La construcción de la casa habitable de la base Petrel, el despliegue de nuevos refugios al sur de las bases Belgrano II y Esperanza, y la búsqueda de incorporar nuevos aviones de transporte son parte de los proyectos en los que Argentina avanza durante la actual campaña de verano con el objetivo de construir las capacidades necesarias para aumentar su presencia científica en el Círculo Polar Antártico.
Las operaciones logísticas para sostener las investigaciones científicas que el Instituto Antártico Argentino desarrolla en el continente blanco están a cargo del Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) de las Fuerzas Armadas y todas estas actividades forman parte del despliegue que se conoce como “Campaña Antártica de Verano”.
El jefe del Cocoantar es el general de Brigada Edgar Calandín, quien en diálogo con Télam afirmó: “A mi juicio el objetivo principal de esta campaña es consolidar el proyecto Petrel, estamos materializando el inicio de la construcción de la casa que va a poder albergar para hasta 200 personas y también la consolidación de la pista pensando en que antes de que termine la campaña de verano podamos hacer un aterrizaje en base Petrel con un avión de mediano porte”.
En ese mismo sentido, señaló: “La recuperación de la base Petrel es la concreción de un viejo anhelo para disponer de una gran puerta de entrada a la Antártida, aprovechar que su ubicación nos ofrece un puerto casi natural y la posibilidad de disponer de dos pistas de aterrizaje para consolidar un nodo multimodal aéreo y marítimo que forme un puente con las facilidades que se construyen en la ciudad de Ushuaia”.
“Petrel no va a ser solamente un nodo logístico, sino que va a disponer de un importante centro científico que va a estar a disposición de todos los equipos de investigación en el resto de las bases y refugios de Argentina, y además aspiramos a ofrecerle nuestros servicios a los programas antárticos de otros países a partir del diferencial de esta base para proyectar expediciones hacia la Antártida profunda”, apuntó.
Además, el militar remarcó: “Este verano también buscamos avanzar en la concreción de la estación científica subantártica en la Isla de los Estados, es fundamental para proyectar y potenciar una mirada científica del Atlántico Sur para ampliar nuestro conocimiento de los vínculos entre la Argentina continental y la Antártida”.
“Es un proyecto que también hay que mirarlo en diálogo con el polo logístico de Ushuaia y como un mecanismo para aumentar las capacidades de investigación propias para fortalecer nuestra presencia en los diversos foros científicos internacionales”, agregó.
Calandín también mencionó que “en esta campaña, además vamos a darle continuidad a la instalación de las antenas satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) en la base Belgrano II que van a multiplicar la capacidad de nuestro país de comunicarse con sus satélites”.
“Este verano estamos concluyendo la implementación de un plan director de evolución que comenzamos hace cuatro años y estamos terminando de diseñar el plan de evolución para los próximos cuatro años; un eje central tiene que ver con impulsar la sustentabilidad de las bases antárticas tanto como sea posible, hace tiempo que hay paneles solares en varias bases y en base Petrel en estos momentos el 30% de la electricidad que se usa proviene del sol”, detalló.
A la vez, contó que el módulo experimental de hidrógeno verde y el aerogenerador que se van a instalar en la base Esperanza generan “expectativas sobre el potencial que las energías renovables tienen para potenciar nuestra presencia en el continente antártico”.
El militar subrayó que “otro proyecto importante de este verano es el despliegue de dos nuevos refugios varios kilómetros al sur de las bases Esperanza y Belgrano II con el objetivo de lanzar desde allí exploraciones científicas que permitan identificar en el sur profundo de nuestro sector antártico proyectos de investigación que en estos momentos se concentran en el norte de la Península Antártica”.
“En la planificación de esta campaña antártica tenemos previsto llevar adelante unos 200 proyectos en total entre los que se encuentran todas las investigaciones científicas del Instituto Antártico Argentino y para los cuáles habrá que desplegar cerca de 300 investigadores en las 13 bases de Argentina en la Antártida, a ellos hay que sumarle unos 250 efectivos de las fuerzas armadas que van a formar parte de las dotaciones de las bases y las familias que van a vivir en base Esperanza, también la gran cantidad de víveres, materiales y combustible que hay que llevar hasta allá y el repliegue de las dotaciones que trabajaron todo el 2023 allá y todos los residuos que se hayan generado”, detalló.
Calandín comentó: “Un proyecto con el que queremos ser prudentes pero que creemos fundamental es la incorporación de aviones de transporte Basler BT-67 que van a ser adquiridos por una importante empresa argentina que con una mirada mu lúcida de la importancia de la Antártida y el Atlántico Sur va a ponerlos a disposición de las operaciones del Comando Conjunto Antártico”.
“El proceso de compra de estos Basler BT-67 está casi completado y esperamos que podamos contar con ellos para la siguiente campaña antártica de verano”, señaló.
Argentina busca a través de proyectos como la recuperación de la base Petrel, el despliegue de nuevos refugios o la incorporación de aviones como los Basler BT-67 construir una nueva mirada hacia la Antártida, en que la llegar al Polo Sur no se trate solo de una proeza para clavar una bandera, sino que podemos hacer ciencia al sur de los 80 grados en el círculo polar, tenemos que empezar a identificar en esa región los lugares en los que tengamos que desplegar equipos científicos para conocer un universo del que realmente todavía falta mucho por conocer”, completó.
“Argentina es uno de los países con mayor experiencia antártica y con más capacidades demostradas para llevar adelante una operación tan compleja como sostener presencia humana en un ambiente tan hostil. Nuestra experiencia para diseñar despliegues antárticos flexibles y eficientes al servicio de la ciencia nos llena de orgullo”, finalizó Calandín.
Las operaciones logísticas de la actual campaña antártica comenzaron a principios de noviembre con vuelos de los C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina a la base Marambio para desplegar equipos de investigadores y diversos materiales, mientras que el rompehielos “Almirante Irízar” junto a los buques de transporte y avisos de la Armada tendrán la responsabilidad de trasladar a lo largo del verano el grueso del combustible y los víveres necesarios para sostener la presencia Argentina en el continente blanco.