Arrancó como chiste, con los días se fue convirtiendo en ilusión y ya no dista demasiado de ser la opción más sensata teniendo en cuenta los últimos resultados del equipo de Jorge Almirón. Pero, ¿puede Boca ser campeón de la Libertadores ganando todas sus series por penales o es una locura que no pasará del meme?

La mitad del camino ya la recorrió. Las atajadas de Chiquito Romero en octavos vs. Nacional y cuartos vs. Racing les dieron más razones a los hinchas de Boca para creer en “la séptima” -y hasta bromear con encontrarse al Manchester City a fin de año- que lo que viene haciendo el equipo, con apenas un triunfo en sus últimas ocho presentaciones. Claro que la sequía xeneize execede el presente: el 2 a 2 en la vuelta ante Nacional interrumpió lo que hubiese sido una racha de 10 partidos seguidos de fase de eliminación directa en Libertadores sin meter goles. Es decir, Boca no marcó en 9 de sus últimos 10 encuentros de segunda ronda entre las Copas de 2023 a 2019.

Y para mal de soñadores, este jueves en La Bombonera tendrá enfrente al Palmeiras campeón de dos de las últimas tres ediciones, con un invicto de 9 partidos en esta Libertadores (7 ganados) y 5 seguidos con valla invicta. Para sumar temores, el club paulista perdió apenas 4 de sus últimos 48 partidos de Libertadores, ganando en ese lapso 12 de 13 series de eliminación directa. Claro, son apenas numeritos que no hacen mella en los hombres sensibles boquenses dolineanos, creyentes de la mística y con fundamentos… ¿O acaso Boca no le ganó los tres mano a mano de su historia libertadora al Palmeiras, a la vez que conquistó tres Copas por penales?

Entonces, con un Boca complicado para ganar en los 90 y un rival avasallante en el juego pero con historial en contra, qué tan loco es pensar en un equipo de Almirón campeón sin ganar ninguna de sus series. Una deformación al máximo del “a lo Boca” -hace no tanto, con Ibarra DT, fue el campeón con peor diferencia de gol del fútbol argentino- y algo que nunca sucedió en la historia. Aquí, un repaso por los clubes que más cerca estuvieron de hacerlo y sus conquistas a base de angustia, campañas irregulares, y definiciones agónicas, las que al fin y al cabo más se disfrutan.

Único e irrepetible (por ahora)

Permítase la tediosa enumeración para enaltecer el dato: entre todas las Libertadores, Sudamericanas y las extintas Mercosur y Supercopas; las Champions, Europa y Conference League y las añejas Copas de Ferias y Recopas europeas; las Concachampions y las Ligas de Campeones africanas, asiáticas y oceánicas, hubo más de 400 campeones continentales a nivel clubes. Y uno, sólo uno, lo logró ganando tres de sus cuatro series de eliminación directa por penales: el Vélez de Carlos Bianchi y José Luis Félix Chilavert en la Libertadores 1994.

La epopeya de ese Fortín comenzó ante Defensor Sporting en octavos (1 a 1 global y penales en Liniers), siguió con Minervén de Venezuela (2 a 0), Júnior de Barranquilla en semis (3 a 3 y penales en el Amalfitani) y finalizó con San Pablo (1 a 1 y penales en el Morumbí). Chilavert fue amo y señor de los palos, totalizando cuatro penales atajados y, como si fuera poco, tres convertidos. Era época de adelantamientos sin tapujos y jarabe mandibular desregularizado, con lo que el “mirá que te como, hermano” del Dibu queda light ante lo de Chilavert. Fueron tantos los artilugios del paraguayo en el primer penal contra Júnior que hasta el DT rival se metió en la cancha e interrumpió la ejecución para protestar al árbitro.

Lo que Vélez logró ese año sigue siendo único y, por ahora irrepetible. Para el resto, la “suerte” de los penales parece durar dos tandas como máximo: sólo otros cuatro finalistas patearon tres series de penales de octavos en adelante, pero terminaron sin festejar. Y todos en la Libertadores, certamen parejo si los hay: Olimpia en 1989 (vs. Atlético Nacional), Palmeiras en 2000 (vs. Boca), Sao Caetano en 2002 (vs. Olimpia) y Boca en 2004 (vs. Once Caldas). En tanto que 20 fueron campeones ganando dos series de penales, entre ellos los protagonistas de este jueves: Boca (Sudamericana 2004) y Palmeiras (Libertadores 1999).

Con el reglamento bajo el brazo

El Atlético de Madrid y el Inter de Porto Alegre hicieron sufrir de lo lindo a sus hinchas en 2010. A mediados de año, el Colchonero obtuvo la Europa League de la mano de los exIndependiente Sergio Agüero y Diego Forlán y aprovechando al máximo el método de desempate que reinaba por entonces y hasta hace no tanto: “gol de visitante vale doble”. Gracias a esa regla eliminó a Sporting Lisboa, Valencia y Liverpool sucesivamente, ganando apenas uno de esos seis partidos. En la final la cosa tampoco fue rápida, ya que tuvo que ir a prórroga para superar al Fulham con doblete de “Cachavacha”. Se ve que el Inter de D’Alessandro, Abbondanzieri y el Cholo Guiñazú tomó nota porque meses después hizo lo propio en la Libertadores: repartió triunfos y derrotas con el Banfield de Falcioni, el Estudiantes de Sabella y San Pablo para llegar a la final y, ahí sí, vencer por duplicado y sin tanto suspenso al Guadalajara.

Perder es sólo un detalle

Para cualquier equipo, una marca idéntica de victorias y derrotas significa ubicarse un poquito mejor que mitad de tabla. Pero el Real Madrid no es cualquier club, al menos el de la temporada 1985-1986 que conquistó la por entonces denominada Copa UEFA. Aquel elenco que gozaba de una delantera con Jorge Valdano -a nada de coronarse en el Mundial de México-, Hugo Sánchez y Emilio Butragueño, fue una máquina… Pero de perder. En octavos arrancó cayendo nada menos que 5 a 1 ante el Mönchengladbach en Alemania, pero se recuperó con un 4-0 agónico de local (dos de Valdano) y avanzó gracias al gol de visitante. En cuartos venció en la ida al Neuchatel suizo por 3 a 0 y casi se lleva un disgusto en la vuelta cayendo 2 a 0. En semis arrancó abajo 1 a 3 en Milán contra el Inter, pero en Madrid repitió resultado y lo cerró en tiempo extra: 5 a 1. La final fue ante el Colonia: 5-1 en Madrid con doblete del “Filósofo” y caída 0-2 en Berlín Occidental para no exagerar el global. Así, con 4 triunfos y 4 derrotas, ese Merengue fue el único en campeonar de 16 finalistas continentales que perdieron 4 o más partidos de octavos en adelante.

Numeritos extra

  • 9 clubes fueron campeones “empatando” tres de sus cuatro series de octavos en adelante, y avanzando ya sea por penales o gol de visitante: el PSV Eindhoven en la Champions 1987-1988, el mencionado Vélez 1994, Liga de Quito en la Libertadores 2008, los también mencionados Atlético e Inter en 2010, Independiente en la Sudamericana 2010, Atlético Mineiro en la Libertadores 2013, el Sevilla en la Europa League 2013-2014 e Independiente Santa Fe en la Sudamericana 2015.
  • El porcentaje más bajo de partidos ganados de un campeón continental de octavos en adelante pertenece al trágico Chapecoense en la Sudamericana 2016 con 17% (un triunfo, cuatro empates, una derrota). Luego aparece el Milan de la Champions 2002-2003 con 20% (1-4-0) y otro quintento con 25% y varios conocidos de nuestro fútbol: Once Caldas en la Libertadores 2004 (2-6-0), Cruzeiro en la Supercopa 1991 (2-4-2), Independiente en la Supercopa 1995 (2-4-2), Liga de Quito en la Libertadores 2008 (2-5-1) e Independiente Santa Fe en la Sudamericana 2015 (2-5-1).
  • Por último, uno que no terminó bien. El Flamengo subcampeón de la Mercosur 2001 es el equipo con mayor porcentaje de empates entre finalistas continentales, habiendo igualado en cinco de sus seis partidos de fase de eliminación directa. La caída final fue por penales ante el San Lorenzo del Ingeniero Pellegrini.





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