestinos exigen que los refugiados tengan derecho a retornar a las tierras donde vivían en lo que hoy es Israel. Israel se niega, por temor a una avalancha de juicios por esas propiedades.