Adriana Salvatierra Arriaza es una politóloga y política boliviana, que además fue la presidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia por el Movimiento al Socialismo (MAS) durante el tercer gobierno de Evo Morales. En dialogó con PáginaI12, criticó la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que estableció que la reelección indefinida no es un derecho humano y que pone en jaque la postulación de Morales para los comicios que se realizarán en 2025.
-¿Cuales son sus sensaciones respecto al fallo del tribunal?
-Yo creo que hay una larga lista de acontecimientos que han demostrado los hechos: la judicialización de la política, que han buscado en su momento la proscripción de la candidatura de Lula en Brasil, Rafael Correa en Ecuador, en Argentina con Cristina Fernández de Kirchner y el fallo judicial que la inhabilitó. En Bolivia, se experimenta un proceso similar de judicialización de la política ya no por la vía penal sino por la vía constitucional, que es la interpretación de determinados principios constitucionales para inviabilizar algunas candidaturas y allanar el camino para acciones políticas más conservadoras.
-Horas después de la sentencia, Morales dijo en un acto que la CIA estaba involucrada en impedir que sea candidato en 2025. ¿Qué le genera eso?
-Estados Unidos siempre ha utilizado diferentes organismos internacionales y sus propias instituciones con capacidad de despliegue transnacional. Yo no dudo que Evo sea un objetivo de los intereses geopolíticos Estados Unidos, y no dudo también de que la opinión consultiva de la CIDH tiene el interés de apartar del escenario político a una de las personas que de formas distintas intervino a Estados Unidos. No solamente con la expulsión de la DEA (la agencia antidroga estadounidense) y la expulsión del embajador el año 2008, sino además con el impulso de que crezcan nuevos organismos internacionales que no dependan de las consignas estadounidenses en la región.
-¿Cuál será la postura que tendrán desde el MAS para defender al expresidente ante toda esta situación?
-En ningún caso el lawfare o la judicialización de la política se resolvió solamente apelando a la justicia. En estas situaciones la justicia se convierte en un instrumento político destinado a debilitar ciertos liderazgos. Yo creo que la movilización y la acción política son las que realmente otorgan legitimidad a las decisiones que finalmente tiene que tomar la gente. Lo principal es que si alguien cree que Evo debe o no ser presidente en 2025, tiene que hacerlo con su voto. Lo democrático no es inhabilitar candidaturas. Lo democrático es decidir colectivamente, participar en las elecciones y a partir de esas decisiones se definirá el futuro del país. Para eso está la democracia.
-¿Qué balance o crítica hace respecto al presidente Luis Arce sobre la relación con Evo Morales?
-Siempre nos llamó mucho la atención su silencio, que a estas alturas parece más no omisión sino anuencia con lo que sucede, y el por qué permite que estas decisiones del Tribunal Constitucional obedezcan a presiones que ha establecido el propio Ministro de Justicia. Hay abundante información en la prensa boliviana donde el Ministro de Justicia solicita al Tribunal Constitucional que se pronuncie en torno a la aplicación preferente de una opinión consultiva que eventualmente imposibilita una nueva presentación dirigida con nombre y apellido hacia Evo Morales. Por supuesto que nos duele como militantes porque cuando tocó enfrentar en el 2019 y el 2020 el abuso de poder, el autoritarismo, la violencia, la persecución política, todos pusimos el cuerpo por delante para consolidar este que es un gobierno que debería ser de compañeros y compañeras que fundamentalmente respeten los principios democráticos. Luego podés tener diferencias políticas internas y los mecanismos para discutirlas son precisamente los escenarios políticos de debate interno y no los escenarios judiciales.
-¿Qué conexiones ve entre el fallo del tribunal con el golpe de Estado de 2019?
-Hay una violación de derechos. Aún persisten las secuelas del golpe de Estado y se ha observado un fortalecimiento del poder judicial por encima de otros órganos del Estado, rompiendo así el equilibrio de poderes, un principio fundamental del Estado de Derecho. Esto se usó para legitimar el golpe de Estado de Jeanine Áñez, al presentar una opinión del Tribunal Constitucional como si tuviera valor jurídico. Además, este año deberían haberse realizado elecciones dentro del sistema judicial, pero estas se vieron obstaculizadas por decisiones del propio Tribunal Constitucional, que paralizó y suspendió el proceso electoral en repetidas ocasiones, permitiendo la prórroga de su mandato. Todo esto parece haber sido diseñado para obstaculizar o inhabilitar a una de las figuras políticas más importantes del país y la región.
-¿Qué mensaje de apoyo le dejaría a Morales ante toda esta situación?
-Yo creo en la potencia de su liderazgo, en lo que él despierta en la gente cuando lo ve y recuerda que con él recuperó sus derechos y la dignidad del país, que Bolivia tuvo crecimiento y estabilidad económica… Creo que esa gente ve en él la conducción política de un proyecto transformador, el más importante de la historia de nuestro país. Hay una insistencia dentro del Tribunal Constitucional, un primer paso para poner piedras en el camino en la profundización del proceso de cambio y tengo la certeza de que la conducción política de los movimientos sociales y la conducción política que él realiza dentro de nuestro partido sabrá superar este momento.
Entrevista: Axel Schwarzfeld