Un almuerzo raro por donde lo mire ocurrió en un restaurante de Puerto Madero hace varios días. Darío Epstein, uno de los economistas más importantes de Javier Milei, compartió mesa con empresarios de la industria cárnica, la pesca y el agro, y mostró que el espacio de la Libertad Avanza no sólo no tiene estructura política ni conocimiento de los sectores de la economía, sino que parece ser un partido con un líder mesiánico y no mucho más: “para gobernar este país hay que estar loco, y Javier tiene esa condición”, dijo ante la mirada atónita de los ceos, algunos de los cuales se sonríeron casi como un compromiso.
Epstein, que fue junto al banquero Juan Nápoli uno de los negociadores que viajó a hablar con el Fondo Monetario (FMI), llegó al convite acompañado de un grupo de economistas que trabajan para él, no para La Libertad Avanza. Ese tipo de aclaraciones se hicieron durante todo el almuerzo y el propio economista aseguró que “las que cosas que digo son las que yo pienso, no hablo de cómo piensa Javier”.
Milei maneja un esquema de tercerización de cuadros que en el área económica son una constante. Y en el agro, también: Epstein contó ante los hombres de negocios que le encargaron a Fernando Vilella, ingeniero agrónomo de la UBA y ex Decano de la Facultad de Agronomía, que “haga un plan agro industrial”, pero le avisaron que la idea no era tenerlo como parte integrante de las filas del libertario.
Mientras llegaba el vino tinto para regar el plato principal, el economista volvió a admitir que la dolarización, programa emblema de Milei, no va a ocurrir. “Dolarizar sin dólares no se puede, eso va a llevar años. Pero lo que sí vamos a hacer es un fuerte recorte del gasto público para luego sentarnos a hablar con el FMI”.
Las Letras y las retenciones
Los empresarios se dieron cuenta rápido que Epstein, experto en temas financieros, no sabía nada del sector de la producción granaria, de carne y otras economías regionales. Se lo vio más preocupado por saber si “el sector estaría dispuesto a tomar Letras“. A continuación, también pidió datos del impacto de la sequía en los números de la actividad, intentando trazar un diagnóstico de escenarios futuros.
Otra de las promesa que Epstein le rompió a Milei es la de la baja inmediata de las retenciones a las exportaciones de granos. “No lo vemos posible en el corto plazo”, aseguró y nadie se sorprendió, porque hasta el espacio de Juntos por el Cambio negó hacerlo. La intervención de la campaña que el economista Carlos Melconian hizo sobre Patricia Bullrich, obligó a sus laderos a salir a negar la baja de las retenciones. Pero hasta hora Milei venía sosteniendo que era posible.
En un solo acto, Epstein cortó con dos de sus sostenes: no se puede la dolarización y tampoco se pueden bajar los derechos de exportación. Lo único que el economista dio por hecho es el ajuste que se producirá, en torno a unos 15 puntos del PBI.