Sobrevivientes, familiares y amigos de víctimas de la masacre de Cromañón, por la cual murieron 194 personas y miles resultaron heridas, exigieron este jueves, en la Plaza de Mayo, el cumplimiento de la ley que fue aprobada hace un año para la expropiación del local bailable con el propósito de convertirlo en un espacio de memoria.
“Sin la reglamentación de la ley, no hay expropiación”, advirtieron desde “Memoria por Cromañón” en alusión a la norma sancionada el 12 de octubre del 2022 por la Cámara de Diputados y el 27 de ese mes por el Senado, pero que aún no fue implementada.
La actividad se desarrolló con la consigna del primer “No Cumpleaños” de la ley de expropiación y contó con la realización de una intervención artística, la lectura de un documento consensuado entre las agrupaciones convocantes y una posterior conferencia de prensa.
“Nuestra lucha merece ser escuchada para poder destrabar ese primer paso imprescindible para la expropiación que es la reglamentación de la ley”, afirmaron y señalaron que “no es aceptable que nos dejen afuera de las decisiones sobre un espacio sobre la memoria”.
En diálogo con Télam, Nicolás, sobreviviente de la masacre, consideró que “es necesario avanzar en el proceso expropiatorio” y apeló “a la capacidad de resolución del Estado nacional porque sentimos que somos una parte necesaria en la construcción de memoria colectiva.
Convocaron la Coordinadora Cromañón, El Camino Es Cultural, Movimiento Cromañón, Ni Olvido Ni Perdón, No Nos Cuenten Cromañón, Organización 30 de Diciembre, Plaza de la Memoria Los Pibes de Cromañón, Que No Se Repita, Sin Derechos No Hay Justicia.
La petición alude al local del barrio porteño de Balvanera donde 194 personas murieron y más de 1400 resultaron heridas el 30 de diciembre de 2004, en un incendio desatado durante un recital de la banda de rock Callejeros.
Sobre la ley
La ley 27.695 declaró “de utilidad pública y sujeto a expropiación” los inmuebles ubicados en Bartolomé Mitre 3038/78 y Jean Jaures donde funcionó el boliche ‘República Cromañón’, frente a los cuales existe un improvisado santuario construido los días posteriores al incendio iniciado por una bengala durante el recital de Callejeros la noche del 30 de diciembre de 2004.
La norma también establece que la propiedad estará destinada a albergar “un espacio dedicado a la memoria de lo ocurrido“, para lo cual “se creará una muestra permanente” que relatará esa historia “y se organizarán actividades culturales e informativas“.
Por otro lado “la edificación existente en los inmuebles expropiados deberá conservar los elementos testimoniales de la masacre” y se deberá garantizar la “conservación preventiva, curativa y de restauración” del local, “por lo que gozarán de protección por parte del Estado”, según la ley.