Tras dos meses fuera de la escena pública, Cristina Fernández reapareció por primera vez desde las PASO en un movimiento a dos tiempos. Primero, en el auditorio de la UMET, en donde disertó, a modo de charla magistral en ocasión de la reedición del libro “Después del derrumbe”, frente a una audiencia mayoritariamente joven. Allí, la vicepresidenta apuntó contra la “casta económica” que propone, cíclicamente, las mismas recetas económicas para los mismos problemas de la Argentina y envió un mensaje interno a la dirigencia y militancia kirchnerista en el marco de la campaña electoral: “La gente no se derechizó. Querer vivir bien no es de derecha”. Jocosa, ironizó sobre su silencio y respaldó la candidatura de Sergio Massa, a quien le reconoció su decisión de haberle dicho la “verdad” a la sociedad respecto al acuerdo con el FMI. Fue una charla que duró casi dos horas, pero eso no fue todo: apenas finalizó, salió del edificio y le habló a la militancia congregada afuera. “Hubo mucha ilusión, mucha expectativa, y no se pudo cumplir. Y quiero pedirles perdón si no pudimos cumplir”, exclamó, entre los cantos de la militancia.
“Dentro de 29 días hay elecciones, Pepe, ¿sabías?”, provocó una risueña Cristina Fernández de Kirchner a su interlocutor, el humorista Pedro Rosemblat, apenas unos segundos después de haberse subido al escenario. Era la primera vez que aparecía desde la derrota de Unión por la Patria en las PASO y en el auditorio de la UMET se palpaba la expectativa sobre lo que iría a decir de Sergio Massa y cómo impactaría en la campaña electoral. Tal vez consciente de ello, la vicepresidenta se interrumpió mientras explicaba por qué había querido participar de la presentación de la reedición de un libro que había organizado la Escuela Justicialista Néstor Kirchner – un texto que registraba unas conversaciones entre Torcuato Di Tella y Néstor Kirchner allá por 2003 – y comenzó a jugar con la idea de su silencio.
“Hace dos meses que vengo leyendo editoriales sobre que no hablo, sobre si lo apoyo a Sergio, sobre el resultado de las elecciones. A ver, ¿qué voy a decir sobre el resultado de las elecciones si yo ya había dicho el resultado de las elecciones antes?”, pinchó, siempre en tono irónico, y remató: “En fin, en mayo yo dije que iba a ser una elección atípica, de tercios y que lo importante iba a ser el piso y no el techo. Y bueno, sucedió”.
Las risas retumbaban en el auditorio de la UMET, espacio físico donde la Escuela Justicialista NK – organizador de la charla – suele grabar sus clases. Era un espacio reducido, íntimo, ocupado principalmente por estudiantes secundarios y universitarios y referentes de Derechos Humanos, como Madres de Plaza de Mayo o la legisladora Victoria Montenegro. Los únicos dirigentes que se veían en las primeras filas eran los docentes de la Escuela, como Mariano Recalde, Daniela Vilar, Itai Hagman, Mercedes D’Alessandro, y sus impulsores, como Nicolás Trotta y Mónica Lizta. El lugar privilegiado era para la platea joven y recién en el piso de arriba, en los palcos, se acomodaba la dirigencia: Axel Kicillof – que fue recibido con un aplauso -, Andrés “Cuervo” Larroque, Eduardo “Wado” de Pedro, Lucía Cámpora, Gabriel Katopodis, Cecilia Moreau, Juan Manuel Olmos, Mayra Mendoza, entre otros. No estaban ni Sergio Massa – de viaje por Santa Fe – ni Alberto Fernández ni Máximo Kirchner.
“Yo quiero recordarles que fui una de las impulsoras de que no hubiera PASO, que se construyera una lista de unidad. Todos decían ‘basta del dedo, el dedo no’. Yo ahora les pregunto a los que impulsaban una PASO en la que el presidente estuviera de un lado y la vicepresidenta del otro, con el embajador de Brasil disputado con el ministro del Interior la candidatura a la presidencia, y todo con más de 100 puntos de inflación. ¿Cuánto hubiera sacado la Libertad Avanza?”, se quejó la vicepresidenta, quien, sin embargo, terminó haciéndole un guiño a Massa. Yo quiero reconocerle al ministro de Economía haberle dicho a la sociedad argentina sobre el FMI. Valoro inmensamente la decisión de decirle a los argentinos la verdad: obligan a devaluar”, ratificó.
La charla tenía como título “De castas, herencias, derrumbes y futuro” y, durante una hora y media, CFK se abocó a analizar dos cuestiones: por un lado, los problemas estructurales de la Argentina y, por el otro, el reciclaje que algunos candidatos estaban haciendo de viejas recetas económicas que, en el pasado, llevaron a crisis, y que hoy presentan como nuevas. Respecto al primer punto, la vicepresidenta volvió a apuntar con uno de sus temas fetiche: el bimonetarismo. Y los inscribió en el actual contexto de deuda con el FMI: “Los aumentos que ustedes sufrieron en góndolas tiene que ver con la devaluación permanente del peso porque el problema de la inflación en Argentina es por escasez de dólares. Y hoy tenemos una economía bimonetaria, un alto nivel de endeudamiento en dólares, y al FMI imponiendo planes inconsistentes”.
La ex presidenta, a su vez, agregó a este mix a la “casta económica”. Al final de la dictadura aparecen dos economistas vinculados con el endeudamiento. Toda la deuda que tenían los grupos económicos fue estatizada. Cavallo estatizó, pero la deuda en pesos. Hace pocos días, leí un artículo que decía que la deuda en dólares la hizo Carlos Melconian, no sabía”, deslizó, y narró brevemente el encuentro que había tenido con Melconian – principal referente económico de Patricia Bullrich – en 2022. En un momento intentó mostrar unos videos de Nicolás Dujovne y Mauricio Macri hablando sobre la deuda, pero una serie de desperfectos técnicos – que se repitieron a lo largo de toda la noche – lo impidieron. “Con ese mufa se corta todo”, se escuchó gritar a Eduardo Valdés, desde los palcos.
Más tarde, cuando llegó el momento de referirse a las recetas de Milei y Bullrich, CFK se puso didáctica. Hizo que le trajeran un pizarrón y le pidió a Rosemblat que se parara e hiciera una cuentas. La hizo sumar las diferentes partidas del gasto público – jubilaciones, asignaciones familiares, el gasto del Poder Judicial y el Poder Legislativo, y las exenciones impositivas, que llamó “los planeros de lujo” – con el objetivo de demostrar que, incluso quitándolas todas, no se llegaría a la eliminación de 15 puntos del PBI que Milei había prometido. “Es imposible ir con la motosierra porque no te dan los números”, ironizó.
Ya sobre el final, CFK se puso más en tono electoral y le habló directamente a la dirigencia kirchnerista. “Nosotros también tenemos que discutir algunas cosas. Porque no es cierto que la gente se haya derechizado. Hoy ya no se puede ni alquilar. La gente quiere que sus hijos que van a la escuela pública tengan clase”, reconoció, dialogando directamente con algunas de las principales críticas contra el gobierno que vienen registrando en el equipo de campaña de UxP. Se refirió, fundamentalmente, a los paros docentes: “Se que es un tema álgido y de discusión. Pero tenemos que discutir eso sin enojarnos, porque sino vienen estos tipos a discutirnos todo: los voucher, las universidades pagas”, advirtió.
Se refirió, incluso, a las “corporaciones de izquierda”. “La corporación es cuando un sector se privilegia sobre el resto, tal vez sin advertirlo. No es un problema de buenos y malos, es de intereses. Y tenemos la obligación de articular intereses para no tornar indefendible el rol del Estado”, señaló. No solo se refirió a los problemas en la Educación Pública, sino también al de la Salud pública e, incluso, a los planes sociales. Hay que volver a tener una política en donde la asistencia social sea un auxilio, pero no se vea como algo permanente”, advirtió.
Finalmente, volvió a referirse a una de las preguntas que Rosemblat le había hecho al comienzo de la charla: “¿La sociedad se derechizó?”. Ella respondió: “Me parece que le erramos si pensamos que la gente se fue para la derecha. Querer vivir bien no es de derecha, es de argentinos”, insistió.
Fue un cierre abrupto, comenzaron los aplausos y los cantos, pero CFK, rápidamente, salió del auditorio. Al cabo de unos segundos se corrió la noticia: iba a salir a hablar con la militancia de La Cámpora, Nuevo Encuentro y las organizaciones agrupadas en La Patria es el Otro que habían seguido su discurso desde una pantalla gigante afuera. Apurados, detrás de ella, algunos dirigentes intentaron alcanzarla. “Ella no es una candidata de barricada, ella reflexiona. Ojalá algunos dirigentes escuchen. Yo mandé a mis hijos a una escuela pública y no tenían nunca clases y me cagó la vida porque laburaba”, reconoció una importante dirigenta bonaerense.
A unos metros, un dirigente porteño sonreía, satisfecho de que CFK hubiera vuelto a aparecer en público y advirtió: “Ella no solo habló contra los economistas que no piensan como ella, nos habló a nosotros. Le habló a Baradel, a las obras sociales. A todos, que reflexionemos, porque son estos problemas los que llevan a la gente a votar a Milei”.
Minutos después, la multitud fue desconcentrando. “Vine sin expectativa y salí amándola de nuevo”, le confesó una chica a su amiga, mientras caminaban por Junín hasta la calle Corrientes.