Desde Santiago de Chile

Una nueva ilusión comenzó el pasado 20 de octubre para más de 500 atletas argentinos. La expectativa era grande, y lo sigue siendo, sobre todo porque nunca se pusieron en juego tantas plazas directas para los Juegos Olímpicos como en esta edición. Hasta el momento la actuación de la delegación argentina está debajo de lo esperado y más si se tiene en cuenta lo realizado en Lima 2019, donde la vara quedó muy alta con Argentina en el quinto lugar del medallero con 33 medallas de oro, 33 de plata y 34 de bronce. ¿Cuáles son las razones de este rendimiento? Un análisis de lo que pasó hasta ahora en Santiago 2023 y una mirada de la organización.

Si se buscan las causas de la merma en el desempeño, lo primero que se piensa es el contexto económico actual, pero para entender los motivos hay que mirar la historia, empezar desde el pasado para entender el presente. En el caso del deporte, la desfinanciación comenzó en 2018 con la pérdida de la autarquía del ENARD, donde el impuesto del 1% de la telefonía móvil dejó de inyectarle dinero al deporte. El éxito rotundo de Lima 2019 fue la consecuencia de la inversión y la aparición del Ente Nacional de Alto Rendimiento. 100 medallas para quedar en la quinta posición y alcanzar la mejor actuación fuera del país. El momento de mayor desfinanciamiento coincidió con el de mejor rendimiento, pero de nuevo, había que mirar para atrás y como contraparte, el problema era lo que vendría hacia adelante.

El presupuesto deportivo comenzó a depender del tesoro nacional y si bien hubo aumentos a través de DNU, la autarquía nunca se recuperó y teniendo en cuenta el contexto económico en el que todos los insumos deportivos son en dólares, el resultado está a la vista. Otro motivo también es deportivo, hay disciplinas que están en transición o atletas que se retiraron después de mucho tiempo o por distintas causas como Delfina Pignatiello, Paula Pareto y Belén Pérez Maurice, entre otras. Algunos atletas hablan de poco roce internacional, lo que hace que cada vez la brecha sea mayor con las potencias europeas, y si bien el Estado desde las becas del ENARD y de la Secretaría de Deportes hace posible que el deporte siga vivo, cada vez es más difícil poder estar a la altura, porque donde el Estado argentino invierte el triple para poder realizar un solo viaje, en Europa no necesitan ni la mitad de la inversión por la cercanía y la cantidad de torneos que se juegan en aquellas tierras al más alto nivel.

La comparación con Lima 2019

Hasta el día 8 de competencia en Santiago 2023, Argentina llevaba ganadas 25 medallas, 2 de oro, 11 de plata y 12 de bronce. Las dos doradas son de esquí náutico; las plateadas de judo, taekwondo, atletismo, gimnasia artística, racquetball, tiro, natación y esquí náutico y las de bronce llegaron también a través del racquetball, natación, taekwondo, remo, tenis y boxeo.

A esa altura, después de 8 días en Lima, la delegación nacional había conseguido 14 doradas, 15 plateadas y 15 de bronce. Si se ven los números en el bronce y la plata no se está tan lejos, pero las doradas son la gran diferencia de la primera semana de competencia en estos Juegos Panamericanos. ¿El programa deportivo es el mismo? ¿Hay chances de repuntar la segunda semana?

En Lima los oros conseguidos en la primera semana fueron de canotaje, rugby seven, softbol masculino, vóley masculino, taekwondo, patinaje artístico, esquí náutico, boxeo, tiro, tenis, y básquet. De estos deportes en Santiago 2023 aún quedan cinco para la segunda semana y está el caso del softbol que sólo incluyó programa femenino en esta edición. 

En relación con la natación solo Delfina Pignatiello había logrado tres oros sumados al de Virginia Bardach en 200 mariposa y otras seis preseas más totalizando 10 medallas para este deporte contra dos que se lograron en esta edición. El caso de la natación es particular, no es un mal momento, es un momento de transición: algunos atletas dejaron y hay una nueva generación de nadadores que comenzaron a competir en las máximas citas deportivas. 

El remo es otro de los deportes golpeados, en Lima se habían conseguido 9 medallas (4 oros, 2 platas y 3 bronces) y en Santiago solo se ganaron dos, un caso parecido a la natación en momento de transición generacional. Para la segunda parte de la competencia se espera que pelota vasca, vela, hockey, rugby, canotaje, tenis de mesa y quizás alguna sorpresa que nos dé el atletismo alimenten la cuenta final de medallas para la delegación. El vóley en Lima había ganado cuatro medallas y, en este caso, solo queda la actuación de la Selección masculina para ver si se logra alguna.

Fernanda Russo y Federico Gil en tiro, Lourdes Carlé y Facundo Díaz Acosta en tenis y Franco Serrano en pentatlón moderno lograron sacar su pasaje directo a los próximos Juegos Olímpicos. Estos cinco atletas se sumaron a Los Pumas Seven, Macarena Ceballos en natación, Mateo Majdalani, Eugenia Bosco y Lucía Falasca en vela, Agustín Vernice en canotaje y una plaza en ciclismo de ruta que ya tienen su boleto asegurado.

Escenarios y organización

La inauguración es el momento icónico de apertura de los Juegos Panamericanos. En esta ocasión incluyó una representación de todas las regiones del país trasandino, donde el mar y la cordillera fueron los protagonistas y la gran estrella fue el espectáculo de drones que formaron figuras iluminadas que sorprendieron al público. El gran desfile de atletas coronado por el anfitrión como en cada edición, el encendido del pebetero a través de los medallistas olímpicos, Nicolás Massu y Fernando González en conjunto con Lucy López, la primera mujer medallista panamericana chilena, y el cierre de música a cargo del emblemático grupo Los Jaivas y Sebastián Yatra fueron los momentos clave de esta ceremonia.

Desde el primer día los escenarios se mostraron en condiciones como un gran legado que le va a quedar a la capital chilena en materia deportiva, pero en cuanto a temas organizativos hubo algunas fallas como falta de señalización en los estadios, problemas en algunas competencias o información cruzada que hizo que los primeros días fueran de difícil adaptación.

Con una semana por delante y las aspiraciones intactas de que Argentina escale en el medallero –este domingo por la noche había chances para sumar otras cuatro medallas–, los atletas intentarán dejar la bandera en lo más alto, tratarán de evadir adversidades y sobreponerse a obstáculos porque también de su rendimiento depende la renovación de las becas. Lo importante sería recuperar la autarquía del ENARD y volver a empezar un proceso como el que se vio reflejado en Lima 2019, mirar el pasado para entender el presente. 





Fuente-Página/12