En el búnker de “Cambia Mendoza” ya festejaban la victoria promediando la tarde, incluso cuando todavía había filas en las escuelas. Patricia Bullrich y buena parte de la plana mayor de Juntos por el Cambio pisaron suelo cuyano desde muy temprano, con la idea de montar la escena de un acto de campaña nacional. El triunfo del jefe del radicalismo local, Alfredo Cornejo, estaba cantado y se terminó por confirmar informalmente horas antes de que se publicaran los primeros datos oficiales. Todo estuvo listo para que la alianza opositora capitalizara el último test electoral previo a las generales de octubre con el objetivo de empujar a su candidata a ingresar a un posible ballottage, un camino cada vez más cuesta arriba. “Somos la única fuerza con la capacidad de derrotar al kirchnerismo”, dijo Bullrich desde el escenario ganador, en sintonía con su estrategia más reciente de disputarle votos a Javier Milei, quien viene precisamente de arrasar en Mendoza en las PASO nacionales. 

De la mano Cornejo, Bullrich dio un discurso que fue casi un spot de campaña, y aprovechó la plataforma del triunfo para desplegar un menú de propuestas económicas. Prometió “entrarle fuerte a la inflación, para que los argentinos puedan recuperar el valor de su dinero”, “eliminar el cepo para avanzar en la exportación” y “bajar impuestos de manera responsable”. Finalmente, se montó sobre la serie de victorias radicales –la de Mendoza fue la tercera consecutiva luego de Santa Fe y Chaco– para asegurar que “se van a traducir en una victoria nacional contundente”. Hasta último momento se especuló con que haría algún tipo de anuncio electoral, pero finalmente todo quedó en un intento para atraer la atención a su discurso.  

Con el 40 por ciento de los votos, Cornejo ratificó su predominio en la política mendocina y se transformó en el primer dirigente en resultar electo dos veces para la gobernación (la primera vez había sido en 2015, antes que lo sucediera su delfín Rodolfo Suárez). Su rival más próximo y el único capaz de hacerle sombra fue el díscolo Omar De Marchi, que estuvo cerca del 30 por ciento. “Es un honor haber sido gobernador y volver a serlo por el voto de los mendocinos. Me genera orgullo pero mucho más compromiso”, dijo el gobernador electo antes de pedir expresamente el voto para Bullrich en octubre. “En mi calidad de gobernador electo, quiero pedirles que voten por Patricia, para tener un cambio sostenido de la argentina, para que no estemos en vaivenes para que vuelva el populismo”, dijo. 

En el escenario estuvieron, además, el candidato a vice de Bullrich y rival en las PASO locales de Cornejo, Luis Petri, además del gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, quien horas antes había estado junto a Sergio Massa y varios gobernadores del norte grande para el anuncio de la ampliación de partidas coparticipables. Tanto Petri como Valdés redundaron en el mismo pedido del gobernador electo: poner a Juntos por el Cambio en segunda vuelta. Esta elección sin lugar a dudas va a tener una repercusión nacional, porque demuestra que somos nosotros los que garantizamos a futuro la gobernabilidad que otros no van a tener”, dijo Petri en obvia referencia a Milei. “Confío que bullrich va a estar en segunda vuelta”, sumó Valdés. 

El fantasma Milei

El 40 por ciento cosechado por la expresión local de Juntos por el Cambio contrasta con el 28,2 que obtuvo la alianza en las PASO en territorio mendocino, con los votos de Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta sumados. Javier Milei, de hecho, hizo en la provincia una de sus mejores elecciones a nivel país, con el 44 por ciento, sólo superado por el 49,3 de Salta. Consultado sobre esa brecha, Petri sostuvo que “en las PASO hubo mucho voto bronca” pero que “ya bajó la espuma”. El candidato a vice dijo que “la privatización de la salud y de la educación” que propone el libertario “son inviables, como la dolarización”. “Todo eso enciende alarmas”, siguió y se aventuró en que La Libertad Avanza “baje su caudal electoral” para que Bullrich ingrese a un hipotético ballottage.

Otro miembro del grupo Malbec, el diputado Mario Negri, dejó como reflexión que “había en una sobre expectativa” previa a las PASO respecto de que “Juntos por el Cambio sea la primera fuerza”. “Eso quizás ahora nos juega en contra”, asumió. También en modo autocrítico se refirió a las internas del espacio –que a nivel local se expresó en el enfrentamiento entre Cornejo y De Marchi– por su impacto en el resultado nacional. “Se tomó nota de eso y ahora estamos todos juntos. No nos enganchamos en ninguna interna”, concluyó.

De Marchi, de larretista a libertario

El rival más próximo de Cornejo, Omar De Marchi, fue durante años presidente del PRO de Mendoza, e incluso fue el principal armador de Horacio Rodríguez Larreta en el distrito, hasta que el jefe de gobierno le retiró su apoyo para disputar la gobernación. 

Obtuvo un nada despreciable 30 por ciento, teniendo en cuenta que remó contra la corriente. En las últimas semanas, De Marchi tuvo un más que un coqueteo con Javier Milei, quien incluso en la previa difundió una encuesta que lo daba por encima de Cornejo. “Con Milei tenemos muy buena relación personal. Valoro muchísimo que haya puesto sobre la mesa ideas interesantes. Pero para mí, no hay nada más importante que la provincia de Mendoza”, dijo en la previa de la votación.

El peronismo, tercero

Tal como sucedió en las PASO, el peronismo hizo la peor elección de los últimos años. El candidato del PJ local, Omar Parisi, cosechó un magro 14 por ciento. 

“Es el mismo resultado que tuvimos en junio. No habremos cumplido con las expectativas que tenía el pueblo mendocino con nosotros. Estamos contentos de haber dado todo. Hemos trabajado muchísimo y hemos llevado propuestas. Hay que respetar al pueblo y seguir trabajando”, dijo el candidato tras el resultado. “En algunos lugares me sentí muy solo”, agregó, en un dardo dirigido a la interna partidaria, que llevó cuatro listas en las PASO. 



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