El narcotraficante Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, quien cumple una condena de 27 años por tráfico de drogas y lavado de dinero en el penal de Rawson, enfrentará en 2024 dos nuevos juicios: uno acusado de partícipe necesario del crimen de la niña Candela Sol Rodríguez (12), cometido en 2011 en Hurlingham, y otro por la venta de la cocaína adulterada que causó 24 muertes en febrero del 2022, hecho por el cual están también acusados dos de sus hijos, uno de ellos detenido el domingo 17. Desde el 11 de marzo, en Morón, Villalba (60) se sentará frente a los integrantes del TOC 6, Alejandro Rey, Cristian Toto y Andrea Bearzi, para afrontar los cargos en el “Caso Candela II”, por tratarse del segundo juicio que se realiza por el caso.
La acusación estará en manos del fiscal Mario Ferrario, quien, además de “Mameluco”, le imputa el mismo delito a otros tres acusados que llegarán al debate en libertad: el expolicía bonaerense Sergio Chazarreta, dueño de la camioneta negra que se utilizó para trasladar a Candela, el sindicado “informante” Héctor “El Topo” Moreyra, y el carpintero Néstor Altamirano, encargado de haber alimentado y cuidado a la niña en cautiverio.
Por el Caso Candela hubo en 2017 un primer juicio en el que el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Morón condenó a prisión perpetua a Hugo Bermúdez y Leonardo Jara como coautores del crimen, y a Fabián Gómez (46), a una pena de 4 años de cárcel como partícipe secundario.
En ese debate, “Mameluco” declaró como testigo y afirmó que el crimen de Candela fue un secuestro extorsivo “vinculado a plata del narcotráfico”, en el que a los captores “se les fue la mano” y la mataron. Sin embargo, el fiscal Ferrario reunió nuevos elementos y en 2018 acusó a “Mameluco” de participar de ese hecho, que enmarcó en un ajuste narco, en el que además se conjugaron otros factores, entre ellos una venganza hacia el padre de la niña, Alfredo Rodríguez, quien estuvo detenido por piratería del asfalto y de quien algunos imputados sospechaban que podía ser informante de la policía.
Candela fue vista con vida por última vez el 22 de agosto de 2011 en Villa Tesei, donde residía, y, luego de que su familia recibiera llamadas extorsivas, su cuerpo fue encontrado el 31 de ese mes dentro de una bolsa abandonada a un costado de la colectora de la Autopista del Oeste.
Once años después de ese hecho, “Mameluco” Villalba” volvió a verse envuelto en otra causa criminal de trascendencia: la muerte de 24 personas a raíz del consumo de cocaína adulterada con carfentanilo -una sustancia 10 mil veces más potente que el fentanilo y la heroína- en los partidos bonaerenses de Hurlingham, 3 de Febrero y San Martín.
Si bien en esa causa no se le imputan las muertes en sí, “Mameluco” será sometido a juicio junto a uno de sus hijos, Iván Gabriel “El Salvaje” Villalba, acusado de llevar adelante desde la cárcel la “organización y financiación de una banda de más de tres personas conformada para la comercialización de estupefacientes, en concurso real con el de tenencia ilegítima de armas de guerra.
En esa misma causa -que cuenta con otros 18 acusados- está también imputado otro de sus hijos, Luca Nahuel “Dylan” Baigorria (29), quien aún no irá a juicio porque recién fue detenido el pasado domingo, tras permanecer 20 meses prófugo y con pedido de captura.
Baigorria fue atrapado por policías que estaban tras sus pasos y lo esperaron cuando salió de la comunión de una sobrina, realizada en un salón de fiestas de la localidad de Caseros.
Voceros judiciales dijeron que el debate por la cocaína adulterada, que aún no tiene fecha de inicio, se realizará presumiblemente durante el primer semestre del año próximo ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5 de San Martín.
Por ese caso aún permanecen prófugos y con pedido de captura internacional, Alian Ramirez, alias “Eze”, Natalia Yanina Díaz, conocida como “Naty o Tía” y Daiana Soledad Vargas.
La última condena impuesta a Villalba fue en 2018 por parte del Tribunal Oral Federal 2 de San Martín, quien lo declaró culpable de “lavado de activos de origen ilícito” y lo sentenció a seis años de prisión; pero como ya contaba desde 2014 con una condena de 23 años por tráfico de estupefacientes en la Villa 18 de Septiembre, de Billinghurst, se le fijó una pena única de 27 años que cumple en el penal de Chubut.