Hecha esta necesaria premisa, también es cierto que los datos citados por el IIS dicen que «la adicción a Internet está más extendida entre los hombres, entre los jóvenes, entre las personas con mayores ingresos y entre quienes presentan ciertos rasgos de personalidad como el neuroticismo, la impulsividad y la soledad. La depresión y la ansiedad también son factores de riesgo”. Según algunos estudios afectaría aproximadamente al 25% de la poblaciónpero no hay unanimidad sobre las cifras exactas.

¿Cuándo entendemos que la situación se ha ido de las manos? Bueno, muchas veces la alarma es una vida diaria cambiante, con actividades comprometidas debido a la adicción. Si, por poner un ejemplo muy exagerado, no le preparo el almuerzo a mi hijo de tres años porque no puedo separarme del chat de Tinder, tal vez necesite ayuda. Si, como Guè Pequeno, a pesar de poder hacerlo (peor en caso contrario), gasto 5 mil euros al mes en OnlyFans, quizás sea el momento de hablar con alguien que pueda ayudarme (si no sabes por dónde empezar, Hemos recopilado información útil aquí). Si en general no puedes alejarte de una determinada aplicación ni siquiera por períodos cortos, es hora de hacerte algunas preguntas.

Dal desintoxicación digital a una estrategia muy simple

La necesidad de desintoxicarse del smartphone está tan extendida -un italiano de cada tres lo busca según una encuesta de eDreams- que incluso existen alojamientos de alto nivel que ofrecen soluciones para los llamados desintoxicación digital. Desde la montaña, como en Ver Resort de Montaña donde, entre otras medidas, se desactiva el WiFi a partir de las 23 horas, oAdler Lodge Alpe que ofrece una semana entera lejos del smartphone, en alta mar, y Sailogy ha creado un itinerario de viaje en barco para reconsiderar su relación con la tecnología.

Cuando nos olvidamos del teléfono durante las vacaciones, sentimos, gracias a varios factores, una sensación de bienestar. Así nos lo explica el psicoterapeuta Federica Cagnonicuando la adicción a internet se desvanece: «se siente un estado de nueva energía, de menor cansancio mental que es muy similar al de deshacerse de algo tóxico. La mente se va aclarando poco a poco y nos sentimos bien aunque no hayamos notado el malestar antes.”

¿Cómo alcanzar este objetivo? Con una estrategia muy sencilla (y ojo, que no hay que subestimarlo). «Varios estudios han demostrado que la proximidad física del teléfono móvil hace imposible no cogerlo», continúa Cagnoni. A efecto imán, un canto de sirena al que no podemos resistirnos y que también pone en dificultad nuestro desempeño en el estudio y en el trabajo. «El simple hecho de mirar el teléfono durante unos minutos mientras se estudia es muy costoso desde el punto de vista cognitivo porque luego la mente tarda 45 minutos en volver a alcanzar el mismo nivel de concentración. En general, se recomienda a los estudiantes que mantengan su teléfono en otra habitación cuando estudian y luego se tomen descansos donde puedan usarlo”.

Y esto es exactamente estrategia muy simple A tener en cuenta: quitar el teléfono de nuestra vista (no, no sirve en el bolsillo) y configurar dos o tres sesiones planificadas con una duración concreta para desplazarse por la pantalla. En definitiva, restablecer el rumbo correcto: nosotros, los que elegimos utilizar el teléfono y evitar quedar esclavizados por él.



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