Una de las militantes detenidas Foto AFP
Una de las militantes detenidas / Foto: AFP.

Dos activistas de la organización ambientalista Just Stop Oil (JSO) atacaron este lunes en la National Gallery de Londres a “La Venus del espejo”, un icónico y singular cuadro pintado entre 1650 y 1651 por Diego Velázquez, maestro de la pintura universal, quien en este lienzo guardaba su única representación de un desnudo femenino conservado hasta la actualidad.

Las activistas fueron detenidas por la policía de Londres por dañar a golpes de martillo el grueso cristal que protegía a la emblemática pintura, elegida por la organización ambientalista como foco de su protesta teniendo en cuenta un ataque histórico ocurrido casi 110 años atrás, en 1914, cuando Mary Richardson asestó siete cuchilladas al lienzo de Velázquez en demanda de la liberación de Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragista británico, detenida por reclamar su derecho al voto.

La pareja de JSO golpeó la famosa pintura del sevillano con lo que parecían ser martillos de rescate: “Las mujeres no consiguieron el derecho al voto votando. Es la hora de la acción, no de las palabras. Es el momento de abandonar el petróleo. Si amamos la historia, si amamos el arte, si amamos a nuestras familias, debemos abandonar el petróleo”, manifestó en las redes el grupo ecologista nacido en febrero de 2022 demandando al gobierno británico el fin de la producción de combustibles fósiles.

“Es el momento de abandonar el petróleo. Si amamos la historia, si amamos el arte, si amamos a nuestras familias, debemos abandonar el petróleo”

“Nuestro gobierno ha revelado planes para más licencias petroleras, sabiendo que matará a millones”, reivindicaron desde Just Stop Oil al referirse al motivo que dio origen a este nuevo ataque, parte de una serie de movilizaciones y acciones emprendidas en Gran Bretaña contra la decisión de su gobierno de renovar licencias para explotaciones petrolíferas que se habían comprometido a no otorgar en el marco de una política de cuidado ambiental.

La National Gallery informó en un comunicado que la sala Sala 30 de la galería, donde a las 11.30 de este lunes ocurrió el acto vandálico, había sido evacuada y que ahora era la Policía la que llevaba adelante la investigación, que ya cuenta con detenidos aunque no hayan trascendieron sus nombres.

La pintura, en tanto, “ha sido retirada para poder ser examinada por los conservadores en busca de posibles daños”, informó la institución a medios de prensa internacionales como la plataforma digital El debate, entre otros.

Un ataque anterior

“La Venus del espejo” había sido atacada en 1914 por la sufragista Mary Richardson (1889-1961) en protesta contra la detención de la líder indiscutible del movimiento que reclamaba el derecho a votar de las mujeres en Gran Bretaña, Emmeline Pankhurst. Richardson se plantó frente al cuadro, tomó el cuchillo que llevaba camuflado en su abrigo y cortó la tela siete veces con él.

“He tratado de destruir la imagen de la mujer más bella de la historia mitológica como protesta contra el Gobierno por destruir a la señora Pankhurst, que es el personaje más bello de la historia moderna”, había explicado en su momento quien resultó condenada a seis meses de prisión, a raíz del atentado que causó un daño notablemente a la tela de Velázquez, restaurada finalmente tras años de trabajo.

“He tratado de destruir la imagen de la mujer más bella de la historia mitológica como protesta contra el Gobierno por destruir a la señora Pankhurst, que es el personaje más bello de la historia moderna”Mary Richardson

El cuadro de Velázquez tiene una importancia fundamental en la Historia del Arte, porque ahí la figura mitológica de Venus es representada, como pocas veces, con absoluto realismo, lo mismo que ocurrió con su Mercurio y su Argos, o con su Vulcano, que bajo la brocha del autor de las famosas “meninas” devienen dioses y semidioses enérgicamente humanizados.

De hecho, la cara de Venus en ese espejo al que refiere el descriptivo título del vandalizado cuadro aparece pretendidamente borrosa. El sevillano podría haber reflejado la belleza hegemónica femenina en él, pero eligió no hacerlo.

Just Stop Oil

El colectivo JSO es famoso por resonantes acciones que autodefinen como actos de resistencia civil y que, en todos los casos, causaron “daños menores” a las obras atacadas estratégicamente, todas grandes referentes de la Historia del arte y patrimonio cultural de la humanidad.

Acciones como las que ya había ejecutado, por ejemplo, en esa misma pinacoteca, la National Gallery de Londres, cuando en octubre del año pasado le arrojaron sopa de tomate a uno de los cuadros de girasoles de de Van Gogh.

En julio de 2022, en tanto, ambientalistas de la agrupación habían sido arrestados en la Real Academia de las Artes, también de Londres, por pintar con spray una copia de “La última cena” de Leonardo da Vinci valuada en cientos de millones de dólares.

Un día antes, miembros del grupo habían sido arrestados por vandalizar en la Galería Nacional de Londres “La carreta de heno”, una de las grandes obras de la historia de la pintura británica del pionero en el paisajismo inglés, John Constable.

Le habían pegado encima una versión propia que incluía aviones, pavimento y grandes edificios de fondo, causándole solamente daños menores al barniz y el marco.

Y ya en junio del año pasado habían pegado sus manos al marco “Melocotonero en flor” (1889), otro cuadro de Van Gogh que se exhibía en la galería del instituto Courtauld.

“¿Qué vale más, el arte o la vida?”, “¿Vale más que la comida? ¿Más que justicia? ¿Te preocupa más la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y las personas?”, preguntaban las jóvenes detenidas mientras sus manos permanecían pegadas al marco del cuadro y la pared de la sala.

En octubre, asimismo, un día después de que un militante sentenciado luego a dos meses de prisión pegara su cabeza al vidrio que protege el icónico cuadro de Vermeer, “La joven y la perla”, pintado en 1665 y exhibido en el museo Mauritshuis de La Haya, líderes de de museos europeos y neoyorquinos condenaron los ataques contra obras de arte y consideraron “desesperante” la situación.

Algunos sugirieron medidas más fuertes y otros, como el Louvre o los museos británicos, insistieron en “no ceder al pánico”. Será tiempo ahora de nuevas definiciones.

Definiciones que profundizan la línea surgida hace un año respecto a si esta forma de denunciar hace efectivo el mensaje, es decir, el pedido de medidas que contengan la urgencia ambiental, o si, por el contrario, las licúan.

Debates que se resignifican en un contexto de guerra sostenida entre Rusia y Ucrania -con gran destrucción de sus bienes artísticos culturales- y del recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente donde la amenaza pasaron a ser los propios museos y sus habitantes.





Fuente Telam