El intendente de Bariloche, Gustavo Genusso, habilitó un aumento escalonado de la tarifa de transporte público urbano que llevará el boleto mínimo de colectivos de los 158 pesos actuales a $320 en febrero, lo que ubicará al pasaje entre los más caros del país.
La resolución que habilita el aumento tarifario –a “petición” de la única empresa prestataria del servicio– fue publicada a sólo 10 días del recambio de gobierno municipal, y dos semanas después de una audiencia pública en la que todos los expositores rechazaron la propuesta del incremento.
Según precisa la resolución Nº00003652-I-2023, la primera suba será el próximo 1 de diciembre, cuando la tarifa plana general pasará de 158 pesos a $200; a partir del 1 de enero de 2024, el boleto mínimo costará $270 y el valor llegará a $320 el próximo 1 de febrero.
También se incrementará de forma escalonada la tarifa de la línea que llega hasta el Cerro Catedral, que costará $600 tras el primer aumento, $800 con el segundo y $950 el 1 de febrero.
En tanto, la línea que va desde el centro de la ciudad al aeropuerto costará $420 desde el 1 de diciembre, $570 desde enero y $680 desde febrero.
Con la tarifa básica en 320 pesos, Bariloche tendrá uno de los boletos de colectivos más caros del país, de acuerdo con un informe publicado el último lunes por el diario El Cronista.
Según el matutino económico, desde el último fin de semana rigen aumentos del 30% en el transporte público de las ciudades de Córdoba y Rosario, lo que elevó allí el piso de los boletos a 240 pesos, mientras que desde el próximo 8 de diciembre la ciudad de Mar del Plata tendrá un incremento que llevará la tarifa a $297,30.
El pedido de revisión tarifaria por parte de Transporte Amancay SRL (la única prestataria local del servicio de transporte urbano de pasajeros) había sido debatido el pasado 13 de noviembre en una audiencia pública en la que todos los expositores cuestionaron el aumento sugerido.
En ese encuentro la empresa propuso una “tarifa técnica” de $319,72, calculada en función de la cantidad de kilómetros que recorren las unidades sobre el total de pasajeros transportados por año.
Algunos de los participantes de esa audiencia cuestionaron que el aumento interanual al que aspiraba Transporte Amancay superaba el índice de inflación.
También hubo pedidos para acceder a los libros contables de la empresa para conocer sus costos e ingresos reales, cuestionamientos al estado de las unidades, a la falta de fiscalización y control, y a supuestos nexos entre el gobierno local y la empresa prestataria.
La empresa, que recibe subsidios de la Nación, la provincia y el municipio, afrontó a comienzos de noviembre un paro de choferes por falta de pago de salarios, que se extendió durante tres días.