¿Está preparado el sistema escolar para dar alojo a los chicos denominados “superdotados”? O sea, a aquellos niños que tienen un desarrollo temprano, concentración y memoria óptimas, capacidad de hablar bien, pensamiento ágil, amplia imaginación, interés cognitivo y crecimiento intelectual anticipados. Una flor en el barro, cuarto largometraje del director Nicolás Tuozzo habla de esta realidad a través de una ficción protagonizada por Nicolás Francella junto a Lola Carelli, en su debut cinematográfico. Una flor en el barro es la historia de Francisco, un maestro de una escuela humilde que se encuentra, quizás, ante uno de los desafíos más importantes de su vida: lograr que Sofía, una niña de 8 años superdotada intelectualmente y a quien acaba de conocer, no se convierta en un caso de talento perdido por causa de una sociedad que no se encuentra preparada. Una flor en el barro se estrena el jueves 28 de septiembre.

“La idea de la película nació hace bastante tiempo. Hacer cine en la Argentina lleva un proceso muy largo”, reconoce el director Nicolás Tuozzo en la entrevista con Página/12, en la que también participa Nicolás Francella. “Me interesó esta cuestión de la educación en lugares donde los niveles que manejamos no son tan altos. Y la pregunta que más me llamaba la atención era la del talento perdido: ¿qué pasa con alguien que tiene mucho talento en un lugar donde no tiene las herramientas para desarrollar ese talento?”, subraya el realizador.

“Es la segunda vez que trabajo con Nico (Tuozzo). Recuerdo que recibí el guión, lo leí y le dije que quería ser parte de la película porque había conectado de una forma linda. Y la historia me emocionó”, acota Francella. “Hubo muchos condimentos que me llevaron a querer participar: la dureza de la historia, la actualidad, lo tierno de la historia, y el trabajar con una chica de 8/10 años me generó mucha atracción porque tengo buena conexión con chicos y chicas”, acota el actor.

-¿Cómo fue el trabajo de casting con los chicos y chicas y, sobre todo, con la protagonista?

Nicolás Tuozzo: -Fue muy bueno. Para el papel de la protagonista se presentaron más de 150 nenas. Nosotros teníamos clarísimo que una buena Sofía era esencial para que la película tenga la fuerza que nosotros queríamos. De esas 150, hicimos un presencial con 20, después nos quedamos con 3. Lo hicimos en varias etapas y la verdad es que Lola fue tan increíble que nos sorprendió el triple cuando fue el momento de la película, por su capacidad. Venía todos los días con la letra sabida, absorbía todo lo que le dábamos.

-¿Cómo fue la relación durante el rodaje?

Nicolás Francella: -Fue muy linda. Me encantó trabajar con ella. Nos divertimos. No sé cuántas experiencias tuve trabajando con chicos entre 8 y 10 años, pero recuerdo haber hecho teatro con tres chicos entre 8 y 10 años. Y tenés que construir ese vínculo por el trabajo, para que se sienta cómoda, para que lo disfrute. Siempre estuvo acompañada por la familia en los sets. Y el último día de rodaje se emocionó muchísimo. Entonces, fue muy lindo ver eso.

-¿Qué significó ponerte el guardapolvo blanco?

N.F.: -Algo nuevo para mí. Y había como una condición de darle una mano en set a Nico, por lo menos yo lo sentía así, para estar lidiando con quince, veinte chicos y chicas. Así que un poco viví esa vida de docente, la transité, pero fue algo interesante.

-Tanto desde el guión como desde la actuación, ¿pensaron en una suerte de maestro paternal o más bien compañero?

N.T.: -Yo creo que, en general, y ya no solo en la relación entre Francisco y Sofía, está lleno de Franciscos en nuestra escuela pública. Está plagado. Y la mayoría de los maestros trascienden el aula. Son más que maestros. Acompañan a los chicos en un montón de cosas. Obviamente, había que crear una relación, pero te diría que se formó sola. No hubo que hacer mucho esa relación de empatía entre el maestro y la nena. Todas las cosas que uno puede imaginar y pensar, cuando empieza a filmar se va dando cuenta de que se va gestando automáticamente. Tienen un imán los dos. Y ese imán que tienen los dos con la pantalla también hizo una atracción entre ellos increíble. Hubo que hacer muy poco.

N.F.: -Es algo que yo aplicaría si tuviera una oportunidad de incentivar, de que me presten atención, de ayudarlos. Lo paternal es algo que va por mi ADN, mi sangre. Lo tengo muy cerca. Pero después fue seguir la regla del guión y, como dice Nico, no siento que hayamos intentado probar de tantas formas cuál era el camino sino que salió de una forma muy natural.

-Maestro y directora tienen visiones distintas de la manera de educar. ¿Ustedes cómo piensan ese conflicto?

N.T.: -Para mí, en la película no están enfrentados; cada uno vive su realidad desde el lugar que le toca. O sea, la directora no es una mala persona que se enfrenta a la posición del maestro. La directora tiene sus argumentos y sus realidades, tiene sus presupuestos acotados. Todo lo que plantea la directora es real. Creo que ninguno de los personajes que, en teoría, se oponen a lo que quiere el maestro lo hacen desde un lugar de estar en contra de sus argumentos sino que tienen otra mirada desde otro lugar, con sus propios conflictos. Lo mismo pasa con el director de la escuela privada: es un tipo que le plantea cosas absolutamente reales, de conflictos sociales, e incluso de la incomodidad de la propia nena en ese lugar. Después, el maestro se da cuenta cuando la nena dice “Yo no quiero ir a esa escuela”. Se da cuenta de que no se trata de eso. Entonces, creo que no se trata de un enfrentamiento de miradas sino es cómo entre todos tratamos de lograr cuestiones, donde hay algo que no funciona bien que es el sistema general.

-¿No lo ven como discriminación al desarrollo de la nena?

N.T.: -No sé si la palabra es “discriminación” o es una ausencia del Estado, independientemente del color político, porque esto es permanente. Es una ausencia del Estado ante ciertas necesidades de alumnos en este caso con esas características.

-¿Creen que las escuelas no están preparadas para este tipo de casos?

N.F.: -Saco el foco del país nuestro porque es algo universal, donde cada uno desde su realidad y dinámica responde con el tipo de prioridades que tienen dentro de donde trabajan. No creo que se lo tomen ni como algo personal. Creo que es un profesor que viene de suplencia en suplencia, se encuentra con esta realidad, donde encuentra a esta chica con una inteligencia fuera de lo normal. Y se frustra con él mismo y se frustra por no poder ayudarla. Se encuentra con realidades que no tendría que tomárselas él personalmente.               



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