El Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Ciudad de Buenos Aires absolvió este martes a Hernán González Rizzi, juzgado por el delito de abuso sexual agravado contra su hija, hoy mayor de edad, luego de cuatro meses de debate oral y a 11 años desde el inicio de la causa, mientras una multitud repudió la decisión.
El veredicto fue dictado a las 16.30 por los jueces Virginia Sansone, Adrián Martín y María Elisa Gaet, luego de que al mediodía del martes el acusado diera sus “últimas palabras”, mientras unas 300 personas pedían “justicia para Luna” (nombre de la denunciante) a las afueras de la sede judicial, ubicada en Lavalle 1171, en la zona de Tribunales, incluso bajo la lluvia.
“Nos sorprendió lo que pasó, no era de ninguna manera lo que esperábamos. Lo absolvieron de todos los cargos, no solo de lo que nosotros lo acusamos sino también de la acusación del fiscal. No conocemos aún los fundamentos que los van a dar recién el 28”, dijo Marina González, abogada querellante.
“Para nosotras es inentendible, no nos entra en la cabeza. Nos cansamos de decir que la justicia es patriarcal. Pensamos que no iba a pasar. Nos queda apelar a Casación”, agregó.
En tanto, la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, que estuvo acompañando a la joven, aseguró: “Vamos a ir hasta el final. Tiene que ir preso”.
Yama Corin, madre de Luna y denunciante, agradeció a quienes se acercaron porque “fueron muchas audiencias” que se lograron “sostener en las calles”, lo que demostró que existe “un compromiso en la lucha contra el abuso sexual en la infancia, más allá del caso de Luna”.
“Pase lo que pase creo profundamente que la Justicia la conquistamos nosotras, nosotres, nosotros. Más allá del resultado electoral y de lo que digan estos tres jueces vamos a seguir luchando porque los derechos conquistados no se negocian y vamos por más”, enfatizó.
A fines de octubre, el fiscal Guillermo Morosi solicitó 15 años de prisión para González Rizzi, acusado de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo filial preexistente.
En esta oportunidad Yama y Luna ingresaron a la audiencia junto Cortiñas, la “Madre de todas las batallas”, y a la histórica referente de Derechos Humanos y abogada feminista Nelly Minyersky.
“Hay que tener confianza que el futuro es nuestro. Tenemos que trabajar, no bajar los brazos y aplaudir lo que esté bien. La Argentina tiene que volver a ser una Argentina de luz, justicia, paz y memoria. Vamos a salir adelante”, dijo “Norita” Cortiñas, conmovida por esta instancia final del juicio y también por las resultados electorales del domingo pasado.
Por su parte, Minyersky, que por tercera vez participó en una audiencia de este juicio, advirtió sobre el desempeño de la abogada defensora del acusado, Patricia Anzoátegui, quien además es directora jurídica del Observatorio de Falsas Denuncias.
“Me llamó la atención la agresividad y falta de formas y de respeto de la abogada del acusado. Prácticamente desvirtuaba sus funciones. Hacía preguntas insólitas desde mi punto de vista. Frente a un tema tan sensible hay diferentes formas de ejercer una defensa. No es defender de cualquier forma”, sostuvo Minyersky en diálogo con Télam.
Y destacó que “el fiscal refirió todas las pruebas que se produjeron en cuanto a la verosimilitud de los hechos invocados por la querella”.
El juicio
Este juicio comenzó el 8 de agosto y cada jornada contó con un fuerte acompañamiento impulsado por la Agrupación Feminista Mundanas en alianza con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, organizaciones políticas y feministas, sindicatos y organismos de derechos humanos.
A González Rizzi se lo acusó por el delito de abuso sexual de su hija agravado por tratarse de su progenitor, por ser la víctima menor de edad al momento de los hechos, “aprovechándose de la situación de convivencia preexistente” y porque fue realizado de forma reiterada, según consta en el requerimiento de elevación a juicio.
Además, la parte denunciante pidió que se trate el delito de “corrupción de menores”.
La madre de víctima detectó signos de una posible situación de abuso hacia su hija de parte de su progenitor -de quien estaba separada hacía ocho años- cuando la niña tenía 9, lo cual fue confirmado por una terapeuta que consultó, lo que la llevó a radicar una denuncia penal en abril de 2012.